Sabiñánigo reforzará la información sobre el riesgo químico

La alcaldesa admite que el confinamiento por el estado de alarma ayudó a que los 9.000 habitantes permanecieran en sus casas. "Si esto pasa en un día normal, todos deben saber cómo actuar".

La Policía Judicial de la Guardia Civil acudió a la fábrica.
La Policía Judicial de la Guardia Civil acudió a la fábrica.
Rafael Gobantes

La población de Sabiñánigo ha recuperado la normalidad tras el accidente químico ocurrido en la empresa Orache, fabricante de pastillas de lejía para desinfección. El incidente del lunes obligó a activar por primera vez el plan de emergencia exterior, que aunque demostró su eficacia, se verá reforzado con diversas acciones con el objetivo de que los vecinos cuenten con toda la información ante la previsión de que pueda volver a producirse.

La alcaldesa, Berta Fernández, ha explicado que se trata de un plan de la Dirección General de Interior del Gobierno de Aragón, pero que a nivel local "no sólo elaboraremos más folletos informativos, sino que llevaremos a cabo actuaciones periódicas, en escuelas o centros de trabajo para tener claro qué hay que hacer en cada momento".

El incidente se produjo en una situación extraordinaria por la covid-19, con la gran mayoría de personas en sus casas. "Pero si esto pasa un día normal, los colegios, comercios, centros públicos, todos deben saber cómo actuar", ha añadido. Estaba prevista la realización de un simulacro en estas fechas, pero se tuvo que posponer por la crisis sanitaria.

Respecto a las causas, están siendo investigadas por la Policía Judicial de la Guardia Civil, que este martes acudió a la fábrica para inspeccionarla. La empresa explicó que el accidente se podría haber debido a una reacción entre dicloro y perfume, lo que generó una combustión sin fuego ni explosión y una nube tóxica. "Detectado el problema que ha desencadenado la situación se reemplazará el producto", según una portavoz de Orache. En el momento del accidente había en el interior 16 personas, de las que tres resultaron heridas por inhalación de productos tóxicos. Dos fueron trasladadas al hospital de Jaca y tras pasar la noche en observación se les dio el alta, y una tercera a San Jorge, que esta tarde seguía estable dentro de la gravedad en la UCI.

La reacción química no causó daños materiales, únicamente polvo en el interior de la fábrica que ahora habrá que limpiar exhaustivamente. Este polvo "no es nocivo ni tóxico", asegura la portavoz. Mientras se retira la actividad productiva se encuentra parada. De momento, no se sabe cuándo se podrá retomar, aunque será "en pocos días, lo que se tarde en limpiar todo". Después, la actividad se iniciará progresivamente.

Hasta ahora había cuatro líneas de producción en la fábrica, y en los próximos días se pensaban poner en marcha otras dos nuevas. Esto no cambiará, pero se comenzará por una línea, hasta llegar a las seis, lo que permitirá pasar de las 4,4 millones de pastillas que se producían ahora a los 7 millones al día.

El incidente y la paralización de la fabricación de pastillas de lejía no supondrá ningún problema de cara a los pedidos, ya que el stock se encuentra en perfecto estado y se va a servir "con total normalidad", por lo que "la demanda del mercado no se verá afectada", señalan desde la empresa.

Los bomberos del Alto Gállego permanecieron en la planta toda la noche del lunes y la jornada del martes, para controlar que la reacción no se reavivara. El jefe de los bomberos, Daniel Fernández, ha explicado que se produjo una reacción exotérmica, con altas temperaturas y una nube tóxica pero no fuego. Su actuación consistió en la neutralización del material con arena seca. "Una parte la pudimos sacar al exterior, pero otra quedó en el interior de las máquinas, por lo que se actuó ahí", ha subrayado.

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