La Guardia Civil llama a la prudencia en un verano con más montañeros inexpertos

El Greim se prepara para realizar entre 200 y 300 rescates con dos helicópteros ya operativos desde este viernes. En la campaña invernal, por el estado de alarma, hubo un 25% menos.

Imagen de archivo de otro rescate realizado por el helicóptero de la Guardia Civil.
Imagen de archivo de otro rescate realizado por el helicóptero de la Guardia Civil.
Guardia Civil

La Guardia Civil y la Subdelegación del Gobierno en Huesca han hecho un llamamiento a la prudencia en la práctica de actividades de montaña durante estos meses de verano, en los que se espera un perfil de turista condicionado por la crisis sanitaria, más familiar y con menor formación técnica. La media de rescates en esta época oscila entre 200 y los 300, por lo que ya desde este mismo viernes está operativo en la base de Benasque un segundo helicóptero para reforzar al de Huesca, así como todos los grupos del Greim (Huesca, Boltaña, Jaca, Benasque y Panticosa). 

El Observatorio de la Montaña de Aragón, reunido hace unos días para preparar la campaña de verano, ya advirtió de que se prevé un aumento del turismo interior con más visitantes en las montañas de Aragón y un perfil de excursionistas "de carácter más familiar" y "con peor preparación tanto a nivel técnico como en cuestión de material". De hecho, el pasado fin de semana, ya con amplia movilidad, se produjeron cinco rescates.

La subdelegación del Gobierno ha sido escenario de la presentación de la campaña estival y del balance de la invernal, con presencia de la subdelegada, Silvia Salazar; el teniente coronel de la Comandancia, Francisco Pulido; el teniente coronel jefe de la Unidad Aérea, Alberto Rodríguez; el teniente jefe de la Sección de Montaña de Jaca, Santiago Gómez; la delegada del Gobierno de Aragón en Huesca, Carmen Luesma; y el vicepresidente de la Federación Aragonesa de Montañismo, Manolo Bara.    

Los expertos avisan de la presencia, en estas primeras semanas, de mucha nieve en altura, a partir de 2.400 metros, y fuertes caudales en los barrancos, debido a las abundantes lluvias de la primavera, que en las cimas han sido en forma de nieve. El manto es todavía considerable en el Aneto o en la ascensión a Monte Perdido, por eso, ha insistido el teniente jefe de los Greim de Aragón, Santiago Gómez, hay que ir preparado, con material (piolet y crampones), pero también saber utilizarlo. "Por la noche la nieve se endurece, con el riesgo de deslizamiento, y por el día está blanda. Ambas situaciones son peligrosas", ha dicho. 

Los expertos esperan, como otros veranos, una gran afluencia de visitantes y por lo tanto de rescates. El mayor porcentaje de accidentes se da en la práctica del senderismo, una actividad no exenta de riesgos. "La gente piensa que es fácil, pero tenemos muchos rescates por extravíos o patologías asociadas al calor", según el teniente Gómez. 

En el mismo sentido, el teniente coronel Rodríguez cree que "será un verano con mucho turismo familiar y muchos senderistas que no tienen una formación técnica" y aclara que "la gran mayoría de los accidentes no son por imprudencias, aunque se produzcan, a veces es cuestión de mala suerte". El responsable de la unidad aérea ha anunciado la renovación casi completa del helicóptero de Huesca, con una inversión de un millón de euros, para mejorar su rendimiento en altitud, lo que redunda en mayor seguridad para los rescatadores y los accidentados.

Por su parte, Manolo Bara está convencido de que el Pirineo recibirá a más visitantes, lo que se traduce en más rescates. "A la gente le cuesta renunciar a hacer una actividad porque viene de propio, pero en determinadas condiciones es un riesgo". Ni siquiera los más preparados están exentos, ha recordado.  

​Un 25% menos de rescates con el estado de alarma

En la rueda de prensa se han dado los datos de la temporada invernal, marcada también por el estado de alarma. Entre el 1 de noviembre de 2019 y el 30 de abril de 2020 la Guardia Civil de Montaña auxilió a 93 personas, frente a los 125 atendidas durante el mismo periodo del ejercicio anterior, 63 intervenciones frente a las 84 de la temporada 2018/19, lo que supone un descenso de los rescates del 25%. 

