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Dos cabañas con comodidades del siglo XXI para que se refugien los pastores y sus perros a 2.200 m

Estarán emplazadas a unos 2.200 metros de altitud en las inmediaciones de la punta Tobacor, cerca del refugio de Góriz, en el término municipal de Fanlo.

Fotomontage de los dos habitáculos.
Fotomontaje de los dos habitáculos.
BAU

Los pastores que recorran el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido contarán a partir del otoño de 2020 de dos nuevas cabañas o mallatas con comodidades del siglo XXI para poder pasar la noche o resguardarse ellos y sus perros en caso de inclemencias meteorológicas.

Concretamente, estarán emplazadas a unos 2.200 metros de altitud en las inmediaciones de la punta Tobacor, cerca del refugio de Góriz, en el término municipal de Fanlo. Cada una de ellas dispondrá de dos habitáculos: uno junto a la entrada que servirá como refugio para los perros y otro habilitado como acomodo de un par de pastores.

En concreto, son dos construcciones rectangulares con envolventes exteriores de piedra y con losas en la cubierta. En el espacio previo a la habitación principal, además de servir de corta vientos, habrá un lugar para dejar la ropa de abrigo, calzado, bastones y demás utensilios. Además, se habilitará un espacio para que descansen los canes y se colocará un armario con una instalación fotovoltaica que permita dotar al refugio de dos puntos de luz y otras dos tomas de corriente.

Separado por otra puerta estará la habitación con dos camas, en litera, además de una mesa con sillas y un espacio para colocar alguna estantería en la que guardar las mochilas. En total, serán 10 metros cuadrados útiles.

Exteriormente estarán forradas con piedra del lugar para favorecer su integración paisajística y amortiguar los empujes del viento sobre el habitáculo que estará construido en madera. Y es que además de copiosas nevadas en invierno, de varios metros de altura, los vientos superan los 100 km/h y hay abundantes tormentas eléctricas.

Ambas construcciones estarán en zonas planas de pasto y junto a las ruinas de antiguas mallatas que fueron construidas enteramente en piedra. Para conservar esos restos, se ha propuesto levantar las nuevas cabañas algo apartadas y en puntos más elevados. «Así el pastor que la use, tendrá buena vista sobre el terreno y controlará mejor al ganado», explican los autores del proyecto elaborado por el Estudio de Arquitectura y Urbanismo BAU. Las mallatas no están diseñadas para aguantar la embestida de un alud por sus características por lo que se han ubicado en los lugares menos expuestos posibles.

Las cabañas serán construidas en el taller y transportadas en paquetes de 900 kilos con un helicóptero a la zona, donde serán ensambladas definitivamente.

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