LA polémica SUCESIÓN DEL ARZOBISPO DE TARRAGONA

"Queremos buenos obispos catalanes: ni de Barbastro ni valencianos"

El obispo de Barbastro, Ángel Pérez, sonó como arzobispo de Tarragona, pero finalmente el Vaticano eligió a un gerundense. La plataforma 'Queremos buenos obispos catalanes' llegó a movilizarse en su contra.    

El arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, junto al obispo de Huesca, Julián Ruiz, y al de Barbastro-Monzón, Ángel Pérez.
El arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, junto al obispo de Huesca, Julián Ruiz, y al de Barbastro-Monzón, Ángel Pérez.
Rafael Gobantes

El obispo de Barbastro-Monzón, Ángel Pérez, figuraba en las quinielas para ocupar el Arzobispado de Tarragona, una de las principales provincias eclesiásticas españolas. Su cercanía al arzobispo de Barcelona, el aragonés Juan José Omella, le situaba como favorito para ocupar ese puesto. Sin embargo, el pasado 4 de mayo la Santa Sede se decantó por el sacerdote gerundense Joan Planellas para sustituir a Jaume Pujol, que renunció al cumplir 75 años.

La posible elección de Ángel Pérez provocó chispas en los sectores independentistas e incluso hubo una campaña ciudadana en su contra con la publicación de un manifiesto en las redes sociales y una concentración silenciosa delante de la catedral de Tarragona. La convocó la denominada plataforma 'Volem bons bisbes catalans' ('Queremos buenos obispos catalanes'), que recordaba al lema 'Volem bisbes catalans' de los años 60. En la pancarta que se exhibió, el 23 de marzo, se podía leer 'Ni de Barbastre ni valencians'.  La concentración, que tuvo escaso respaldo, coincidió con una ceremonia de beatificación a la que asistieron numerosos responsables eclesiásticos y políticos.  

El citado manifiesto recordaba que el candidato mejor situado para la sucesión era Ángel Pérez y decía que tenía el aval de Omella, "uno de los referentes del Papa Francisco en España". Sin entrar en valoraciones sobre su persona, señalaba "que no es la indicada", ya que "su formación cultural y eclesiástica castellana hará muy complicado el encaje con la tradición eclesial de la diócesis", y agravaría más lo que, según esa plataforma, era un proceso de castellanización de la Iglesia catalana con Omella como máximo exponente.

Cinco de los 10 obispos de diócesis de esa Comunidad no son catalanes y Ángel Pérez decantaría el equilibrio a favor de los procedentes de otras Comunidades, lo que se veía con temor por parte de los sectores católicos independentistas. "Queremos buenos obispos catalanes para las diócesis del país", señalaba la proclama. Una demanda, aclaraba, que no implica "menosprecio a las personas de otros territorios hermanos de los Países Catalanes" sino que tan solo constata "la diferente cultural eclesial en la que han estado formados", y en muchos casos "las raíces culturales castellanas que tienen estas personas hacen muy difícil que, más allá de hablar catalán, puedan entender las necesidades pastorales y sociales de nuestra sociedad". 

El manifiesto no hacía referencia al conflicto de los bienes. Cabe recordar que el obispado de Barbastro-Monzón, en nombre de las parroquias aragonesas, demandó al de Lérida para recuperar las 111 piezas de su propiedad retenidas en Cataluña. El juicio se celebra la próxima semana en Barbastro. 

Al parecer, el aval del turolense Omella, que fue obispo de Barbastro-Monzón, no pesó y las quinielas fallaron. El gerundense Joan Planellas tomará posesión de su cargo el próximo mes de junio. Según publica el diario El Mundo, se le sitúa en la órbita del soberanismo, y las esteladas han colgado de los campanarios de varias parroquias de las que ha sido rector. Su elección mantiene el equilibrio entre obispos más cercanos a las tesis independentistas y otros que no lo son.  

  

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