El teniente coronel de la Comandancia de Huesca, Francisco Pulido, ha explicado que las cifras son sensiblemente inferiores por el confinamiento, pero en los mese previos a la crisis sanitaria se había registrado un ascenso. De noviembre a febrero hubo 58 intervenciones, por 48 en el mismo plazo del  año anterior. Entre marzo y abril, con limitación de la movilidad, tan solo tuvieron lugar cinco actuaciones. Una de ellas, en Graus, cuando no se podía salir, y el resto corresponden a montañeros que hacían actividades en su entorno cuando sí estaba autorizado con determinadas limitaciones, como un vecino de Benasque que se precipitó por un barranco cuando intentaba rescatar a su perro.   

El perfil de la persona rescatada durante la temporada invernal es el de un varón en el 79% de los casos, con una edad comprendida entre los 31 a 40 años (30,10%). En cuanto a tipología de las actividades, predomina el esquí de montaña (28%), senderismo (18%) y le siguen la progresión por terreno abrupto y la escalada en alta montaña, ambas con un 11%. El 88% de los rescates se concentran en el Pirineo, el resto en la zona de Guara y Riglos.

De las 93 personas auxiliadas, 69 resultaron ilesas, 44 heridas y 5 fallecidas. De estos solo uno lo fue como consecuencia de un accidente en montaña, un esquiador accidentado cuando estaba fuera de pistas, ya que en los otros cuatro murieron por causas distintas, como infartos o un suicidio que al producirse en un terreno escarpado requirió la intervención de la Guardia Civil de Montaña. 

Los salvamentos más complicados

Uno de los rescates más difíciles del invierno fue el de dos escaladoras, el 15 de enero, en un corredor de nieve en Peña Telera, en el valle de Tena. Se equivocaron de camino y quedaron enriscadas. El aviso se dio a las 18.00, cuando casi era de noche. Tres especialistas consiguieron llegar hasta ellas y después de darles comida y bebida caliente, porque tenían principio de hipotermia, montaron un sistema para descender con rápeles que hubo que instalar con taladros. El rescate concluyó 11 horas después.  

El otro se produjo el 8 de marzo, según ha detallado el jefe de los Greim, en los Mallos de Riglos, lugar que atrae a escaladores de todo el mundo. Un deportista sufrió una caída de 20 metros golpeándose con las paredes. El viento impidió usar la grúa del helicóptero y los guardias tuvieron que descender desde la cima del Mallo rapelando por líneas no instaladas. El escalador estaba bastante grave y fue necesario inmovilizarlo, darle analgésicos y descenderlo a la base de la pared para desde allí evacuarlo. "Es mejor avisar que intentar salir por tus propios medios", recomienda Santiago Gómez.     

Antes del desglose de los datos por parte de los responsables de la Guardia Civil, la Subdelegada del Gobierno de España, Silvia Salazar, ha apelado “a la responsabilidad de los ciudadanos para reducir los accidentes de montaña en nuestra provincia”, cuyos espacios naturales, una vez finalizado el estado de alarma y con la llegada del verano, comienzan a atraer a un número creciente de visitantes. Salazar también ha insistido en “el respeto hacia el medio natural” en el desarrollo de las actividades al aire libre. "Cada vez hay más practicantes y en muy diversas modalidades, y muchos no tienen los conocimientos necesarios", ha concluido el teniente coronel Pulido.

En la presentación de la campaña se ha recordado el Decálogo de seguridad:

1º. Planificar previamente la actividad. Obtener información fiable sobre la ruta, vía de escala o barranco que se pretende hacer.

2º. Informarse de la meteorología en la zona. No olvidar que en montaña la meteorología es muy variable.

3º. Una vez en la zona confirmar la información previa en refugios, guías de montaña, centros de información o Guardia Civil. Las condiciones de nieve, agua o climatológicas modifican la dificultad de las rutas, vías o barrancos.

4º. Llevar todo el equipo adecuado a la actividad a realizar. Material técnico, ropa, calzado, equipos de protección solar, comida y agua.

5º. No hacer actividad de montaña solo. Salvo circunstancias excepcionales no dejar nunca solo a un integrante del grupo y mucho menos si está herido o fatigado.

6º. Comunicar a alguien (refugio, camping, hotel, amigos, familiares) la actividad prevista y respetar lo planificado.

7º. Adecuar la actividad a nuestras condiciones físicas y técnicas. Ser modestos y saber renunciar. La montaña nos esperará.

8º. Llevar teléfono móvil con baterías cargadas. Y si es posible equipos de orientación, GPS, altímetro, mapas, etc.

9º. La actividad en la montaña finaliza cuando regresamos a lugar seguro. Hacer cumbre es sólo la mitad.

10º. Ante cualquier incidencia avisar al 062 de la Guardia Civil o a cualquier otro teléfono de emergencia. Cada minuto es importante.

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