El Museo Diocesano de Jaca incorpora a su colección por su décimo aniversario el retablo de Santiago de Ruesta

Gracias a una subvención del consistorio jaqués, los visitantes podrán contemplar esta nueva pieza, el tríptico de Santiago, temple con retoques al óleo sobre tabla, del siglo XVI.

Retablo de la ermita de Santiago de Ruesta.
Retablo de la ermita de Santiago de Ruesta.
Museo Diocesano de Jaca.

El Museo Diocesano de Jaca celebra el próximo domingo 9 de febrero el décimo aniversario de su reapertura. Con motivo de esta celebración, se podrá ver expuesto el retablo procedente de la ermita de Santiago de Ruesta (Zaragoza) del siglo XVI que acaba de ser restaurado gracias a una subvención del Ayuntamiento de Jaca y realizada por los restauradores Inmaculada Piedrafita y Gerardo Sánchez. Durante la jornada del domingo no habrá servicio de visitas guiadas y el acceso a la colección del Museo será gratuito.

El Museo Diocesano de Jaca cuenta con una colección muy importante expuesta al público, pero sus fondos van mucho más allá. Por ello, cada año intentan ampliar dicha colección, con la incorporación de nuevas piezas restauradas. En este caso, y gracias a una subvención del consistorio jaqués, los visitantes podrán contemplar una nueva pieza, el tríptico de Santiago, del siglo XVI (Renacimiento). Se trata de un temple con retoques al óleo sobre tabla, procedente de la ermita de Santiago en Ruesta, que se dedica al mismo santo, representado en la calle central. En las tablas laterales aparecen las imágenes de San Jorge y San Marcos, de menor tamaño y situadas sobre un sencillo fondo que también comparte Santiago.

Santiago, San Marcos y San Jorge

Debe suponerse que la elección de estos tres santos no fue casual. El protagonismo que adquiere el apóstol Santiago en esta tabla, representado como un peregrino con bordón y sombrero decorado con una venera, probablemente se deba a su papel como protector de aquellos que peregrinaban a Galicia. Lo contempla desde su izquierda el evangelista San Marcos, identificable gracias al rollo que porta y al león que descansa a sus pies. No obstante, no puede afirmarse de manera concluyente la razón por la que el artista decidió incluir a este santo, ya que si bien es cierto que San Marcos es el evangelista que más datos aporta sobre la vida de Santiago, tal vez su presencia estuviese relacionada con alguna festividad o con el comitente de la obra. Más entendible resulta la inclusión de San Jorge, pues desde finales de la Edad Media cobró gran relevancia en el arte aragonés como patrón de la Corona de Aragón. En el retablo de Ruesta se puede ver acometiendo la hazaña más célebre de su biografía: matar al dragón que acechaba la ciudad libia de Silca para salvar a su princesa.

Todos los personajes se sitúan sobre un fondo que aporta algunos indicios sobre la autoría y datación de este retablo. Por ejemplo, la palidez que progresivamente adquieren en la lejanía los colores del paisaje es un recurso propio de la perspectiva aérea, habitual en el Renacimiento italiano, hecho que apunta a que el retablo de Santiago fue realizado a lo largo del siglo XVI.

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