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La primera fase de reurbanización del paseo Ramón y Cajal finalizará a mediados de mes

Los trabajos, con un coste de casi 2 millones de euros, han conllevado la renovación de las redes de agua y saneamiento.

Operarios de la empresa adjudicataria de las obras trabajaban ayer en Ramón y Cajal.
Operarios de la empresa adjudicataria de las obras trabajaban ayer en Ramón y Cajal.
Rafael Gobantes

El cambio es espectacular y se verá más cuando, a mediados de este mes, finalicen las obras de la primera fase de reurbanización del paseo de Ramón y Cajal de Huesca, el gran proyecto urbanístico del mandato municipal que está también a punto de terminar. Quedarán pendientes de reforma otros dos tramos para completar la transformación de este bulevar, antigua entrada a la ciudad desde la N-240 y donde no se intervenía desde hace 45 años. Se trata de ganar espacio para el peatón a la vez que se mantienen la circulación en ambos sentidos y los aparcamientos.

La situación del paseo, en la superficie y el subsuelo, fue lo que llevó al alcalde, el socialista Luis Felipe, a determinar que el proceso de renovación urbanística del centro urbano no debía continuar por el Coso, parte del cual se peatonalización durante el mandato anterior, el de la popular Ana Alós. La decisión provocó críticas entre los comerciantes de esta zona, que insistieron en que se debía terminar lo ya empezado.

No hubo marcha atrás y las obras, con un coste de 1,9 millones de euros, empezaron el pasado 20 de septiembre. Durante estos meses se ha trabajado en un tramo de 150 metros de longitud de los 300 que tiene el paseo. El cambio ha empezado a verse hace unas semanas, con la colocación del pavimento, la iluminación y el mobiliario. No obstante, la gran actuación está debajo, en la renovación de las redes que surcan la calle de lado a lado, junto a los edificios o en diagonal. De las 11 conducciones que discurren bajo el asfalto (entre las municipales y las de empresas) se han sustituido siete.

"Ahora, lo que queda son los últimos remates", comenta José Ángel Sesa. Desde su establecimiento, este comerciante ha seguido el día a día de los trabajos, que está deseando que terminen para normalizar la actividad en su tienda de ropa. Los transportistas que cargan y descargan y los vecinos también han llevado con resignación las molestias.

Lo primero que se construyó fue la rotonda en el cruce con la calle de José María Lacasa, por lo que fue necesario cortar el tráfico de la calzada central y dar paso a los vehículos por los laterales. Cuatro meses después se invirtió el procedimiento y empezó a trabajarse en la parte más próxima a los edificios.

El miércoles mismo y a pesar de ser fiesta, los operarios trabajaban sobre las aceras. Estas se han ampliado hasta los 7 metros, creando zonas estanciales. La anchura de la calle, 45 m, ha permitido mantener dos carriles de circulación, áreas de aparcamiento a ambos lados, en espiga, con unas 80 plazas en total; y zonas de carga y descarga. La transformación se completa con parterres y espacios con juegos infantiles. El paseo tiene también un carril bici. La empresa adjudicataria de las obras es la UTE Mariano López Navarro y Urbanizaciones y Medio Ambiente.

Aparcamientos

La supresión de plazas de aparcamiento es la nota negativa de este proyecto, según comentan los vecinos. "Pero a raíz de las obras hemos descubierto que hay otras zonas donde estacionar", comenta Sesa. En su opinión, lo mejor de esta intervención no ha quedado a la vista. Según explica, en el paseo existía un único colector para las aguas fecales y pluviales. "Cuando llovía no daba de sí y en los sótanos el olor era insoportable", comenta. Ahora, las conducciones discurren de forma separada.

La renovación de la redes se ha notado también en la presión del agua. Hace 50 años, los edificios de Ramón y Cajal eran de dos o tres alturas, pero ahora, la mayoría tienen entre siete nueve. "Teníamos 4 kilos de presión de agua, lo que obligaba a disponer de bombas, pero ahora hay 5,2 kilos", explica José Ángel Sesa.

La preocupación de los vecinos estriba en que todo lo que se ha hecho bajo el pavimento "se haya realizado bien y no sea necesario volver a entrar en el subsuelo" y en que la reurbanización continué hasta la plaza de Santo Domingo y siga por el Coso Alto.

La concejala de Urbanismo, María Rodrigo, comenta que la intención es continuar en función de la disponibilidad presupuestaria. El coste total de las tres fases de este proyecto se ha estimado en 6,3 millones de euros.

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