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¿Cómo pasaron PP y Cs de la "sintonía total" a tirarse los trastos en Huesca?

Llegaron a cerrar un acuerdo que daba la alcaldía a la popular Ana Alós, en contra del pacto a nivel nacional, pero un polémico voto en blanco acabó por romper sus relaciones. Repasamos los últimos 24 intensos días.

José Luis Cadena (Cs) y Ana Alós (PP), en un encuentro informal en la sede de Heraldo en Huesca.
José Luis Cadena (Cs) y Ana Alós (PP), en un encuentro informal en la sede de Heraldo en Huesca.
Rafael Gobantes

La noche electoral del 26-M dejó una victoria del PSOE en Huesca, aunque amarga. Y es que pese a la ganar concejales (de 8 a 10) y votos (+2.255), la debacle de los partidos a su izquierda (Con Huesca Podemos Equo aguantó con dos concejales, pero Cambiar Huesca desapareció de la corporación después de haber tenido tres ediles en el anterior mandato) no le permitía sumar mayoría absoluta. De ahí que aunque Luis Felipe asegurara que se sentía "legitimado" para gobernar y que no se le daba mal negociar, todo apuntaba a que Ana Alós, que había mantenido el tipo muy bien frente a otras caídas del PP en otros territorios (sacó 9 concejales, los mismos que en 2015 le había dado el triunfo electoral), ya avisó de que iba a intentar un pacto con Cs (3) y con Vox (1) para gobernar porque el bloque de derechas sí que tenía mayoría.

A la espera de los posibles pactos que se estaban cocinando a nivel nacional y autonómico, PSOE y PP guardaron calma varios días y hubo que esperar hasta el 6 de junio para ver la primera reunión de negociación. Fue entre el Partido Popular y Ciudadanos y de allí salieron con un mensaje unívoco: "Sintonía total". Alós aseguró entonces que la negociación tenía "buena pinta" porque "programáticamente" no tenían "diferencias sustanciales". También José Luis Cadena quiso dejar claro que el PP era su "aliado más cercano". Y sorprendieron asegurando que entre las prioridades que se habían fijado ambos partidos estaban los derechos de colectivos como el Lgtbi o la igualdad de todo tipo de familias, un mensaje que parecía dirigido para marcar distancias con Vox y 'contentar' a la formación naranja, que siempre evitó la foto con el partido de extrema derecha.

Todo parecía muy bien encaminado para que las formaciones de centro-derecha alcanzaran un pacto que permitiera a Alós recuperar la alcaldía. Pero Luis Felipe no quería tirar la toalla y el 10 de junio compareció ante los medios para hacer un llamada a Ciudadanos para sentarse a negociar. Hasta entonces no había movido ficha "porque la política tiene sus tiempos", dijo. El encuentro entre ambos partidos se produjo, por fin, al día siguiente, aunque José Luis Cadena insistió entonces en que había aceptado la reunión solo por "cortesía institucional" ya que continuaba manteniendo que el PP era su socio "prioritario". Mientras tanto, Vox seguía advirtiendo de que "sin foto no hay voto", en referencia a la negativa de Cs para negociar con ellos.

Quedaban pocos días para la investidura y el jueves 13 de junio, PP y Cs cerraron un preacuerdo de gobierno. Ana Alós ya había llamado el día anterior al concejal de Vox Antonio Laborda para empezar a negociar y ese día, por la tarde, se reunió con él con las cámaras como testigos. Laborda aseguró que no les iba a faltar "flexibilidad" para negociar y propiciar un cambio de gobierno en el Ayuntamiento, pero seguía lamentando que Cs no se quisiera sentarse en la misma mesa con ellos.

Llegó el viernes 14 de junio. Quedaban solo 24 horas para la investidura y todo saltó por los aires a las 13.30. La dirección regional de Ciudadanos anunciaba un acuerdo con el PP para gobernar en las tres capitales de provincia de Aragón y que el partido naranja lograría la alcaldía de Huesca, un escenario que nadie había contemplado hasta entonces y que era fruto de un pacto alcanzado por las cúpulas de ambos partidos en Madrid a espaldas de los dirigentes locales. José Luis Cadena reaccionó rápidamente, vía Twitter, para negar que el acuerdo estuviera cerrado y Ana Alós guardó silencio pero retuiteó ese mismo mensaje. Un gesto muy significativo. En las siguientes horas, no hubo ningún pronunciamiento oficial más de ninguno de los dos partidos.

Sábado 15 de junio. El día D. A primera hora, PP y Cs seguían sin confirmar el sentido de sus votos en la investidura. Pero Ana Alós y los otros ocho concejales populares subieron al Ayuntamiento de Huesca con la única intención de votar su candidatura, convencidos de que el alcalde sería Luis Felipe porque no habían alcanzado un acuerdo con Ciudadanos. Sin embargo, las negociaciones se aceleraron y cuando quedaba menos de una hora para que se celebrara la sesión, fuentes de los populares anunciaron que el pacto de derechas estaba cerrado por fin y que, por tanto, la alcaldesa sería Ana Alós, quien recibió las felicitaciones de sus compañeros antes de la entrar al Salón del Justicia para la ceremonia.

