huesca ante las 'no fiestas'

La Policía hará controles y batidas para evitar fiestas privadas en San Lorenzo

Setecientos agentes vigilarán los accesos a huertos y barrios rurales y los 'puntos calientes' de la ciudad donde se producen aglomeraciones. El Ayuntamiento teme que las limitaciones al ocio nocturno animen a celebrar las 'no fiestas' con encuentros particulares de más de 10 personas.

El alcalde, en el encuentro con otros responsables institucionales este jueves.
El alcalde, en el encuentro con otros responsables institucionales este jueves.
Pablo Segura

Ni actos institucionales ni encuentros privados. El Ayuntamiento de Huesca suspendió las fiestas de San Lorenzo y tampoco quiere celebraciones paralelas. Más de 700 agentes velarán porque se cumpla la normativa, es decir, por impedir cualquier actividad en las peñas, los botellones o los grupos de más de 10 personas, ya sea en la vía pública o en edificios particulares, y por blindar las plazas donde habitualmente se producen las grandes aglomeraciones otros años. 

"Las fiestas privadas de celebración de San Lorenzo es lo que más nos preocupa", ha reconocido el alcalde, Luis Felipe, que ha mantenido este jueves una reunión con la subdelegada del Gobierno, Silvia Salazar; la delegada de la DGA, Carmen Luesma; el comisario provincial,  Álvaro Rodríguez; la intendente de la Policía Local, Beatriz Rivas; y la directora provincial de Sanidad, Itziar Ortega. "Hay que aprender de otras ciudades", ha dicho Luis Felipe, tanto de Teruel, donde no hubo problemas, como de Pamplona, con rebrotes muy importantes, no por los actos institucionales, que estaban suspendidos, sino por los encuentros particulares de celebración de San Fermín.   

La primera prueba de fuego será la víspera, la madrugada del 8 al 9 de agosto, ya que el ocio nocturno está limitado hasta las 0.1.00. La mañana del 9 es otro momento delicado por los tradicionales almuerzos. Se mantiene la ampliación de veladores que se hizo para compensar los recortes en los aforos interiores a la hostelería, pero con las nuevas restricciones de no más de 10 personas por mesa. La caída de las reservas y el hecho de que algunos bares hayan decidido no abrir hace pensar en la derivación de las fiestas al entorno rural. Por ello, habrá controles policiales, tanto de alcoholemia como de prevención de los flujos de vehículos en las entradas y salidas de Huesca y en las carreteras que van a las zonas de huertas y a los barrios rurales.

La Guardia Civil aportará efectivos de Tráfico y Seguridad Ciudadana con esta misión, en total 120 agentes sumando los distintos turnos "para evitar los desplazamientos a fiestas privadas, que no pueden ser de más de 10 personas", ha recordado la subdelegada del Gobierno. A estos efectivos se sumarán 323 policías nacionales, con refuerzo de Zaragoza y de otros puntos de la provincia, entre ellos la unidad de Canfranc especializada en realizar controles móviles. La Policía Local aportará en torno a 250 personas. 

La intendente de este cuerpo ha explicado que también se vigilarán otros puntos calientes, lugares de concentración habitual de las fiestas: la plaza de la Catedral, donde cada 9 de agosto se lanza el cohete, vallada este año desde la madrugada para evitar la entrada de personas que quieran celebrar chupinazos alternativos; y las plaza de Salas, Los Fueros o López Allué, zonas de ocio donde existen establecimientos de hostelería. 

También otras áreas habituales de botellón como los parques de la Manzana, Miguel Servet y las Olas o el entorno del Palacio de Congresos. Beatriz Rivas ha sido muy contundente al decir que "no permitiremos la permanencia en la vía pública de más de 10 personas ni en lugares privados". Han detectado a través de las redes sociales previsiones de fiestas privadas en algunos locales, que tratarán de impedir.    

El dispositivo policial preparado es el de unas fiestas ordinarias, aunque no se celebren, según el comisario provincial, que contará con agentes de todas las unidades, desde Policía Judicial a Extranjería, "incluso excediendo su jornada laboral". Los de refuerzo permanecerán en Huesca desde el sábado por la noche, día 8, hasta el 11, mientras que a partir del 12 se contará con recursos propios.

A la reunión ha asistido la directora provincial de Sanidad. Ha reconocido que la orden de un máximo de 10 personas por grupo es "muy restrictiva", "pero es la única manera para atajar el aumento de casos". Se trabaja, ha añadido, "para evitar que por culpa de las fiestas se nos compliquen las cosas más de lo que están".  

Las peñas están afectadas por la prohibición que rige para todo Aragón. En este sentido, el alcalde se ha mostrado preocupado por el mensaje lanzado estos días invitando a celebrar la fiesta en la peñas y no en la calle. "No puede haber ninguna actividad. Ese eslogan no puede seguir dándose. Otra cosa es la labor de captación de socios", ha declarado Luis Felipe. Por la tarde, responsables municipales se reunirán con las seis entidades recreativas para transmitir este mensaje.    

Preocupa el flujo de personas por las misas

Otro motivo de inquietud es el tránsito en el exterior de la basílica de San Lorenzo los días 9 y 10, ya que sí habrá actos religiosos, aunque con limitación de aforo. "Entendemos que el Obispado tiene derecho a celebrar las misas, pero nos preocupa el flujo de personas porque San Lorenzo es San Lorenzo". A este respecto habrá un encuentro con las autoridades religiosas para tratar de minimizar los riesgos. Además, la retransmisión por televisión de los actos religiosos puede ayudar, ha apuntado el alcalde. 

Luis Felipe y el resto de responsables públicos han coincidido en que Huesca "fue un ejemplo" en España al no celebrar de manera multitudinaria en las calles el ascenso de la SD Huesca a Primera, "y confío en que podamos volver a hacerlo en San Lorenzo".        

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