Los municipios con temporeros preparan alojamientos por si tienen que aislar a positivos

Se han equipado espacios en Belver, Zaidín, Osso, Ballobar o Binaced. Los alcaldes dicen estar preparados para confinar en horas a los contagiados.

El personal sanitario entrando en el pabellón de Fraga para recibir a los nuevos ingresos
El personal sanitario entrando en el pabellón de Fraga para recibir a los nuevos ingresos
Rafael Gobantes

Los municipios que basan gran parte de su economía en el cultivo y recolección de fruta llevan más de un mes preparados para hacer frente a la posibilidad de aislar temporeros con coronavirus, tal y como ha ocurrido en Fraga, una de las poblaciones con mayor densidad de trabajadores temporales. La lista es larga: Belver de Cinca, Zaidín, Osso de Cinca, Ballobar, Binaced, Mequinenza o Albalate de Cinca. Todos tienen elegido el equipamiento que pondrían en uso y además, han previsto un primer protocolo de actuación, con el fin de poder reaccionar con rapidez y evitar contagios.

Aunque de momento no se conocen casos en estas poblaciones, la preocupación ha crecido entre sus responsables municipales ante la aparición de varios positivos en la ciudad de Fraga, donde ya son 16 los temporeros con covid-19 que han sido aislados en el pabellón Cortes de Aragón. De llegar el caso, varias de las poblaciones de la zona también activarían los suyos.

En Zaidín, el consistorio ha adquirido un lote de "doce camas, mesitas y taquillas, que podríamos montar en cuestión de horas, lo que nos proporcionaría una respuesta inmediata, ya que la clave está en aislar y cortar la cadena de contagios", explica su alcalde, Marco Ibarz, al recordar la dificultad de los trabajadores del campo para cumplir en sus residencias habituales con las medidas de higiene y seguridad. De hecho, la falta de alojamientos obliga a muchos a hacinarse en pisos o directamente pernoctar en infraviviendas o en la calle.

En Belver de Cinca, el consistorio también pondría el uso el pabellón polideportivo, donde ha realizado varias mejoras, y para ello, dispondría de una serie de literas que comparte con una entidad local. "Nos hemos tomado muy en serio la situación, ya que tenemos una población muy envejecida y por lo tanto, vulnerable. También contamos con una residencia con más de cien plazas, que ha logrado mantenerse sin casos y que debemos preservar. La preocupación existe y hay que estar preparados", señala su alcalde, Javier Carrasquer.

De hecho, a pesar del avance en la desescalada, la comarca del Bajo Cinca atraviesa uno de los momentos más delicados, con la campaña de fruta llegando a su punto álgido, cuando puede llegar a emplear a alrededor de 8.000 personas. En Belver de Cinca, el propio consistorio creó una bolsa de trabajo, ante las restricciones iniciales sobre la movilidad y además, con el ánimo de evitar la llegada descontrolada de trabajadores temporales. No obstante, "han sido pocos los empresarios que han echado mano de ella y al final, la gente ha llegado igual", indica Carrasquer.

En Ballobar, donde está la tasa de envejecimiento más alta de la comarca, la situación también se observa con preocupación, indica su alcaldesa, Esther Saló, que, al igual que el resto de alcaldes de la zona, optó por actuar "con rapidez, con el fin de estar preparados y proteger al conjunto de la población".

La mayoría de municipios respondieron ya al primer requerimiento del Gobierno central, que se produjo al inicio de la crisis y que solicitaba disponer de infraestructuras para el aislamiento de personas contagiadas. Después, a finales de mayo llegó la orden del Gobierno de Aragón, con la recomendación de habilitar soluciones residenciales para temporeros. En Ballobar, el espacio previsto es el centro de día, todavía pendiente de su apertura, y en Osso de Cinca, optarían por poner en uso las dependencias del campo de fútbol así como una vivienda municipal.

Albergue en Fraga para los sin techo

El albergue para temporeros sin techo creado en el pabellón del Sotet de Fraga ya está un paso más cerca de abrir sus puertas y proporcionar alojamiento a aquellos que han llegado a la zona en busca de un trabajo. De hecho, al igual que cada año, son muchos los que pernoctan en la calle y en esta ocasión, lo hacen además en plena alerta sanitaria. 

La Comarca del Bajo Cinca ha finalizado la redacción del protocolo de actuación que establecerá los criterios de acceso y el funcionamiento de la infraestructura, que ha sido impulsada por el Ayuntamiento de Fraga. El documento, que suma las aportaciones de Cáritas, Cruz Roja y Cruz Blanca, fue este miércoles remitido al consistorio, con el fin de que sea ratificado y finalmente, posibilite la apertura del albergue.

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