PSOE, PP y Con Huesca Podemos Equo presentaron a sus propios candidatos a la investidura, pero José Luis Cadena tomó la palabra para anunciar que "por responsabilidad" renunciaba a ello, pese a lo que había anunciado el día anterior su partido. Sin embargo, en el escrutinio final llegó la sorpresa con el voto en blanco, que daba la alcaldía a Luis Felipe. Nada más acabar la sesión, Ana Alós acusó a Cs de haber roto el pacto con ese voto en blanco y de "no ser de fiar". "No cabe ninguna duda que son ellos y ahora tendrán que explicar cómo nos han llevado al extremo de esperar a última hora del último día para alcanzar un acuerdo, con el ridículo de ayer de pedir la alcaldía, lo cual ha sido vergonzante. Y lo que ha pasado hoy es la prueba más evidente de que no es un partido de fiar", dijo visiblemente enfadada. Y negó rotundamente haber ofrecido la alcaldía a Ciudadanos, pese al pacto alcanzado a nivel nacional.

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José Luis Cadena (Cs), a la izquierda de Ana Alós, leyó en el pleno de investidura su decisión de retirar su candidatura a la alcaldía
Pablo Segura

La miradas se volvieron hacia Cs y Vox. José Luis Cadena se negó al principio a desvelar el sentido de los votos de los tres concejales argumentando que era "secreto", aunque una hora después y ante el revuelo mediático generado, compareció de nuevo para rechazar las acusaciones de Ana Alós y asegurar que la habían votado a ella. El concejal de Vox Antonio Laborda, por su parte, aseguró desde un primer momento que su voto había ido al PP "porque ha sido el único que se ha sentado a hablar con nosotros".

Desde la dirección nacional del PP amagaron, también vía Twitter, con una moción de censura, aunque ese día Ana Alós rebajó los ánimos calientes y apeló a reflexionar. Pero al día siguiente, la dirigente popular anunció que estudiaban mecanismos legales, entre ellos la moción de censura, para "limpiar el nombre" del PP y de Vox y "desenmascarar al tránsfuga del grupo de Ciudadanos". Una acusación que la formación naranja volvió a rechazar tajantemente.

El lunes 17, Alós consumó su amenaza y afirmó que presentaría una propuesta de moción de censura que esperaba que apoyaran Cs y Vox ya que sin esos cuatro votos no podía salir adelante (requiere la mayoría absoluta de la corporación). "Si siguen manteniendo que el voto en blanco no era suyo, que ese pacto era lo que quería llevar a cabo, no tendrán problema en firmarla", señaló Alós en alusión a la formación naranja.

Pero tanto Ciudadanos como Vox pusieron condiciones a los populares para apoyar esta iniciativa. José Luis Cadena exigió antes que nada "una disculpa pública de la señora Alós y de los concejales populares por haber mentido a los oscenses". Y es que denunció que la popular negara al principio que fuera cierto el ofrecimiento del PP a Cs de la alcaldía de Huesca. 

También desde la formación de extrema derecha, Antonio Laborda adelantó que respaldarían la moción de censura aunque a cambio pidió entrar en el gobierno municipal con una representación equivalente. Además, se unió a las críticas hacia Ciudadanos afirmando que su actitud en las últimas jornadas "ni es seria ni genera confianza".

En este tenso escenario, el PP depositó el martes 18 la moción de censura en el Ayuntamiento de Huesca confiando en que Cs y Vox también la firmaran antes de las 13.30 del día siguiente. Pero ninguno de ellos lo confirmó ni lo desmintió ese día. Y hubo que esperar hasta que se cumpliera el plazo límite para confirmar que al final, ninguno de los dos rubricaba la propuesta, consumando el fracaso de Ana Alós.

Vox se excusó echando la culpa a Cs "porque como ellos no lo habían firmado, ya no era necesario que lo hiciéramos nosotros", dijo Antonio Laborada. Mientras, Ciudadanos argumentó que después de las "descalificaciones, insultos y falsedades" vertidos por los populares en los últimos días se había roto la confianza y que no iban a darle "un cheque en blanco" a Alós agotando la posibilidad de presentar otra moción de censura durante el mandato (la ley impide firmar dos mociones a un mismo concejal).

El desencuentro final llegó con el ofrecimiento de Ana Alós a Luis Felipe de un pacto de estabilidad para que no dependiera de Ciudadanos, "donde a día de hoy hay una persona que votó en blanco después de pactar una mayoría , que no solo es un transfuga sino que además se mantiene oculto y amparado por sus compañeros", insistió. Mientras, José Luis Cadena apostó por abrir "un nuevo período de relaciones" entre los dos partidos pese a todo. Fue el punto y seguido a 24 intensos días que quizá podría estudiarse en las Facultades de Ciencias Políticas.

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