en el río gállego

La temporada de aguas bravas acaba antes de tiempo por la sequía

Las empresas de turismo deportivo concluyen un verano "muy seco", pero mantienen el número de clientes.

Descenso de barcas por el río Gállego.
Descenso de barcas por el río Gállego.
Rafael Gobantes

El final de la temporada de aguas bravas en el río Gállego coincide tradicionalmente con las fiestas del Pilar. Este año, sin embargo, los últimos descensos se realizarán el próximo domingo por culpa de la sequía. "Solo queda el caudal ecológico, y no es suficiente", lamenta Héctor Pérez, presidente de la Asociación Gállego Activo. No obstante, la temporada concluye con un buen balance. Solo en Murillo de Gállego trabajan cuatro empresas con casi cien empleos directamente vinculados a ellas, además de los generados por los alojamientos o el negocio de taxis.

La asociación alcanzó un acuerdo con la Confederación Hidrográfica del Ebro y con los regantes del Bajo Gállego para la regulación del caudal, de forma que se pudiera hacer rafting o descensos en canoa, kayak o hidrospeed con total normalidad. A pesar de las escasas precipitaciones de este verano, se han estado realizando sueltas controladas. Se almacenaba agua en horario nocturno entre los embalses de la Peña y Ardisa que luego se dejaba ir durante el día para permitir la practica deportiva.

La regulación durante la temporada hizo posible tener unos caudales "muy buenos". En el último tramo de la campaña, con reservas hidráulicas más escasas y menor presión turística, se daba agua sobre todo los fines de semana y en menor cantidad de lunes a viernes. "Pero ahora ya no hay más, no hay más capacidad de desembalse", reconoce Héctor Pérez. Admite al mismo tiempo que este año, sin el acuerdo con la Confederación y los regantes, hubiera sido "muy difícil" llevar a cabo los descensos. "Sin esta regulación no habríamos podido trabajar ni la mitad, porque necesitamos unos caudales mínimos. El acuerdo ha sido fundamental", asegura el responsable de la Asociación Gállego Activo.

Todavía no hay cifras concretas sobre los clientes, porque se está haciendo el cierre de campaña, pero según Héctor Pérez, "será similar" a la de 2018, cuando el número de actividades realizadas se estimó entre 70.000 y 80.000.

En la otra zona de rafting de la provincia, el río Ésera, todavía se producen sueltas desde las presas y aunque no disponen de agua todos los días, se continúa operando.

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