autovía huesca-Lérida

La Huesca-Siétamo levanta su primer viaducto al cumplirse un año de obras

Fomento asegura que los trabajos de la A-22 avanzan al ritmo previsto, aunque todavía habrá que esperar dos años para poder circular por todo el recorrido. 

Construcción de uno de los viaductos en el tramo aún sin desdoblar de la autovía a Lérida.
Construcción de uno de los viaductos en el tramo aún sin desdoblar de la autovía a Lérida.
Pablo Segura

Un año después de iniciarse las obras en el único tramo pendiente de la autovía Huesca-Lérida (A-22), ya se ha empezado a construir el primero de los dos viaductos proyectados y en los próximos meses se completará el movimiento de tierras en los casi 13 kilómetros que van desde la capital oscense hasta Siétamo. Paralelamente, continúan los trabajos de prospección arqueológica en el yacimiento de ‘Los Ayareces’, donde aparecieron las ruinas romanas, situado entre Siétamo y Loporzano.

El Ministerio de Fomento inició oficialmente la construcción del último tramo de la A-22 el 28 de agosto de 2018. Estaba pendiente completar la autovía entre Lérida y Huesca, que además se integra en el gran eje vertebrador que incluye la A-23 y la A-21, hasta Jaca y Pamplona.

Desde la carretera N-240, los conductores pueden observar cómo van avanzando las obras. Según fuentes de Fomento, hasta ahora se ha desbrozado todo el tramo, ejecutado obras de drenaje transversal entre la ronda norte de Huesca y el subtramo de Siétamo a Estrecho Quinto, realizado trabajos de prospección arqueológica en el yacimiento romano, que todavía continúan, y acometido los movimientos de tierras entre Siétamo y Estrecho Quinto, en las inmediaciones de la capital oscense. Además se ha empezado a ejecutar la cimentación y la construcción de las pilas del viaducto sobre el río Botella, uno de los dos previstos.

La previsión es que en los próximos meses se aborde el movimiento de tierras en todo el tramo, el resto de obras de drenaje y se inicie el viaducto sobre el río Flumen.

Las obras afectan a los municipios de Siétamo, Loporzano, Quicena y Huesca. Las máquinas están abriendo un nuevo recorrido en los primeros 8 kilómetros, desde Siétamo, mientras que en los otros cuatro se desdoblará la carretera nacional a lo largo de la Ronda Norte de Huesca, para conectar con la A-23. Pero todavía habrá que esperar dos años para poder circular por autovía entre la capital oscense y Lérida, ya que el plazo de ejecución es de 36 meses. Cuando se inaugure habrán pasado 10 años desde que se puso en servicio el resto del trazado.

Mientras, en la autovía de Monrepós (A-23) está pendiente el tramo Congosto del Isuela- Arguis, previsto para finales de verano o principios de otoño, tras la puesta en servicio en marzo de 17 km. El Ministerio de Fomento no pone una fecha concreta y se ha limitado a comentar que las obras llevan un ritmo alto de ejecución y concluirán "próximamente".

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