tribunales
Se enfrenta a 25 años de prisión por matar a su padre en Binéfar
La Fiscalía pide el ingreso del acusado en un psiquiátrico penitenciario atendiendo a los informes médicos.
José Antonio Mata, autor confeso del asesinato de su padre nonagenario, al que le dio 17 puñaladas en el domicilio familiar en Binéfar en junio de 2017, se sentará este lunes en el banquillo de los acusados en la Audiencia Provincial de Huesca, donde se ha convocado el juicio con jurado.
En su escrito de calificación provisional, la Fiscalía considera los hechos como un delito de asesinato, y pide un castigo de 25 años de cárcel, pero teniendo en cuenta los informes médicos entiende que existe una eximente completa de enajenación, por lo que solicita la absolución y la sustitución de la pena de prisión por el internamiento en un centro psiquiátrico penitenciario, en Alicante o Sevilla. Los exámenes periciales realizados al acusado confirman un trastorno esquizo-afectivo grave.
Cabe la posibilidad de que el juicio con jurado no se llegue a celebrar si las acusaciones, entre ellas la particular, ejercida inicialmente por un familiar, alcanzan un acuerdo con la defensa para apreciar la eximente completa.
Padre e hijo vivían solos en su casa de Binéfar. José Antonio Mata llevaba cuidándolo cinco años, ya que de las otras dos hijas de la víctima, una vive fuera y otra trabaja también en otra localidad. Tenía muy bien atendido a su padre, para el que había hecho la vivienda totalmente accesible, pero el estado de salud del anciano había empeorado en los últimos años.
El parricida había manifestado a sus familiares su hartazgo por la situación de dependencia del anciano, para el que habían empezado a cursar solicitud para su ingreso en una residencia. Al parecer, la situación de cuidador le estaba superando,.
Los hechos ocurrieron sobre las 18.00. José Antonio Mata, vestido tan solo con un pantalón corto, salió a la calle y se dirigió a una tienda de informática que hay enfrente de su casa pidiendo "ayuda por favor", confesando entre sollozos que había matado a su padre y que llamasen a la Policía.
El hombre iba ensangrentado y dejando un rastro por una herida en una mano, lo que asustó a los dependientes del local. Dieron aviso a la Policía Local, que fue quien hizo la detención. Cuando llegaron los agentes, los esperaba sentado en un banco frente a la casa donde residía con su padre y no opuso resistencia.
Antes de entrar en la cárcel de Zuera, el juez ordenó su ingreso en la unidad penitenciaria del hospital Miguel Servet de Zaragoza para su evaluación.
