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Bocadillo de chiretas: ¿Manjar o gazapo de la serie 'Monteperdido'?

A los vecinos del valle de Benasque les sorprendió esta propuesta gastronómica ya que es un producto muy típico que no invita para nada a comerse así.

Imagen de la última edición de la Feria de la Chireta de Pozán de Vero, que repartió 2.400 raciones.
Imagen de la última edición de la Feria de la Chireta de Pozán de Vero, que repartió 2.400 raciones.
José Luis Pano

La emisión del primer capítulo de 'La caza. Monteperdido' no solo fue un éxito de audiencia, con 2,4 millones de espectadores de media, sino que ha sido recibido mayoritariamente con aplausos por parte del valle de Benasque, donde se rodó parte de la serie, que se ha convertido en un gran escaparate de promoción. Sin embargo, hubo algunos detalles que no pasaron desapercibidos para los vecinos, especialmente la invitación que hizo uno de los protagonistas a la actriz oscense Megan Montaner a cenar un bocadillo de chiretas. Y es que es un producto muy típico de las comarcas de la Ribagorza y del Somontano que no acostumbra a comerse así.

Aun así, el hotelero benasqués José María Ciria comentaba en broma que estaban pensando incluir el bocadillo de chiretas en la carta del afamado restaurante de su hotel. Con una inmensa sonrisa en el rostro y recalcando la excelente ambientación general de esta ficción televisiva situada en la Alta Ribagorza, no podía sino justificar "por desconocimiento" el pequeño gazapo de los guionistas ya que esta preparación característica de la gastronomía local, y muy desconocida fuera de estos confines, admite pocas variaciones en su elaboración.

Para elaborar una chireta, se coge la tripa de cordero limpia, se corta a cuadrados y se convierte en unos pequeños sacos. En ellos, se embute la mezcla del arroz, las especias (ajo, perejil, pimienta, pimentón y canela) junto con trozos de vísceras del cordero (entrevivo, corazón, pulmón, grasa,…). Se le añade sal y se cierra el saco cosido con un hilo.

Una vez cosida, se deposita en una olla con agua fría y se deja hervir en torno a una hora y media o dos. Para darle sabor, se le añade un hueso de jamón, puerros y carne de pollo. La chireta se puede comer recién sacada del caldero, o bien cortada en rodajas y rebozada en huevo . También se pueden asar a la brasa esas rodajas sin rebozar. 

Presentarla en forma de bocadillo sería una propuesta bastante pesada ya que esta modesta chireta es una muestra palmaria de la economía y gastronomía del aprovechamiento. Esas tripas bien limpias y vueltas que contienen el relleno son las que dan al producto su nombre característico ya que 'chireta' deriva del verbo 'chirar' o 'dar la vuelta'.

Es un plato que no deja indiferente a nadie y que cuenta tanto con ardientes defensores como con profundos detractores, muchos de los cuales lo son tras haber disfrutado del plato y haberse enterado con posterioridad de su composición. Entre los primeros se encuentran el periodista y escritor Ildefonso García-Serena, que le dedicó el libro 'Elogio de la chireta y otras crónicas sentimentales del Somontano', y el gastrónomo barbastrense y miembro de la Academia Aragonesa de Gastronomía Joaquín Coll, quien se explaya sobre sus orígenes en varios capítulo de su obra 'Manjares del Somontano', abundando en la costumbre somontanesca de añadirle al relleno una punta de pimentón que se les hace muy extraña a los ribagorzanos.

Con alguna variación, la receta se repite en el Pirineo y Pre Pirineo catalán adoptando el nombre de 'girella' y siendo protagonista de una concurrida feria en la localidad de Pont de Suert muy similar a la que, desde hace ya diecisiete años, atrae todos los otoños a centenares de aficionados a Pozán de Vero, en el corazón del Somontano barbastrense, que se ha convertido en epicentro de difusión de esta preparación gastronómica de plena actualidad a cuenta del involuntario gazapo de los guionistas de una serie televisiva llamada a convertirse en un notable éxito.

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