El Ejército estrena el robot Atila en la residencia de Yéqueda

El aparato, diseñado inicialmente para la desactivación de explosivos, incorpora unas lámparas de rayos ultravioletas para realizar la desinfección minimizando el riesgo de contagio.

El Ejército ha estrenado este sábado el robot Atila en la residencia La Abubilla, de Yéqueda, abierta a finales de marzo para albergar a ancianos contagiados por covid-19. El aparato ha desinfectado las instalaciones utilizando un sistema de rayos ultravioleta. Precisamente el acrónimo Atila significa Antivirus por Iluminación con Luz Ultravioleta Autónomo. Inicialmente estaba concebido para la desactivación de explosivos, pero se ha adaptado a las actuales circunstancia. El brazo articulado extensor, al que se le han incorporado cinco lámparas, permite que el operador lo maneje a distancia y por lo tanto reduce el riesgo de exposición. 

Hace unos días se iba a poner en marcha en una residencia de Zaragoza (Villa Consolación), pero un problema técnico lo impidió, de forma que el de Yéqueda es el primer centro donde se ha utilizado. Está asignado al Regimiento de Pontoneros y Especialidades de Ingenieros 12 de Monzalbarba. Se probó antes en Valencia, en un centro de comunicaciones de Naciones Unidas.

El robot está aconsejado para la desinfección de grandes espacios. La elección de Yéqueda obedecía símplemente a que la unidad militar que dispone del aparato tenía que realizar este sábado labores de desinfección en esta residencia. 

El director del centro, Mateo Ferrer, ha señalado que ha sido un despliegue "de película". "Es imposible verbalizar la admiración y gratitud que sentimos hacia el Ejército de Tierra, y en concreto a la Compañía de desactivación de explosivos RPEI 12, con sede en Monzalbarba. Infinitas gracias por vuestra labor y dedicación". 

Durante toda la mañana, los militares desinfectaron en profundidad una de las plantas que ha quedado vacía, ya que ha disminuido el número de usuarios y los ancianos enfermos están ahora concentrados en otra planta. Pero la limpieza se aplicó a todo el edificio, que ahora mismo está a un tercio de ocupación.    

Este aparato para descontaminar instalaciones sensibles estaba en marcha antes de la llegada del coronavirus, pero las pruebas se aceleraron para autorizar la efectividad de los sistemas dentro de la Operación Balmis, puesta en marcha por el Ministerio de Defensa para luchar contra la propagación del coronavirus, sacando a los militares a las calles de toda España. 

El robot pesa 400 kilos, tiene un radio de 2,5 metros y el diámetro ronda los cinco metros. El trabajo que hacen tres personas durante cuatro horas, puede completarlo en apenas quince minutos.

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