transporte por cable

La multinacional Doppelmayr busca inversores para el teleférico que conectaría la estación de Canfranc con el ibón de Ip

La empresa austro-suiza dice que está explorando "si la instalación es viable". Prepara el estudio de impacto ambiental y encargará un estudio de mercado.

Imagen en 3D de la estación inferior, con la cabina en posición antes de la partida.
Imagen en 3D de la estación inferior, con la cabina en posición antes de la partida.
Doppelmayr

La telecabina de Panticosa o el telesilla del Aneto en Cerler han acercado este verano a 30.000 turistas a las cimas y lagos de la alta montaña, una cifra que demuestra que el uso de los remontes en julio y agosto "está ganando adeptos". También Astún puso en marcha la telesilla a los Lagos para facilitar las excursiones y las visitas panorámicas.

En el Pirineo aragonés, el transporte por cable se empezó a aprovechar para la época estival hace solo unos años y en algunas pistas, pero tiene una larga tradición y está generalizado en montañas como los Alpes o los Dolomitas. Ahora ha surgido un proyecto para construir un telecabina entre Canfranc y el ibón de Ip, que de materializarse sería el primero fuera de pistas en el Alto Aragón.

De 1.887 metros de longitud y con un desnivel de 928, está promovido por la multinacional austro-suiza Doppelmayr-Garaventa, que quiere así aprovechar el filón de los viajes panorámicos. La empresa ha confirmado a este periódico que prepara el estudio de impacto ambiental y el proyecto de detalle mientras busca socios para este negocio. Ya ha realizado una estimación del número de visitantes de la zona o de cuántos usan el telesilla de Astún en verano, pero encargará un estudio de mercado más preciso.

"Estamos explorando si la instalación es viable, y si es viable abrirla a gente que quiera invertir. Nosotros en realidad somos constructores de teleféricos, pero a veces entramos en la explotación cuando vemos que de otra manera no se va a hacer", explica Javier Tellería, consejero delegado de Doppelmayr España. "Para que sea viable necesitamos 80.000 usuarios al año, nos parece que es una cifra razonable que se puede conseguir. Tenemos que ahondar en este estudio y definir si funcionaría todos los días, en verano, los fines de semana… Estamos en una fase previa", aclara Tellería. El precio medio del billete sería de unos 10 euros, la inversión entre 3,5 y 4,0 millones de euros y el plazo de construcción, de 10 a 12 meses.

Los expertos en seguridad consideran que al mismo tiempo que se hacen una evaluación ambiental, debería prepararse un plan de prevención de accidentes, porque este tipo de transporte facilita el acceso a la alta montaña a personas "que quizá no estén preparadas y desconocen los peligros del medio", en palabras de Alberto Ayora,presidente del comité de seguridad de la Federación Española de Deportes de Montaña.

Pocos teleféricos en España

El primer contacto de Doppelmayr-Garaventa con Canfranc, como empresa del sector, fue para ver cuánto costaría poner en marcha el antiguo carretón de Ip utilizado para transportar el material de la central hidroeléctrica y preparar una oferta, pero no era factible. "A raíz de eso hemos tenido contacto con la Alcaldía y surgió la idea de poner en marcha el proyecto por nuestra cuenta", señala Tellería, porque permitiría "acercar a la gente a un paraje de alta montaña y desestacionalizar el turismo".

Sería un teleférico bicable, con dos pilares de hormigón en cada estación y uno en medio, y dos cabinas de 15 plazas, que salvarían la distancia entre la estación de tren y el ibón, a 2.000 metros.

El ejecutivo de la multinacional cree que España, pese a ser una potencia turística, tiene muy pocos teleféricos. "En países como Suiza, Francia o Austria, los hay pequeños, medianos y grandes, y son instalaciones de éxito que dan beneficios". También tienen muchos usuarios los escasos existentes en España: Fuente De (Picos de Europa), Benalmádena, Rosales, Montjuit, el puerto de Barcelona o el Teide.

La empresa no explota ninguno en el país, sí en el extranjero. Sus planes pasan por construir el de Ip y ser el operador, pero la inversión está abierta a posibles interesados.

No es la única iniciativa para construir una telecabina en el Pirineo. Hace casi 10 años se redactó un plan muy ambicioso para unir Benasque y Cerler mediante un transporte monocable que tendría 2.036 metros de longitud y podría desplazar entre 2.000 y 2.400 personas por hora, con un coste de entre 8 y 11 millones de euros. Por el momento no ha pasado de ser un proyecto, aunque el valle sigue reivindicando su ejecución.

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