El valle de Chistau alerta de la cercanía del oso Goiat a zonas habitadas

Los ayuntamientos de Plan, San Juan de Plan y Gistain han aprobado sendas mociones dirigidas a los gobiernos de Aragón y Cataluña y al Ministerio pidiendo la retirada del ejemplar. 

Una imagen del oso Goiat cuando fue capturado en 2018 para cambiarle el collar transmisor.
Una imagen del oso Goiat cuando fue capturado en 2018 para cambiarle el collar transmisor.
Consell del Valle de Arán

Los tres ayuntamientos del valle de Chistau, han exigido la retirada urgente del oso Goiat, un ejemplar "problemático" que, a su juicio, supone un peligro no solo para las explotaciones ganaderas sino para las personas, “por su habituación a la presencia humana al efectuar ataques al ganado en zonas próximas a la localidad o ataques en la que la presencia del ganadero no ha conseguido disuadirle en su actividad depredadora”.

Es lo que afirman en el texto de una moción aprobada por las corporaciones de Plan, San Juan de Plan y Gistaín, enviada a los gobiernos de Aragón, Cataluña y España. Al primero, le piden que en el ámbito de su competencia actúe como interlocutor ante las administraciones firmantes del Programa Piros Life de reintroducción del oso en el Pirineo; y a la Generalitat y al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, esta como máxima administración implicada en la gestión y conservación del oso en España, la retirada urgente de Goiat del valle de Chistau.

Al mismo tiempo exigen la coordinación entre administraciones para el cumplimiento del Protocolo de Intervención con osos en el Pirineo, de forma que se solucionen las situaciones de conflicto entre oso y ganadería y entre oso y humanos, favoreciendo la eficacia en la actuación de los gobiernos para evitar el perjuicio directo a los vecinos del valle.

Los ayuntamientos solicitaránn el apoyo a su moción de otras instituciones del Alto Aragón, como Diputación Provincial de Huesca, la Comarca y los ayuntamientos de Sobrarbe y las otras tres Comarcas de ámbito pirenaico: Jacetania, Alto Gállego y Ribagorza.

Los ayuntamientos aseguran que en apenas quince días ha causado diez ataques al ganado en el valle, concretamente en las localidades de Gistaín y San Juan de Plan, y otro más en Barbaruens, en la vecina comarca de la Ribagorza. “El ataque en el término municipal de San Juan de Plan se ha producido no en los puertos y zonas de pasto en altura –como los del año pasado en término de Plan–, sino cerca de la localidad y de la ermita de San Mamés, lo que ha creado alarma en la población por ser un ataque muy próximo a zonas habitadas”, argumentan. 

Destacan también el último, el 29 de abril en Gistaín, cuando “el ganadero se encontraba vigilando sus ovejas con perros pastores, y ni su presencia ni la de los animales han disuadido en ese caso al oso Goiat quien ha matado a seis ovejas”. Todo ello ha generado, afirman, “mucha inseguridad y un clima de intranquilidad entre los vecinos, pues todo indica que este oso se ha acostumbrado a la presencia humana”.

El oso Goiat llegó a Cataluña en 2016, fue liberado en el Parque Natural del Alt Pirineu en Isil (Lérida) en el marco del programa europeo de reintroducción Piros Life. Hasta el año pasado no había trascendido su presencia en Aragón. En 2018 se le capturó para tomarle muestras y renovarle el collar GPS puesto que se entendió que su seguimiento era determinante dada su actividad depredadora. Solo ese año cometió unos 40 ataques al ganado.

En noviembre de 2018, el Grupo de Trabajo del oso pardo en los Pirineos, formado por representantes del Ministerio para la Transición Ecológica, Gobierno de Navarra, Gobierno de Aragón, Conselh Generau d’Aran y Generalitat de Cataluña, aprobó el Protocolo de Intervención, que recoge la actuación en el caso de los definidos como "problemáticos". La Generalitat de Cataluña llegó a considerarlo un "animal con intensidad depredadora alta y con comportamiento anómalo", y decidió su captura y expulsión del territorio.

Sin embargo, señalan los ayuntamiento del valle de Chistau, se le concedió otra nueva oportunidad en los Pirineos, con una estrategia para intentar cambiar los hábitos depredadores de este ejemplar. El protocolo contempla uso de balas de goma, la aplicación de electricidad en las vallas, disparos disuasorios, ruidos, luces y la utilización de repelentes en sus presas. Pero se han mostrado ineficaces “y las administraciones competentes siguieron sin avanzar en la retirada”. Tampoco se ha materializado el compromiso para agilizar la retirada de individuos conflictivos, adoptada en octubre de 2019, en una reunión en el Ministerio a la que asistieron representantes de todas las administraciones afectadas. Así las cosas, concluyen, “los ganaderos siguen hoy sin soluciones”.

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