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El coche alemán que se saltó un control en Canfranc y arrolló a 3 agentes, primer caso conocido de prisión en el estado de alarma

La conductora, de 40 años, y el otro ocupante, de 33, habían intentado atravesar la frontera el día anterior por la Junquera, pero fueron rechazados. Los tres guardias lesionados están de baja. 

El coche ha sido interceptado en Nueno después de chocar con una bionda.
El coche ha sido interceptado en Nueno después de chocar con una bionda.
Heraldo

El turismo de alta gama alemán que el pasado viernes se saltó un control fronterizo en Canfranc y que acabó siendo detenido en Nueno tras una peligrosa persecución de 70 kilómetros en la que atropelló a tres agentes de la Guardia Civil, que están de baja por lesiones, se ha convertido en el primer caso conocido en España de una detención que acaba en prisión por incumplir el estado de alarma decretado por la crisis sanitaria del coronavirus

El Juzgado de Instrucción nº 4 de Huesca ha dictado este domingo una orden de prisión provisional para la conductora del vehículo, C. A. F. B., de 40 años, y el otro ocupante, T. G., de 33. Ha atendido de esta forma la petición que había formulado el abogado de la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC), Jorge Piedrafita, en representación de los tres agentes que resultaron heridos en la persecución, para evitar el elevado riesgo de fuga por la gravedad de los delitos que les imputa: atentado con agravante en concurso con desobediencia, contra la seguridad vial, tres de lesiones y cinco de daños materiales. La Fiscalía ha apoyado también la petición.

En su declaración, la conductora ha alegado que actuó así por "pánico", que desconocía la prohibición de desplazamientos del estado de alarma y que venían a España a iniciar una nueva vida (iban con la 'casa a cuestas' en el maletero). Pero la acusación particular ha tenido conocimiento que los dos detenidos habían intentado atravesar la frontera el día anterior por el paso de La Junquera, en Cataluña, pero fueron rechazados. La mujer también ha argumentado que había bebido vodka, por lo que se han remitido muestras para su análisis. 

Según el relato de hechos de la acusación particular, el vehículo, un BMW, cruzó desde Francia el túnel internacional de Somport (N-330) y al encontrarse con un control de la Policía Nacional, omitió las señales de parada y sin mediar palabra golpeó al vehículo patrulla y se dio a la fuga. Los agentes no pudieron abandonar el puesto y dieron aviso a compañeros del mismo cuerpo y a la Policía Nacional de que había huido un coche a gran velocidad en dirección hacia Jaca. 

La Policía Nacional movilizó tres patrullas en Jaca, pero el coche logró pasar de largo y continuó por la autovía A-23 hacia Sabiñánigo. En la rotonda de enlace con la N-330 había dos motoristas de la Guardia Civil que se percataron de la llegada del vehículo y comenzaron a perseguirle y a lanzarle señales luminosas y sonoras, pero volvió a hacer caso omiso. 

Otra dos coches patrulla de la Guardia Civil se apostaron en la rotonda de enlace de la A-23 con la N-330 en dirección ya a Hostal de Ipiés, pero el vehículo sospechoso les embistió también y siguió adelante. Los dos motoristas y un vehículo de la Benemérita siguieron detrás de él hacia el puerto de Monrepós. Ya de bajada, cerca de Arguis, el coche patrulla de Seguridad Ciudadana de Sabiñánigo se colocó delante del turismo fugado para intentar detenerlo y aunque en un principio este último redujo la velocidad, de repente aceleró y le chocó. Además, los sospechoso arrojaron a la carretera botellas y cajas desde el interior de su coche para intentar hacer caer a los motoristas.

Las peligrosas maniobra de la conductora no se quedaron allí ya que también frenó en seco para atropellar a los motoristas que le perseguían detrás. Uno de ellos consiguió esquivar la colisión saltando de la moto a tiempo y lesionándose la mano en la caída. 

Los otros dos agentes que iban en el vehículo patrulla, aunque aturdidos y con lesiones cervicales, salieron fuera. Uno de ellos hizo un tiro al aire intimidatorio, pero al ver que seguía sin detenerse, su compañero disparó dos veces a las ruedas del vehículo, reventando una de ellas, lo que logró frenar por fin el turismo y detener a sus dos ocupantes.    

Jorge Piedrafita ha destacado los hechos pusieron en "grave riesgo" la vida a los tres agentes "que actuaron de forma muy profesional con ponderación, congruencia y proporcionalidad ante dos investigados que de forma consciente no sólo quebrantaron las prohibiciones del estado de alarma sino que de forma dolosa y peligrosa pusieron en riesgo a todos los ciudadanos que circulaban por una vía de montaña al provocar una persecución más de 200 km por hora".

El letrado se ha congratulado de la medida acordada por el Juzgado de Guardia y ha asegurado que ejercitará la acusación particular "con la máxima firmeza para salvaguardar los derechos de los agentes y que sean resarcidos, buscando la máxima pena para que hechos tan graves no se vuelvan a repetir". En este sentido, ha insistido en que desde la AEGC tendrán "la respuesta más dura porque lesionar y poner en riesgo la vida de los agentes no puede salir gratis".

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