HUESCA

Melocotones, peras, tomates, calçots y otras 'claves' para encubrir drogas

Las escuchas sacan a la luz los términos que usaba para disimular ante la Guardia Civil una presunta red de tráfico que juzga la Audiencia de Huesca.

En el banquillo se sientan una sola mujer y doce hombres, defendidos por diez abogados.
En el banquillo se sientan una sola mujer y doce hombres, defendidos por diez abogados.
Roger Navarro

El uso de palabras clave suele ser muy común en los sospechosos por tráfico de drogas ya que, temiendo que puedan estar siendo objeto de escuchas policiales, intentan encubrir sus actividades refiriéndose a estas sustancias con términos de lo más variopinto. Y es lo que ha tratado de desentrañar la fiscal este martes durante la primera sesión de un macrojuicio en la Audiencia Provincial contra 13 miembros de una presunta red de tráfico, especializada en anfetamina y cannabis, que operaba en la provincia.

Los acusados, la mitad de ellos vecinos de La Litera, se enfrentan a penas que suman 143 años de prisión por delitos contra la salud pública y por integración de grupo criminal, y casi 6,5 millones de euros en multas. La Guardia Civil incautó 7,2 kilos de cannabis, 5,6 de anfetaminas y casi 100 gr de cocaína.

Durante el interrogatorio de los procesados, entre los que solo hay una mujer, algunos han negado por completo su implicación; otros han confesado solo en parte asegurando que la mayoría de la droga incautada era para autoconsumo, incluso para hacer infusiones con las que mitigar dolores, y que habían vendido pocas cantidades solo por su difícil situación económica; y también ha habido quien ha reconocido el delito de tráfico. Todo ello para intentar aplicar atenuantes o eximentes, como ha explicado el abogado Javier Vilarrubí, que representa a tres de los acusados.

Según el escrito provisional del Ministerio Público, gracias a una investigación policial iniciada por el Equipo de Delincuencia Organizada y Antidrogas de la Policía Judicial en marzo de 2016 se tuvo conocimiento de que los procesados, actuando siempre de común acuerdo y con el propósito de obtener un beneficio patrimonial ilícito, se dedicaban a la venta a terceros de sustancias estupefacientes, compartiendo la actividad todos ellos y los beneficios. Unas pesquisas que confirmaron las intervenciones telefónicas de los móviles que usaban y que fueron autorizadas por el Juzgado nº 2 de Monzón.

A preguntas de la fiscal, un acusado ha asegurado este jueves que cuando hablaba de ‘rulis’ y ‘pastis’ en estos pinchazos se refería a ‘viagras’. A otros les pillaron hablando de ventas de ‘melocotones’, ‘peras conferencia’, ‘calçots’ o ‘tomates’ que, según ellos, aludían de verdad a estas frutas y verduras y no a sustancias.

El juicio se reanudará el jueves con el testimonio de cuatro miembros de la Guardia Civil que participaron en la investigación y de algunos peritos. Posteriormente, la fiscal y los diez abogados presentes en el procedimiento presentarán sus conclusiones definitivas.

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