cuatro comarcas afectadas

Los alcaldes urgen el eje norte de Guara para salvar 20 pueblos y una escuela

El consejero de Agricultura visitará este lunes la zona para tratar de impulsar una pista asfaltada en el Parque Natural.

Los alumnos de la escuela de Paúles de Sarsa.
Alumnos de la escuela de Paúles de Sarsa el curso pasado. Este año quedan cuatro niños y pronto habrá solo dos.
Verónica Lacasa

El norte de la turística Sierra de Guara es un desierto demográfico. Desde hace años, los pueblos del valle de Nocito y del sur de la comarca del Sobrarbe reivindican la construcción de un eje de comunicación como única tabla de salvación. No se trata de una carretera sino de una pista asfaltada, con un tramo de 3 kilómetros de nuevo trazado. Este lunes, el consejero de Agricultura y Medio Ambiente, Joaquín Olona, y otros cargos de su departamento visitarán la zona y se reunirán con los alcaldes para presentar el proyecto de construcción redactado por el Gobierno de Aragón. El coste de las obras rondará los 3 millones de euros.

La redacción del mismo y el estudio de impacto ambiental del denominado Eje Norte del Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara se licitó hace un año para acondicionar una pista de 14,5 kilómetros entre los núcleos de Bara y Las Bellostas que cerraría el anillo de circunvalación del espacio protegido. Contemplará dos tramos, uno de nueva apertura, de apenas 2 kilómetros, y otro de pista ya existente. Una de las dificultades es la ubicación, ya que parte discurre dentro del Parque y otra, en la Zona Periférica. Hace 22 años, el Plan de Ordenación de los Recursos Natural de Guara ya consideraba prioritaria la actuación, pero aún no se ha ejecutado.

Y si es de vital importancia para el Parque, desde el punto de vista de la gestión ambiental o de la prevención de incendios forestales, también lo es para la supervivencia de más de 20 pueblos, opinan los alcaldes de la zona. Núcleos muy pequeños, algunos sin accesos asfaltados pero con casas ya reconstruidas. Asimismo, está en el aire el futuro de la única escuela, la de Paúles de Sarsa (Aínsa). El curso pasado estudiaban aquí seis alumnos, este quedan cuatro y en el 2020-2021 solo serán dos, por lo que no podría seguir abierta.

"Buscamos que esos pueblos no se acaben de morir del todo", señala el alcalde de Aínsa, Enrique Pueyo. "Hablamos de una zona muy deprimida tanto demográfica como económicamente", asegura, recordando que ya existe una pista y solo quedarían unos kilómetros para enlazar el eje, una distancia tan corta que desde un lado se puede ver el otro. "Para ir de Nocito a las Bellostas hay que viajar a Huesca, luego a Barbastro y seguir a Arcusa. Esta pista permitiría reducir la distancia a solo 20 km", explica el responsable municipal. El rodeo actual de una hora y 45 minutos se reduciría una hora.   

El Ayuntamiento de Aínsa, uno de los seis municipios implicados, sabe lo que cuesta sacar adelante este territorio. A principios de año lanzó una oferta para intentar atraer a nuevas familias a través de un plan de ayudas, dirigido tanto a los propietarios que pusieran viviendas en alquiler como a las familias con niños decididas a arrendarlas. La idea era evitar el cierre de la escuela de Paúles de Sarsa, un proceso que irreversiblemente ahondaría en la despoblación, "pero no hemos conseguido ninguna".

Los interesados piden que además de facilitarles una casa, puedan tener opción de conseguir un trabajo, "y aquí no lo hay". Otras familias con hijos tampoco quieren ir a un lugar donde no haya más niños. La única esperanza son dos bebés nacidos recientemente en Paúles y Arcusa, pero no se llegaría a tiempo de salvar la escuela, un centro muy singular por donde en los últimos años han pasado alumnos de muy diversas nacionalidades, ya que los extranjeros se sienten muy atraídos por estos pueblos del Biello Sobrarbe.

El Ayuntamiento de Aínsa asegura que existe un consenso entre los seis municipios afectados (, las cuatro comarcas (Alto Gállego, Sobrarbe, la Hoya de Huesca y Somontano), la propiedad privada y las asociaciones respecto al trazado del eje norte de Guara, que contribuiría además a devolver a la vida a algunos núcleos hoy deshabitados, como Bagueste, Letosa, Otín, Nasarre y Miz. En este, los propietarios reclaman un acceso para llegar y salvar las casas medio en ruinas.

La consejería de Agricultura, de la que depende el Parque Natural, ha costeado la redacción del proyecto, que ahora, si se le da un impulso político, deberá pasar los trámites ambientales y conseguir financiación. El objetivo de la visita de Joaquín Olona es mostrarle sobre el terreno su necesidad. A él, al director del Inaga y al de Medio Natural, para que las trabas ambientales no sean obstáculos insalvables.

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