aragón en fiestas

Puerta grande de Ginés Marín

Javier Gómez Pascual resultó herido grave por una cogida. Pablo Aguado sufrió una contusión.

Ginés Marín protagonizó este lunes la primera salida a hombros de la Feria de la Albahaca. El diestro extremeño se impuso en su particular duelo con Pablo Aguado –Cayetano está a otra cosa– en una tarde ventosa y accidentada en la que compareció con la avidez que le faltó en otras ocasiones.

Ante su primer oponente, un burraco que descubrió su gran pitón derecho de inicio, Marín firmó una faena repleta de arrebato. Desde el recibo capotero, hasta un final en los terrenos del sol en el que alternó el toreo puro con desplantes absorbidos por las peñas. Solo el desacierto con la espada le privó del triunfo, y finalmente todo quedó en una ovación con saludos, antes de que las dos orejas cayeran a partir de una obra de similar estructura.

Ginés reincidió en las verónicas, en las ceñidas chicuelinas, y en exprimir con la pañosa las reducidas embestidas de un toro enclasado aunque escaso de raza. Poco le importó al pacense la insistencia de Eolo para templar, con pinturería que mando, por ambos pitones.

Una tanda al natural fue superior, antes de que el de Sánchez Arjona echara la persiana y él se diera el arrimón hacia la puerta grande. Un triunfo de valor doble, teniendo en cuenta que enfrente estaba otro de los jóvenes con el pellizco del toreo de gracia, cadencia y empaque.

Huesca tendrá que seguir esperando la versión de Pablo Aguado que encandila tanto a los que lo han visto como a los que no. Apenas unos detalles sueltos para adivinar su concepto, esta vez sin la verticalidad y el relajo por el que suspiramos. Su primero no era para eso. Salía del embroque protestando, con la cabeza por las nubes. Y en una de esas se revolvió y encunó al sevillano, provocándole una contusión en el codo que no le impidió proseguir con la lidia.

Ya en el tercero de la tarde, el susto lo ha dado Pablo Aguado.
Ya en el tercero de la tarde, el susto lo ha dado Pablo Aguado.
Rafael Gobantes

Para cerrar plaza, le aguardaba otro toro que no dijo nada y Aguado trató de justificarse con la desgana de sentirse apto para otras metas. Razón no le faltaba.

Tarde accidentada

Ya en el tercero de la tarde, el susto lo ha dado Pablo Aguado. En el final de faena de muleta, el sevillano ha sido prendido y encunado con peligro por un toro incierto. Por suerte, no lleva cornada y puede continuar con la lidia.

La corrida arrancó accidentada. El primero de la tarde tuvo que ser devuelto a corrales por descoordinado e inválido, y el sobrero, también de Sánchez Arjona, propinó una cornada en el muslo al subalterno Javier Gómez Pascual al salir al quite de un Cayetano que, sorprendido por el viento, había quedado desprotegido de capote.

Goméz Pascual fue intervenido en la enfermería, al tiempo que su matador seguía percibiendo el peligro de un astado que llegó escaso de fuerzas a la muleta y protestó en cada una de sus acometidas. El acople fue imposible y todo quedó en desplantes, acompañados de una gran estocada con el saltito marca de la casa.

El primer toro de la tarde ha tenido que ser devuelto a los corrales descoordinado e inválido y el sobrero, también de Sánchez Arjona, ha propinado una cornada en el gemelo a uno de los subalternos de Cayetano, que justo antes había dado el susto quedando desprotegido del capote.

En su segundo turno, el viento no cesó y el madrileño fue incapaz de plantear una labor de cierto calado. Su descontento era notorio. Tanto en los gestos como en el desajuste de los muletazos. Por no arrancar, no arrancaban ni los caballos en el arrastre. Y el todoterreno que tuvo que salir al rescate cambió el olor a albahaca por el de combustión. Huesca puede con todo.

Partes médicos

El subalterno zamorano Javier Gómez Pascual fue intervenido de "una herida por asta de toro en el muslo derecho con orificio de entrada en el tercio inferior con un colgajo cutáneo de una extensión aproximada de unos 12 centímetros".

Según rezaba el parte médico firmado por el doctor Enrique Crespo, la cornada presenta "un trayecto hacia arriba y adentro de unos 30 centímetros, con gran despegamiento del celular subcutáneo y graves lesiones en aponeurosis y músculo vasto interno, siendo este seccionado en casi su totalidad". El pronóstico es grave y queda pendiente de evolución.

Mucho menos preocupante es el parte del también maltrecho Pablo Aguado. "Contusión en codo izquierdo a nivel tercio proximal del cúbito", dice el comunicado de Crespo, que recomienda el posterior "estudio radiológico" del brazo del torero andaluz.

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