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Propietarios de Cerler piden una compensación por los suelos cedidos a la estación hace 55 años

El plan parcial que está en marcha retrasa hasta 2035 la urbanización de algunas parcelas. La consejera Marta Gastón, presidenta también de Aramón, justifica el retraso por la crisis y los pleitos y está abierta a dialogar.

Terrenos de ‘La Solaneta’, donde están las parcelas afectadas.
Terrenos de ‘La Solaneta’, donde están las parcelas afectadas.
Heraldo

Cuando se construyó la estación de esquí de Cerler, en 1964, un grupo de vecinos puso sus tierras a disposición de los promotores a cambio de un precio simbólico y del compromiso de la reversión de un 10% en suelo urbanizable. Cincuenta y cinco años después, sigue sin haberse hecho efectivo y no parece que vaya a serlo en un futuro próximo ya que, aunque en su día la empresa de la estación les entregó 17 parcelas en una zona conocida como ‘La Solaneta’, de futura actuación, el proyecto de ampliación de la urbanización de Cerler no incluye ninguna en la primera fase de ejecución (UE-1), solo algunas en la segunda, que se desarrollarían entre 2027 y 2028 (UE-2) y deja el resto para la tercera, en 2035.

Así lo denuncian los afectados, que han remitido sendas cartas a Marta Gastón, como presidenta del grupo Aramón (participada al 50% por el Gobierno de Aragón e Ibercaja), y a la alcaldía de Benasque. Piden que esas 17 parcelas formen parte de la primera fase de la nueva promoción urbanística y se salde así la deuda pendiente.

"Mi abuelo cedió tierras en el 1964 para que se pudiera instalar la estación y a cambio le dieron unas acciones, que hoy no tienen ningún valor por las pignoraciones y avatares de todos estos años, y el compromiso de la devolución del 10% de la superficie aportada en terreno urbanizado", explica Esther Lamora, nieta y heredera de uno de los vecinos cedentes de los terrenos que, como el resto de afectados –ahora ya una treintena al pasar las parcelas de padres a hijos y nietos–, esperaba que el proyecto de la nueva urbanización de Cerler sirviera para hacer efectivo, por fin, ese compromiso.

La crisis económica y las discrepancias entre el Ayuntamiento y Aramón explican en buena medida la demora. A ellos se refiere la consejera de Economía y presidenta del consejo de administración de Aramón en la respuesta a los afectados. Marta Gastón les recuerda que hasta el 2005 el Ayuntamiento no aprobó el plan parcial, luego llegó la recesión y "los desencuentros" entre las dos partes, con "numerosos litigios judiciales". Pese a ello, en 2015 se restableció la cooperación con el Consistorio para urbanizar las unidades UE-1 y UE-2 y se está trabajando para cumplir el compromiso. Además de firmar un convenio, "tras una complejísima negociación" en 2017, se ha tramitado la declaración de impacto ambiental, aprobada en enero de 2019, amén de otros trámites y modificaciones del proyecto.

La presentación del plan urbanístico de Cerler en el Ayuntamiento de Benasque, con la correspondiente información pública, confirmó a los propietarios que se pretende ejecutar en varias fases y que se pospone la urbanización de las parcelas cedidas a los vecinos. "Llevamos 55 años de demoras y esto no parece que tenga ninguna solución", se lamenta Esther Lamora, recordando que, en su caso concreto y por indicación de la notaria, escrituraron a su nombre los terrenos cuando recibieron la herencia, «pero solo ha servido para que tengamos que pagar desde entonces el IBI urbano por unas parcelas que no tienen ningún tipo de servicio».

Esta propietaria explica que la estación inició en 1999 una pequeña actuación urbanística en ‘La Solaneta’ "que se quedó en nada", y que en 2008, ya con el nombre de Fomento y Desarrollo del Valle de Benasque, sociedad heredera de los promotores e integrada en Aramón, remitió cartas a los afectados para que escriturasen las parcelas, algo que algunos hicieron y otros no.

Ahora, con el nuevo proyecto, todos esperaban que la nueva urbanización comenzara por estos terrenos, "pero nos hemos encontrado con que cambian de sitio y pretenden empezar por la zona más alejada. Nos vuelven a relegar en el tiempo hasta el año 2035. Me imagino que muchos de nosotros ya ni lo llegaremos a ver, como les sucedió a nuestros abuelos y a nuestros padres", señala Esther Lamora.

Los afectados han solicitado información al catastro sobre la obligación de pagar el IBI urbano, que les ha contestado que es una competencia municipal. Lamora confiesa estar "muy cansada" de innumerables reuniones a lo largo de estos 55 años. Su marido, Carlos Trigoso, confirma que después de tantos años los vecinos "están resignados" pero vislumbra "una esperanza" en la respuesta que les ha remitido por escrito la presidenta del Consejo de Administración de Aramón.

Marta Gastón les recuerda que la finalidad de los contratos suscritos era "transformar unos terrenos agrícolas en una moderna estación de esquí, con las repercusiones económicas que ello ha tenido en favor de todos los vecinos de Benasque", y así lo han reconocido varias sentencias.

Gastón reitera "el total compromiso" de la empresa de la estación en el desarrollo de Cerler y en particular de esas unidades, y aclara a los afectados que la distribución en fases se ha realizado "siguiendo estrictamente consideraciones técnicas" del equipo redactor del proyecto. No obstante, deja la puerta abierta, "siempre que fuera técnicamente posible", a entablar un diálogo, con la participación del Ayuntamiento, para analizar si es factible acceder a su petición y adelantar la ejecución de la urbanización tal y como piden.

La reclamación de los vecinos cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Benasque, cuyo alcalde, Ignacio Abadías, recuerda que siempre han instado a Aramón a que dé preferencia a esta actuación. "Llevan más de 50 años sin ver cumplidos los compromisos adquiridos y pensamos que los afectados han adquirido de largo los suficientes derechos", afirma.

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