Suceso en broto
Prisión para la detenida por el crimen de Broto, que asestó "una o dos" cuchilladas
La joven ha salido llorando de los juzgados de Boltaña escoltada por dos agentes de la Guardia Civil en dirección a la prisión de Zuera.
Daniela Valencia, de 22 años de edad, la autora confesa de la muerte de su expareja en su domicilio de Broto, ingresó este martes en la prisión de Zuera después de comparecer durante más de cinco horas ante la titular del Juzgado nº 1 de Boltaña. En su declaración ratificó a grandes rasgos la versión que dio inicialmente a la Guardia Civil admitiendo que asestó "una o dos" cuchilladas frontales a su exnovio, Geovanny Valencia, de 26, durante una fuerte discusión en la que el fallecido la había amenazado previamente con esa misma arma blanca.
La joven salió de las dependencias judiciales sobre las 17.30 escoltada por dos guardias civiles y llorando. Por la mañana, había entrado cabizbaja y acompañada de dos miembros de la Policía Judicial que han dirigido las investigaciones. En ningún momento hizo declaraciones en público.
Su abogado, Eladio Mateo Ayala, explicó al término de la comparecencia que la juez había dictado un auto de prisión comunicada y sin fianza contra Daniela Valencia, atendiendo la petición formulada por la fiscal tras oír su testimonio. El letrado, por su parte, había pedido como medida alternativa su puesta en libertad con la retirada del pasaporte para evitar un posible riesgo de fuga del país –ella es de origen colombiano, como el fallecido–, pero su solicitud fue rechazada.
La juez le imputa en principio un presunto delito de homicidio, que está castigado con una pena de entre 10 y 15 años de prisión sin tener en cuenta posibles atenuantes o agravantes. No obstante, el abogado defensor sostiene que su cliente "tuvo que hacer uso del cuchillo para defenderse", argumento que podría llegar a rebajar la gravedad de la condena y en un caso extremo incluso considerarse como una eximente completa de legítima defensa.
Mateo Ayala confirmó que la joven había ofrecido ante la juez una versión "prácticamente similar" a la que había dado a la Guardia Civil "con algún pequeño detalle más, pero con la misma esencia", es decir, que hubo una agresión previa por parte de la víctima y que ella reaccionó de esa forma "por miedo".
Fue a buscar unas pertenencias
No obstante, desveló algunas nuevas circunstancias que antecedieron a la muerte violenta de Geovanny Valencia. Así, relató que Daniela Valencia acudió el pasado viernes al domicilio de su exnovio para recoger unas pertenencias que todavía seguían en el apartamento de él, y que en un principio estaba sola en la vivienda por lo que debía conservar las llaves de la época en la que habían mantenido una relación.
Según su declaración, al salir de la vivienda se encontró con Geovanny y entonces ambos comenzaron a discutir acaloradamente por motivos "sentimentales", lo que descarta un posible móvil económico. Durante el altercado, "con un ambiente emocionalmente fuerte", según el abogado, el joven la amenazó con un cuchillo pero de alguna forma ella consiguió arrebatárselo –pese a la diferencia física de ambos– y le asestó una o dos puñaladas que resultaron ser mortales.
Posteriormente, Daniela Valencia abandonó el domicilio y fue detenida el sábado a primera hora de la tarde en la localidad de Yebra de Basa, a más de 30 kilómetros de Broto, a donde llegó en estado de desorientación.
Eladio Mateo Ayala dijo que su defendida es "una niña normal y corriente" que se encuentra "triste y muy afectada emocionalmente, como lo estaríamos cualquiera con un poco de sensibilidad en una situación así".
Durante las 72 horas previas, la Guardia Civil ha tratado de atar todos los cabos posibles de este caso que ha conmocionado a la pequeña localidad de Broto, de poco más de 500 habitantes, que ayer dio por finalizados los tres días de luto decretados por la muerte violenta de Geovanny Valencia, un joven muy querido que llevaba varios años residiendo en el pueblo y que ahora regentaba el restaurante Casa Vallés con la ayuda de su padre tras la jubilación de sus anteriores dueños.
Sin lesiones defensivas
Una de las principales incógnitas que se mantienen abiertas es por qué ni la víctima ni la detenida presentaban heridas defensivas pese a esa acalorada discusión. De ahí que se baraje la hipótesis de que las cuchilladas no llegaran como consecuencia de un forcejeo, sino tal vez como un arrebato. De hecho, la joven, cuando fue arrestada, solo tenía pequeñas magulladuras que no revestían especial importancia. Aun así, la Guardia Civil la trasladó al centro de salud de Aínsa para someterla a un reconocimiento médico. Con todo, tendrán que ser los forenses en última instancia los que determinen la causa de esas lesiones y si es posible sostener el argumento de legítima defensa.
La presunta homicida y la víctima habían mantenido una relación hasta el pasado verano, cuando ella además dejó de trabajar con él en su restaurante. Al parecer, coincidió en el tiempo con el inicio de una nueva relación con otro chico, también de origen colombiano. La semana pasada, Geovanny y Daniela mantuvieron una acalorada discusión en plena calle, en Broto, con algunos vecinos de testigos.
La Guardia Civil también ha descartado por completo la participación de una tercera persona en la agresión mortal.
