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Descubren un taller ilegal de coches en la nave de una finca de fruta del Bajo Cinca

El Grupo de Investigación y Análisis de Tráfico de la Guardia Civil ha denunciado al propietario por no poseer las autorizaciones correspondientes.

Imagen del taller ilegal encontrado por el GIAT.
Imagen del taller ilegal encontrado por el GIAT.
Guardia Civil

El Grupo de Investigación y Análisis de Tráfico (GIAT) de la Guardia Civil de Huesca ha detectado un taller ilegal de reparación de vehículos que estaba oculto en una nave de una finca de frutales de la comarca del Bajo Cinca y ha denunciado a su propietario por carecer de las autorizaciones y licencias correspondientes. 

Dentro del marco de las operaciones para reducir la siniestralidad, el GIAT realiza inspecciones periódicas para evitar la proliferación de talleres ilegales que son regentados por personas que, aunque cuentan con conocimientos de mecánica, ejercen la actividad sin la preceptiva autorización.

Los agentes localizaron un local en la comarca del Bajo Cinca donde se producía el trasiego propio de un taller mecánico. Sospechas que se vieron confirmadas con la inspección ya que comprobaron que el taller estaba ubicado en una nave que pasaba desapercibida, al encontrarse en medio de una finca de árboles frutales.

La nave se había acondicionado como taller para la reparación de automóviles, dotado de instrumentación y herramientas profesionales, que incluían un elevador, grupo electrógeno, grúa de techo, carretilla, compresor, torno y elevadores de ruedas portátiles, todo ello necesario para llevar a cabo trabajos compatibles con los de un taller mecánico.

Fuera de la instalación se localizaron tres turismos en proceso de reparación y en el preciso momento de la inspección, el propietario del taller fue sorprendido cuando se disponía a revisar el estado de un vehículo antes de pasarle la ITV.

Desde la Guardia Civil resaltan que tiene especial relevancia la falta de gestión de los residuos generados peligrosos para el medioambiente y la salud, y otros no peligrosos ya que existe la obligación de darles un tratamiento adecuado. En este caso, observaron en el suelo del establecimiento baterías, filtros de aceite, aceites usados de motor acumulados en garrafas y bidones, garrafas de gasóleos y gasolinas, neumáticos usados, chatarra procedente de la reparación o sustución de piezas de los vehículos reparados, así como vertidos de líquidos en el suelo de la nave.

Al serle requeridas al dueño las autorizaciones y licencia necesarias para realizar la actividad de taller de reparación de automóviles y como generador de residuos peligrosos o no, este no pudo aportar ningún tipo de documentación que le acreditase para poder dedicarse a la actividad que estaba realizando Por ello, el GIAT levantó dos denuncias que han sido remitidas a la Administración correspondiente.

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