primitivos sistemas de votación

De la urna de madera de la catedral de Huesca a las de metacrilato

En el archivo se guarda una caja con la inscripción "Recuerda que morirás y así votarás bien", utilizada para elegir cargos en el cabildo o tomar determinadas decisiones por mayoría.

Urna de votaciones de la catedral.
Urna de votaciones de la catedral.
Museo Diocesano de Huesca

A la puerta de las elecciones generales, el Museo Diocesano de Huesca ha querido mostrar una curiosidad guardada en el archivo de la catedral y que tiene relación con los comicios del domingo. Se trata de una peculiar urna de votaciones. No es de metacrilato como las modernas cajas que desde mañana guardarán los votos de los ciudadanos (para el desarrollo de la jornada electoral del domingo 28 de abril se han dispuesto 212.000 en todo el país), pero sí constituye un precedente de las actuales. Concretamente era usada para elegir algunos cargos dentro del cabildo o tomar determinadas decisiones por mayoría. Y, como cuenta Susana Villacampa, responsable del Museo, "se sigue usando hoy en día para tomar algunas decisiones en el seno del cabildo". Escasamente hace dos meses se sacó del archivo. 

La caja es de madera, con cerradura y llave, y conserva en su interior cubiletes con los nombres de canónigos que quedaban encajados en huecos circulares donde aparece adherido el mismo nombre. Los votos se depositaban por los pequeños huecos de la tapa en forma de pequeños boliches de hueso que se guardaban en un saquito de seda blanca.

En el reverso de la tapa, según ha explicado el Museo Diocesano, se conserva "una inquietante inscripción y consejo": "Memento mori y assi botaras bien" (Recuerda que morirás y así votarás bien). "Probablemente la pieza y su contenido sean del siglo XVII y se ha seguido usando a lo largo del tiempo hasta la actualidad", ha recordado.

Como recuerda José María Nasarre, responsable de Patrimonio de la Diócesis, no es el único elemento que se conserva en la ciudad vinculada a los sistemas para la elección de cargos. "El Ayuntamiento usaba un sistema parecido donde también había un saquito, de ahí viene la palabra insaculación, de sacar del saco". Precisamente el año pasado, el Ayuntamiento rescató de su archivo histórico una exposición de objetos, únicos en Aragón, usados durante más de tres siglos para elegir a los regidores de la ciudad. Los candidatos no podían ser cualquier ciudadano, solo  hombres mayores de 25 años y con posibles. 

Una vez al año, coincidiendo con el día de Todos los Santos, se sacaban el arca de insaculación, un caja de madera cerrada con cuatro llaves -en poder de personas diferentes para evitar tratos de favor- que contenía unos cajones con los cargos a elegir: jurado primero (similar al primer teniente de alcalde de ahora), mayordomo (llevaba las cuentas), padre de huérfanos (se ocupaba de los menores desamparados), regidor del hospital...

Los nombres de los candidatos se escribían en unos papeles y se introducían en unas canicas de madera llamadas redolinos, que a su vez se metían dentro de un pequeño saco, un sistema similar al de la catedral. Este se guardaba en el cajón correspondiente del arca y una mano inocente, generalmente de un niño, extraía la bola y el azar decidía.

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