Ni atascos ni aglomeraciones. El puente festivo se ha notado en el cementerio de Huesca, donde a lo largo de la jornada ha habido una presencia fluida de gente, pero sin congestiones, ni en el interior del recinto ni en el aparcamiento exterior, donde la Policía Local ordenaba el tráfico.

Fue sobre todo un día para los homenajes, los que rinde el Ayuntamiento a los represaliados durante la Guerra Civil y a todos los que hay enterrados en el campo santo, que son entre 40.000 y 45.000 personas. La cifra no se conoce con exactitud, ha comentado José Ignacio Torres, encargado del recinto, porque desde 1847, año de su inauguración, hasta el 1936 los archivos están muy incompletos.

El cementerio lleva abierto desde el pasado 28 de octubre, entre las siete de la mañana y las siete de la tarde, para facilitar las visitas de los familiares. Este viernes se han sumado el alcalde y varios concejales, que después de asistir a la misa en la capilla han hecho la ruta ya tradicional de homenajes. Una de las paradas ha sido para colocar una corona en la cruz de los caídos. Se ha pasado ante la fosa donde están los restos de los ediles constitucionales republicanos fusilados el 13 de agosto de 1936: Mariano Carderera, entonces alcalde; Mariano Santamaría, primer teniente de alcalde; Manuel Sender, exalcalde y concejal; y Miguel Saura, obrero y sindicalista, que era empleado municipal cuando lo asesinaron.

Rafael Gobantes

También se han detenido en el osario, donde reza la inscripción ‘Polvo de generaciones oscenses, cuyo amor fue tu amor’, y donde los ediles han arrojado pétalos de rosa, una imagen ya icónica. Además, han depositado flores en las tumbas del general Lasheras y de los militares de la sublevación de Jaca, los capitales García Hernández y Fermín Galán, este último en el cementerio civil. Desde aquí, la comitiva se ha trasladado al antiguo cementerio de las Mártires.

El Ayuntamiento ha hecho este año una inversión de 220.000 euros con la construcción de un bloque de 216 nichos y está previsto acometer una obra de las mismas características el año próximo, ha señalado el concejal Roberto Cacho. Junto a él, el alcalde, Luis Felipe, ha recordado que es de las instalaciones más visitadas y por lo tanto es obligación del Ayuntamiento mantenerlas "cuidadas". Aquí trabajan cinco personas.

A futuro se pensaba en la construcción de un segundo crematorio, pero las incineraciones han caído un 20% por la aperturas de otros en Sabiñánigo y Monzón, de manera que se replantea esta inversión. Sí está clara la necesidad de seguir gastando dinero en nuevos espacios y en la ampliación de los enterramientos