habla el autor del proyecto

"Benasque y Cerler necesitan una conexión por telecabina"

El arquitecto Antonio Sanmartín diseñó en 2011 la conexión entre Benasque y la estación de esquí. No se llegó a construir pero la infraestructura se sigue reivindicando.

Antonio Sanmartín, ante de una imagen de Benasque con la proyectada telecabina al fondo.
Antonio Sanmartín, ante de una maqueta de Benasque con la proyectada telecabina al fondo.
Heraldo

Benasque lleva décadas aspirando a tener una conexión por telecabina con Cerler que reduzca los problemas de acceso a las pistas de esquí y descongestione el tráfico. Usted hizo el proyecto en 2011, ¿cree que sigue siendo viable?

Sí, pero no es una opinión. Los números de costes y necesidades lo explican. Hicimos una proyección hasta el 2041, y de hecho en el 2019 se han comprobado como ciertos, ya que Cerler recibe al año unos 300.000 esquiadores. Este sistema reduciría a diez minutos el tiempo para ir de Benasque a Cerler. Aunque son solo ocho kilómetros, por carretera se puede tardar casi 30 o 40 minutos. El proyecto es viable desde un punto de vista económico y social, y por las mejoras que implica para la estación de esquí.

Acercaría las pistas hasta Benasque.

Efectivamente. No es tanto que Benasque suba a Cerler sino que la estación de esquí se prolongaría hasta Benasque, empezaría allí, como ha ocurrido en Andorra y otros lugares. Se dejaría el coche junto a la telecabina, evitando tener que hacer el resto del trayecto en un vehículo privado, y la consiguiente contaminación. Su impacto ambiental es muy bajo, evita que los vehículos se muevan por los valles y las zonas protegidas o los Parques Naturales.

El esquiador que esté en Benasque no tendría que coger el coche, podría ir andando a las pistas. En los periodos en que la estación está cerrada también funcionaría, permitiría los desplazamientos entre Cerler y Benasque. La previsión era que de los 300.000 esquiadores que frecuentan la estación, usarían el sistema 100.000, y en verano, 40.000 o 50.000.

¿Quién le encargó el proyecto y por qué?

El Ayuntamiento de Benasque lo encargó a un equipo formado por ALG (consultora de movilidad y transporte), que ha trabajado en las líneas de tranvías de Zaragoza y Barcelona, y por nosotros. El trabajo coordinó a ingenieros, paisajistas, economistas… Ahora tendríamos que hacer unos reajustes, pero las proyecciones que realizamos para el 2018, 2019 y 2020 sobre el funcionamiento de la estación se están cumpliendo.

Ganamos un concurso convocado por el Ayuntamiento para definir la viabilidad económica de un sistema tricable. El estudio concluía que no era posible, porque rondaba los 30 millones de euros, pero sí vimos que había otras opciones de transporte igualmente eficaces pero muchísimo más baratas y más insertables en Benasque: un monocable. El Ayuntamiento pagó ese estudio, pero nosotros seguimos por nuestra cuenta desarrollando el trabajo con la hipótesis de que se podría convocar un concurso de explotación del monocable.

¿Cómo sería esa telecabina monocable?

Tendría 2.036 metros de longitud, cubriría 370 metros de desnivel y podría desplazar entre 2.000 y 2.400 personas por hora, con una estación en Cerler y otra en Benasque, y diez o doce pilonas. El trazado está ya validado con su estudio de impacto ambiental, y tendría que ir acompañado de la mejora de las zonas de aparcamiento, tanto en Cerler como en Benasque, sobre todo en este, alrededor de la estación de salida, para 400 coches.

¿Cuánto costaría?

Entre 8 y 11 millones de euros, cifras que habría que actualizar.

Supongo que la mayor dificultad es la financiación.

En el trabajo que hicimos incluimos los estudios económicos, las hipótesis de demanda y la intersección del sistema con las áreas de Ensanche 2 y 3 de Benasque, que implican el desarrollo futuro más inmediato. El monocable se incluyó en el planeamiento y supone un estímulo tanto para Aramón, para salir desde Benasque como estación de esquí, como para el municipio, para crecer por ese ensanche.

En la financiación de este sistema tendría que involucrarse Aramón. Habrá que encontrar alguna fórmula para que recoja la edificabilidad posible en las áreas 2 y 3 que le permita pagar el sistema. Se están dando vueltas a estas posibilidades. Son inversiones que se amortizarían en un tiempo entre 20 y 30 años. Con alrededor de tres euros por viaje, añadidos al forfait, generaba beneficios teniendo en cuenta los 300.000 esquiadores al año. Cerler y Benasque necesitan este sistema de conexión.

En muchas estaciones de esquí el acceso a pistas se hace por telecabina, pero en Aragón solo está el caso de Panticosa.

La carretera produce una distorsión muy alta en el medio ambiente. En todos los países de referencia, en Italia, en Suiza…, el coche se queda muy abajo. Y por otra parte tenemos que contemplar la eficacia: subir a Cerler cuesta tres cuartos de hora, aparcar otro cuarto de hora, y la vuelta puede ser lo mismo. Cuando con el monocable serían solo diez minutos.

Un buen conocedor del valle

Antonio Sanmartín conoce bien el valle de Benasque porque es originario de Anciles. Trabaja en Barcelona, en el estudio Azcon-Asz Arquitectes, con despacho también en Suiza. Es profesor visitante de Proyectos en Washington University y en la Politécnica de Cataluña. Ha sido premio FAD y Premio García Mercadal. Es autor, entre otros, de los proyecto de los tranvías de Barcelona, Zaragoza y Vigo.

Los estudios de la telecabina comenzaron en 2007. Entonces se planteaba un tricable. En 2010 ALG se adjudicó el concurso licitado por el Ayuntamiento para el estudio de mercado y viabilidad. Se concluyó que garantizaba una escasa rentabilidad por la elevada inversión. Posteriormente, el grupo liderado por esa empresa y en el que participa Sanmartín desarrolló por propia iniciativa una solución monocable, que fue entregada en 2011 al Ayuntamiento. Este sigue apoyando la ejecución de la infraestructura. 

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