turismo activo

La temporada de rafting y barrancos "pinta bien" por la abundancia de caudales

Las empresas esperan tener un buen año tras los problemas del 2019 por la sequía.

Raúl de Santos, de la empresa Ur de Murillo de Gállego.
Raúl de Santos, de la empresa Ur de Murillo de Gállego.
Rafael Gobantes

Las empresas de turismo activo de Huesca calientan motores para el inicio de la temporada de aguas bravas y de barrancos con buenas perspectivas por la abundancia de caudales. Para ellos el recurso principal es la nieve, un embalse en diferido que con el deshielo les puede garantizar la materia prima necesaria para sus actividades.

En el Gállego, la temporada de aguas bravas arranca el 15 de marzo. "Ningún año se ha tenido que dejar de trabajar por falta de agua, pero con el cambio climático, cada vez hay menos días de caudales altos", se lamenta José María Sopeña, de la asociación Gállego Activo. De momento, es una garantía que los pantanos estén llenos y haya nieve acumulada. Y es que en 2019, año de sequía, se pudo trabajar gracias a un acuerdo con la CHE y los regantes de la Peña para soltar caudales durante el día. "Fue un año con poca agua, pero salvamos la temporada", afirma.

Y en parte fue por las nevadas tardías, que con el deshielo contribuyeron a ello. "La nieve es lo más determinante. El deshielo llega hasta mitad de junio", señala este representante de un sector que cada año atrae al Gállego a unas 70.000 personas.

Las empresas dedicadas al barranquismo en la Sierra de Guara coinciden en el pronóstico. "Llovió al principio del invierno, nevó en Guara y, aunque ha subido la temperatura y la nieve se ha ido, las fuentes, ríos y acuíferos están llenos. A poco que llueva en primavera va a ser un buen año. A diferencia del pasado, más seco, pinta muy bien", dice Álex Castro, de Guías de Guara.

Ya han empezado las actividades en barrancos secos, como este del Portiacha, con un rápel de 35 m.
Ya han empezado las actividades en barrancos secos, como este del Portiacha, con un rápel de 35 m.
Álex Castro

Para Semana Santa ya hay reservas en actividades en barrancos, e incluso se está activando la contratación para marzo. «Los ríos están altos, pero no desbordados, en buenas condiciones», añade.

La reserva nival ha descendido, ya que prácticamente hace un mes que no se producen precipitaciones, pero aún así se mantiene por encima de las cifras de años anteriores.

Según el último parte de la Confederación Hidrográfica del Ebro de esta misma semana, las cinco subcuencas nivales del Pirineo sumaban 797 hectómetros cúbicos de agua equivalente, frente a los 711 de hace un año y a los 729 del promedio del lustro. Desde el 26 de enero, cuando cayeron las últimas nevadas, ha bajado un 13%.

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