La pesadilla de una paciente covid de Binéfar que pasó 118 días hospitalizada: "No recuerdo nada"

Maribel Pedrós, una de las aragonesas que más tiempo ha estado ingresada, y su hijo David relatan los difíciles momentos vividos. 

Maribel Pedrós, con su marido y su hijo, tuvo un recibimiento especial el día que llegó a casa.
Maribel Pedrós, con su marido y su hijo, tuvo un recibimiento especial el día que llegó a casa.
Somos Litera

El viaje de recreo a Benidorm de Maribel Pedrós, una maestra jubilada de Binéfar, acabó convirtiéndose en una pesadilla de la que solo ahora empieza a salir, después de pasar 118 días hospitalizada por la covid. "No recuerdo ni cómo llegué al hospital de Barbastro, ni nada de los días que pasé en la uci. Solo sé lo que mi familia me ha querido contar", dice esta paciente que afronta las graves secuelas neurológicas que le dejó el virus. "He tenido que aprender a andar y he ido al logopeda", explica ya desde su casa, a donde llegó el 14 de julio. Ese día la esperaban allí sus parientes y sus amigos, pero también las autoridades, entre ellas el alcalde, Alfonso Adán, o el oficial de la Guardia Civil, que quisieron arroparla y darle la bienvenida.  

Maribel es probablemente la paciente aragonesa con una hospitalización más larga por el covid o al menos una de las que más tiempo ha estado ingresada. Entró el 19 de marzo, tras un precipitado regreso del viaje del Imserso a Benidorm. "Algunos no querían volver", recuerda ella. A partir de ese momento, ya tiene en la memoria pocas cosas más. Es su hijo, David Torrente, quien cuenta cómo una compañera de viaje también tuvo que ser hospitalizada y otro de los participantes murió.  

El sábado anterior, el 14 de marzo, llegaron a casa, justo el fin de semana que entró en vigor el estado de alarma. Pronto empezó a dar síntomas con picos de fiebre. Era el inicio de la pandemia y se pensó en otras enfermedades. Pero el jueves siguiente empeoró. Su hijo la llevó al hospital de Barbastro, le hicieron radiografías y la mandaron a casa con el diagnóstico de un principio de neumonía y una receta de antibióticos. David apenas tuvo tiempo de ir a buscar las medicinas a la farmacia. "Cuando llegué a casa la vi muy mal, estaba casi inconsciente". No fue fácil, pero consiguieron que una ambulancia del 061 la trasladara de nuevo al centro hospitalario. 

Su hijo le dejó una dedicatoria y fotografías familiares en la cama que ocupaba en la uci.
Su hijo le dejó una dedicatoria y fotografías familiares en la cama que ocupaba en la uci.
David Torrente

"Al segundo día en el hospital ya ni nos cogía el teléfono y no podíamos ir a verla. Al cuarto nos comunicaron su ingreso en la uci y al sexto, la intubación". Maribel pasó más de 30 días con un tubo de respiración artificial en la garganta y su estancia en Cuidados Intensivos se prolongó 52 días. Salió el 14 de mayo, justo el día de su 70 cumpleaños.  

En la última parte de la estancia en la uci ya pudo recibir visitas. Su hijo le dejó unas fotografías familiares y una dedicatoria: "Mi campeona, estamos muy orgullosos de ti. Ánimo, pronto estaremos juntos, allí te están cuidando muy bien. Ellos también son héroes como tú. Te queremos". En su cuadragésimo día de uci, fue el personal sanitario quien le ofreció la oportunidad de hacerle llegar una serie de fotos que le recordaran las razones por las que seguir luchando, "aunque ella ya había demostrado que las sabía muy bien". "Elegir esas imágenes en papel que actuaran como una batería externa en su estado de ánimo era una labor difícil… la era digital, los establecimientos cerrados, el poco tiempo que les dedicamos cuando las cosas marchan bien… esos ángeles de alas verdes y blancas que, a pesar de las circunstancias, están haciendo un gran esfuerzo para intentar que nadie se vaya en soledad, también han sido capaces de inculcarme una gran lección de vida", explica David. 

Él todavía recuerda con horror esa etapa. "A las 12.30 te comunicabas con el hospital y era el único momento en que podías saber algo de ella. Las noticias eran malas. Durante 15 días, menos darme el pésame... Y luego yo se lo tenía que contar a mi padre. Cuando llamaba sostenía en la mano la cinta de la virgen del Pilar. "Ahora tengo pendiente subir al Aneto para dejarla como prometí". Cada noche temía que el teléfono sonara con alguna fatal noticia. Pero eso no ocurrió.    

La salida de la uci no permitió cantar victoria. "Solo movía los dedos de la mano y no recordaba nada". Por delante quedaba una larga recuperación porque a los problemas respiratorios de una neumonía bilateral muy grave se unieron otros neurológicos. "No sabríamos si le quedarían secuelas". Empezó entonces un largo proceso de rehabilitación en el Hospital Provincial de Huesca que concluyó con su alta hospitalaria el martes, 14 de julio. 

"Solo fui consciente de lo que me pasaba cuando ya llevaba unos cuantos días en el Provincial", explica Maribel desde su casa en Binéfar. La enfermedad, pese al sufrimiento, le ha servido "para unirme más a mi hijo, que no me ha dejado sola ni un momento, y a mi familia"

Se muestra agradecida al acto de bienvenida tributado por su localidad, "una sorpresa total, muy emocionante", y al personal de los hospitales por los que ha pasado. Y tiene un recuerdo especial por quienes ha encontrado en esas habitaciones. "He convivido con gente que se contagió toda la familia cuando celebraban sus bodas de plata". Ahora, aparte de los pocos recuerdos de los últimos 118 días le queda la inestabilidad para andar "y dolor de huesos", pero ya desde el salón de su casa confiesa "estar más fuerte" para recuperar su anterior vida.   

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