Semana Santa

La procesión del Santo Entierro recorre Huesca al son de tambores y cornetas

El desfile, con 20 pasos y más de 1.500 personas ha discurrido por el casco histórico durante casi cuatro horas.

La previsión meteorológica no anunciaba lluvias, pero la procesión del Santo Entierro de Huesca no se ha entretenido, por si acaso. A las 19.00 de este Viernes Santo, el desfile ha partido de la iglesia de Santo Domingo para encarar el Coso Bajo y, al llegar a la calle de la Correría, adentrarse en el centro histórico de la ciudad. Veinte pasos y más de 1.500 personas han formado parte de la comitiva que representa la pasión de Jesús a través de imágenes, sonidos y olor a incienso.

Siguiendo el orden secular, las cofradías han encarado la calle principal de la capital oscense a media tarde, con muchos espectadores en las aceras y los balcones. Con especial ímpetu se ha visto a la hermandad del Santo Cáliz, de los Salesianos, y a la del Prendimiento, que han  sido las únicas que no han  podido desfilar en esta Semana Santa el día que le correspondía, por la lluvia que cayó el lunes.

No obstante, sus tambores, cajas, timbales y cornetas se han puesto a punto este viernes por la mañana, en el encuentro de bandas. Desde la plaza López Allué, las agrupaciones han afinado sus composiciones y han recorrido el centro de la ciudad anunciado la cita vespertina. Un poco después, desde la catedral, han salido los romanos. En formación, han desfilado ante la sorpresa de los foráneos y la admiración de los oscenses para llegar hasta la iglesia de Santo Domingo, donde se han establecido los turnos para velar al Cristo yacente hasta la hora de la procesión. Las lanzas han ido en alto, pero por la tarde se ha visto cómo han saltado las chispas al chocar sus puntas con el suelo.

La preocupación por la lluvia se ha despejado a primera hora pero ha estado presente toda la semana.  En la madrugada de este Viernes Santo, durante el Encuentro entre el Cristo del Perdón y la Dolorosa, en la plaza de San Pedro, empezaron a caer gotas. El público temió que el agua dañase una de las imágenes más queridas. Todas lo son, pero entre tantas, se admira especialmente a aquellas que llevan a hombros los costaleros: El Cristo del Perdón, Jesús Nazareno, el Cristo de los Gitanos y el Cristo de la Esperanza. Junto a la devoción, las mueve el esfuerzo de quienes las portan.

A salir del Coso, la procesión ha emprendido un trayecto tortuoso por las calles empinadas y estrechas del casco antiguo. El ritmo que imponen las secciones de instrumentos de las hermandades actúa como catalizador de este desfile, movido por 1.500 voluntades y muchos motivos. Eso sí, organizado por la Archicofradía de la Vera Cruz de Huesca, que se encarga no solo del Viernes Santo sino de una amplia programación previa y que, desde hace ya unos años, reclama que las instituciones inicien el proceso para la declaración de la Semana Santa oscense como Fiesta de Interés Turístico Nacional, ya que tiene solo la de interés autonómico.

La procesión del Santo Entierro ha empezado con luz, pero según ha ido avanzado en su recorrido se ha encontrado con la noche. Las luces de los faroles y cruces han marcado entonces el camino, que se ha vuelto amplio al salir de nuevo al Coso Alto.

Para entonces, el esfuerzo ha empezado a hacer mella en los costaleros y los cofrades más pequeños, pero apenas se ha notado, tampoco en aquellas personas que han realizado el recorrido descalzas.

La Semana Santa de Huesca no ha finalizado todavía. Este sábado y domingo, en el teatro de Salesianos se representa el drama de la Pasión (17.00). Y este domingo, a partir de las 11.00, tendrá lugar la procesión del Cristo Resucitado, que en la plaza de San Pedro se encontrará con la Virgen de la Esperanza.

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