Alto Gállego

Sallent de Gállego recuerda a los guardias civiles asesinados por ETA hace 20 años

Las familias de José Ángel de Jesús y de Irene Fernández viajan de nuevo desde Toledo y Asturias para asistir al homenaje. Además de contra el dolor, luchan para que no se olvide la muerte de los dos jóvenes. 

Hace 20 años que la memoria se detiene en Sallent de Gallego cada 20 de agosto para recordar a Irene Fernández y a José Ángel de Jesús, dos guardias civiles asesinados por ETA  ese día del 2000. Eran aproximadamente las 6.00 de un domingo cuando los dos agentes, de 32 y 22 años, se disponían a iniciar su jornada con la ronda habitual. Debajo del vehículo oficial, la banda terrorista había colocado una bomba lapa que estalló cuando ambos estaban ya en su interior.

Este jueves se han cumplido 20 años de un atentado que "marcó Homenaje a José Ángel de Jesús e Irene Fernández en Sallent de Gállego.", localidad pirenaica que está cerca de la frontera con Francia, ha comentado el actual alcalde, Jesús Gericó, que ya era concejal.

En la plaza Valle de Tena, donde estaba el vehículo al que subieron José Ángel de Jesús e Irene Fernández, se ha vuelto a recordar a los dos jóvenes, originarios de Talavera de la Reina (Toledo) y Quirós (Asturias). Antes, en la iglesia de la Asunción ha tenido lugar una misa oficiada por el obispo de Jaca, Julián Ruiz. La afluencia ha estado marcada por las normas sanitarias.

Al final de la ceremonia, Pascual Grasa ha tenido palabras de recuerdo para Irene y José Ángel. Este hombre era el guardia civil que estaba de puertas en la casa cuartel de Zaragoza la madrugada del 11 diciembre de 1987, cuando ETA hizo explosionar un coche bomba con unos 250 kg de amonal estacionado junto al edificio . Murieron 11 personas (entre ellos cinco niñas).

Flores y velas a las 6.00

Grasa también intervino en el homenaje que se ha celebrado después en la plaza, tras el responso del obispo, el rezo de una oración y la colocación de un centro de flores junto a las fotos de los jóvenes, los ramos y velas que las familias habían colocado a las 6.00.

Ángela Pereda, madre de Irene Fernández, lleva años haciéndolo así. "Venimos desde Gijón, dormimos aquí y a las seis de la mañana, en el momento en que murieron, ponemos las flores y las velas", ha explicado. Veinte años después, comentó que «esta herida va cicatrizando pero el dolor sigue». "El día que la mataron a ella a mí me mataron un poco también", ha añadido. "Estaré aquí cada 20 de agosto todos los años que Dios me deje venir para que esto no se olvide porque, si eso ocurre, si se olvida que aquí murieron asesinados dos jóvenes, triunfarían los verdugos», ha dicho.

Los padres de José Ángel también luchan contra el dolor y el olvido. José de Jesús y su mujer han manifestado su intención de estar en Sallent cada 20 de agosto mientras tengan fuerza. "Su recuerdo es el día a día", ha señalado, como el del sonido de teléfono de su casa aquel domingo a las 6.10. "Nos dijeron que José Ángel había tenido un atentado en el que Irene había fallecido y él estaba herido...", ha contado. Murió cuando era trasladado en ambulancia al Hospital San Jorge de Huesca.

José de Jesús ha destacado que "es un orgullo recordarlos". "Queremos que no se les olvide y así seguirá siendo, aunque les pese a muchos», ha apostillado.

El acto ha contado con la presencia, entre otros, de la Delegada del Gobierno de España e Aragón, Pilar Alegría, la Subdelegada en Huesca, Silvia Salazar y el general de División de la Guardia Civil Carlos Crespo.  

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