La temporada de baños salados en Naval termina con más visitantes

El Salinar de Rolda convertido en un balneario al aire libre ha recibido 24.500 bañistas, mil más que el verano pasado.

La temporada de baños en el Salinar de Rolda de Naval terminaba este domingo, coincidiendo con el final de las fiestas patronales de la localidad del Somontano, con un incremento de mil bañistas con respecto al verano anterior. Desde el 1 de junio al 15 de septiembre, por este centenario salinar de sales minerales han pasado 24.500 personas. La mayoría proceden de Aragón, sobre todo de las provincias de Huesca y Zaragoza, aunque también es importante la presencia de turistas catalanes, de la vecina Lérida, así como navarros y vascos.

Por lo que respecta al turista extranjero, este verano se han visto por Naval belgas y franceses, entre otras nacionalidades, según datos facilitados por la gerencia de este espacio, reconvertido a comienzos del siglo XXI en un lugar de ocio saludable.

Septiembre ha sido el mes con menos afluencia de visitantes debido al cambio climatológico experimentado estos días pasados con el descenso de temperaturas. Por el contrario, junio fue un mes donde hubo gran presencia de público dado el calor que imperaba por esas fechas.

Gran aceptación han tenido también los conciertos organizados por el restaurante del Salinar los sábados del mes de agosto, retomando así la vinculación que en su día hubo con la música a través del Festival Soma creado para dar promoción a este espacio lúdico.

Las ventas de sal también han sido importantes. Los bañistas podrían adquirir desde sales de baño aromáticas a la Flor de Sal, muy apreciada por la restauración.

El gerente del Salinar, Saturnino Riazuelo, afirma que estos datos consolida a este enclave “como una referencia turística en el Somontano que crece cada año. Antes venía la gente sobre todo el fin de semana y ahora hemos visto una tendencia de que acuden entre semana, que es cuando se está mejor al no haber tanta masificación”.

El Salinar de Rolda ha pasado de ser un espacio abandonado y degradado, a finales del siglo XX, a ser la principal industria del municipio en verano ya que da trabajo a una veintena de personas, la mayoría vecinos de Naval. El resto del año, una persona es la encargada de realizar labores de mantenimiento y de extracción de sal que se destina para usos gastronómicos

La repercusión del Salinar también se deja notar en los negocios hosteleros del municipio. A raíz de la gran presencia de visitantes, una familia optó por abrir su propio bar – restaurante, La Fábrica, mientras que las casas de turismo rural registran buenas ocupaciones durante el estío.

Seguir invirtiendo

Para esta temporada la sociedad del salinar, donde están representados desde vecinos, el Ayuntamiento o la parroquia, ha invertido 130.000 euros en el acondicionamiento de la cocina del restaurante, dada la gran demanda de comidas que se sirven a diario. Asimismo con una partida de unos 100.000 euros de la Diputación Provincial de Huesca se pudo acondicionar el camino de acceso al barranco donde se encuentra el Salinar.

La intención es seguir acometiendo inversiones para mantener las cinco piscinas y el resto de instalaciones, como recalca Riazuelo.

La elevada concentración salina de estas piscinas, de un 25 % (por cada litro de agua hay 250 gramos de sal), ofrece una grata sensación terapéutica y relajante. El Gobierno de Aragón le otorgó la catalogación de aguas minero medicionales para uso terapéutico ya que además de eliminar estrés y generar sensación de bienestar, los baños rebajan la hipertensión y generan beneficios para la piel. Además los fines de semana se ofrecen masajes corporales realizados por un fisioterapeuta.

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