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La Guardia Civil anuncia en Huesca una revisión profunda del protocolo de ‘persecuciones en caliente’ con Francia

El acuerdo, que data del año 1991, impide realizar detenciones, entrar más de 10 km en el país vecino y usar el arma salvo en legítima defensa.

La jornada reunió a cuerpos policiales de España y Francia, miembros de la Justicia y de la DGT.
La jornada reunió a cuerpos policiales de España y Francia, miembros de la Justicia y de la DGT.
Rafael Gobantes

Los últimos incidentes con armas de fuego en los que se han visto involucrados miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado mientras perseguían a delincuentes al otro lado de la frontera con Francia -el último de ellos un tiroteo en febrero cerca de Le Perthus con agentes de la Guardia Civil- han hecho que el Ministerio del Interior haya decidido revisar el protocolo firmado en 1991 con las autoridades francesas ya que su aplicación práctica tiene lagunas legales.

Así lo anunció este jueves en Huesca la capitán Adriana Tostón, responsable del Área Internacional de la Unidad Técnica de Policía Judicial de la Guardia Civil y una de las mayores expertas en cooperación policial internacional, además de ser la primera guardia civil en graduarse en la Academia Nacional del FBI (EE. UU.). Lo hizo en la Jornada sobre Persecución Transfronteriza o ‘En Caliente’ entre España y Francia, organizada por la Guardia Civil y el Instituto Universitario de Investigación sobre Seguridad Interior.

La capitán aportó la visión española de esta problemática. Explicó que tras los últimos incidentes graves ocurridos en Francia han revisado los protocolos y han detectado que "no están acordes con las necesidades actuales". "Teníamos asumido que los cuerpos policiales franceses podían cruzar a España y nosotros a su país y que ambos podían hacer detenciones, pero no éramos conscientes de que en realidad no se podía hacer", admitió.

Interior había decidido enviar unas instrucciones claras a todas las unidades de la Guardia Civil, Policía Nacional y Ertzaintza –que desde hace unos meses también está autorizada para hacer estas ‘persecuciones en caliente’– para advertirles de que el marco legal actual les impide realizar detenciones en Francia. Pero lo ha pospuesto para revisar en profundidad estos protocolos con el objetivo de proponer modificaciones que no limiten las necesidades policiales y garanticen que un delincuente no quede impune por el hecho de huir a otro país.

Y es que la actual declaración unilateral entre España y Francia impone unos requisitos muy restrictivos para llevar a cabo una actuación policial en un país ajeno: las persecuciones solo pueden ser terrestres; los agentes no pueden penetrar más de 10 km en el territorio vecino (en el caso del acuerdo con Portugal este límite se extiende a un radio de 50 kilómetros o un tiempo de 2 horas) y deben ir uniformados para ser fácilmente identificables; solo pueden emplear el arma en legítima defensa; actuar siempre en lugares públicos, nunca en domicilios; y los delitos tienen que ser graves o muy graves como asesinato, homicidio, violación, incendio provocado, falsificación de moneda, robo, extorsión, secuestro, tráfico de seres humanos o tráfico de drogas.

Casos cada vez más frecuentes y violentos

Además, los agentes solo pueden retener al presunto delincuente, nunca detenerlo, y tampoco pueden interrogarle, sino que tienen que dejarlo en manos de las autoridades de ese país. "Hay medidas, pero no son suficientes porque los casos son cada vez más frecuentes y además el tipo de delincuencia también y se está incrementando el uso de la violencia", resaltó la capitán.

Por todo ello, se está elaborando un nuevo texto para que España lo pueda llevar a una próxima reunión al más alto nivel con las autoridades galas. Todo ello, remarcó Adriana Tostón, "siempre con el consenso y la reciprocidad con Francia". Mientras tanto, se han suspendido las gestiones para que los Mossos de Esquadra puedan estar también autorizados para este tipo de persecuciones transfronterizas.

La Gendarmería francesa también ofreció su experiencia y visión sobre el tema y fueron prácticamente coincidentes con la de la Guardia Civil. El mayor José Álvaro, jefe del destacamento del Centro de Cooperación Policial y Aduanera de Canfranc, reconoció que en los 14 años que lleva trabajando en esta materia, no ha visto "ninguna ‘persecución en caliente’ amparada por la ley". Y eso que en este paso fronterizo altoaragonés no se ha dado hasta ahora ningún caso "porque las carreteras del lado francés frenan mucho aparentemente a los delincuentes", en su opinión.

"Ha habido suerte hasta ahora"

"Ha habido tiroteos y privaciones de libertad que no estaban contempladas, pero la gran suerte ha sido que no ha habido consecuencias penales ni civiles para los agentes que muchas veces de buena fe han cruzado al otro país pensando que cumplían la normativa, cuando no era así por desconocimiento o mala interpretación. Pero si no tenemos un protocolo fuerte y realista, un día de estos tal vez podemos llegar a hablar de pérdidas humanas", advirtió este gendarme galo.

Por ello, valoró la importancia de este tipo de jornadas para tratar de clarificar y mejorar los protocolos. "Es importante saber cuáles son los límites que no hay que sobrepasar y cuáles son los requisitos previos, que muchas veces se pierden de vista por la adrenalina del momento", subrayó el mayor José Álvaro. Y coincidió en que a la hora de interceptar al delincuente, aplicar la norma es "muy complicado".

En la jornada también impartieron ponencias el capitán Enrique Martín, jefe de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de Huesca; el magistrado José María Rives; Manuel Rodríguez, jefe de escuadrón de la Gendarmería; y el presidente de la Audiencia Provincial, Santiago Serena.

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