La irregular temporada de esquí redujo un 9% las contrataciones y un 12% la ocupación

Las estaciones del Pirineo oscense despidieron la temporada hace ya un mes con el buen sabor de boca que dejó la segunda mitad de la campaña, ya que registraron cifras récord de esquiadores en febrero y marzo. El grupo Aramón volvió a cerrar por encima del millón de usuarios por sexto año consecutivo, mientras que los complejos de Astún y Candanchú estimaron que al final habían igualado las cifras de otros años después de una recta final "espectacular".

Sin embargo, el tardío arranque por la escasez de nevadas se ha dejado notar, y mucho, en otros dos indicadores del impacto económico que tiene el sector de la nieve, las contrataciones temporales en el sector servicios y la ocupación hotelera en los valles, que cayeron un 9,5% y un 12,6%, respectivamente.

Los datos publicados recientemente por el Servicio Público de Empleo Estatal (Sepe) indican que entre los meses de diciembre y abril se formalizaron un total de 7.102 contratos vinculados al sector servicios (estaciones de esquí, hoteles, restaurantes, bares, comercios...) en los siete principales municipios situados a pie de pistas: Aísa, Canfranc, Jaca, Sallent de Gállego, Panticosa, Biescas y Benasque. En el mismo período de la temporada pasada se firmaron 7.851, lo que supone un descenso del 9,5%.

Marzo, 40% más de contratos

No obstante, es muy significativa la diferencia de contrataciones por meses, que refleja también las consecuencias de las abundantes nevadas que llegaron a finales de enero y principios de febrero y que ayudaron a reactivar el turismo. Así, mientras en diciembre y en enero los contratos disminuyeron un 42% (de 2.527 a 1.444) y un 15,6% (de 1.695 a 1.430), respectivamente, en los siguientes meses repuntaron significativamente. Así, tanto en febrero como en abril aumentaron un 5% y en marzo se dispararon hasta un 40% (de 1.212 a 1.693) respecto al mismo mes del año anterior. Y eso que en 2018 coincidió con las vacaciones de Semana Santa, que este año cayeron a mitad de abril.

También hubo notables diferencias por municipios asociadas a las fechas de apertura de cada una de las estaciones de esquí. Cabe recordar que Aramón Cerler fue la más madrugadora del Pirineo ya que pudo estrenar la campaña el 30 de noviembre (un día después hizo lo propio el espacio nórdico de Llanos del Hospital). Y Benasque se benefició de esta tempranera apertura ya que los contratos aumentaron un 9,1% (de 940 a 1.026). La mitad de ellos se suscribieron ya en el mes de diciembre.

La otra cara de la moneda la ofreció Sallent de Gállego, donde se dejó sentir el tardío inicio de temporada tanto de Aramón Formigal, que no pudo abrir hasta el 26 de diciembre y además durante toda la Navidad solo pudo ofrecer 10 kilómetros; como sobre todo del sector de Panticosa, que no puso en marcha las instalaciones hasta el 25 de enero. Como consecuencia de ello, el número de contratos se desplomó un 20,5%, pasando de 2.837 a 2.257. También en las localidades cercanas hubo una disminución de contrataciones: en Panticosa bajaron un 7,6% (de 551 a 509) y en Biescas, un 10,8% (de 269 a 240).

De esta forma, Sallent perdió además el primer puesto del ranquin de contrataciones del Pirineo ya que fue superada por Jaca. Y eso que en la capital jaquesa también descendieron un 4,1%, pasando de 2.472 a 2.369. También Aísa -municipio del que depende administrativamente Candanchú- registró una bajada del 20% (de 604 a 485). Y aunque el número sea mucho menos significativo, destaca el caso de Canfranc, que amortiguó el desastroso arranque de campaña en las dos estaciones del valle del Aragón y salvó los contratos con un aumento del 21% (de 178 a 216).

223.092 viajeros en hoteles

Aparte del mercado laboral, la irregular campaña de esquí también afectó a la ocupación hotelera en el Pirineo, según las últimas cifras del Instituto Nacional de Estadística. En términos globales, los establecimientos recibieron 223.092 viajeros entre los meses de diciembre y marzo (los de abril todavía no están disponibles), lo que supone una caída del 12,6% respecto al mismo período de la temporada pasada. Mientras, las pernoctaciones también bajaron un 14%, pasando de 607.252 a 508.143.

No obstante, cabe destacar que el turismo extranjero rompió la tendencia general ya que los hoteles recibieron un 75% más de visitantes procedentes de otros países hasta llegar a los 19.871. Con todo, también hay que resaltar que este colectivo sumó solo un 9% del turismo total del Pirineo. Los visitantes españoles, por su parte, descendieron un 14% (de 236.816 a 203.221).

La ocupación disminuyó todos los meses, salvo en febrero, que registró unas cifras de viajeros prácticamente idénticas a las del año anterior: 69.553 en 2019 y 69.607 en 2018. El peor mes fue enero con una caída del 35% (de 61.819 a 40.044), seguido de diciembre con un 14,3% menos (de 52.585 a 45.024) y de marzo con un 4% (de 71.388 a 68.471).

Récord en febrero

Por municipios, y al igual que ocurrió con los datos de contrataciones, los establecimientos de Benasque también se salvaron del descenso global de reservas y, por contra, cerraron el mes de marzo con un 12% más de viajeros hasta alcanzar los 41.390 y un 7% más de pernoctaciones, que llegaron a las 129.084. Y es que los meses de diciembre y febrero fueron mejores que los de la pasada campaña.

Los establecimientos de la ciudad de Jaca registraron un total de 59.407 viajeros (-13,5%) y de 134.604 pernoctaciones (-15,7%). Y eso que febrero también mejoró los datos de 2018.

Finalmente, los hoteles de la localidad de Sallent de Gállego contabilizaron un desplome del 27% en el número de viajeros (de 46.093 a 33.514) y del 30,8% en lo que se refiere a pernoctaciones (de 143.189 a 99.050). La prueba de que el principal lastre fue el arranque de temporada es que solo entre diciembre y enero, la disminución de visitantes alcanzó el 63%.

El Pirineo en 2050: lo que está por venir con el cambio climático