El mercado de la trufa fresca de Graus cerró el pasado fin de semana una excelente temporada marcada por la cantidad y calidad del producto ofertado desde noviembre. Las generosas lluvias de la pasada primavera y el bonancible verano posterior han garantizado una producción constante que ha podido atender una demanda al alza. Así lo confirma el presidente de la Asociación de Truficultores y Recolectores de Trufa de Aragón, David Royo, que ha estrenado su cargo en una temporada "intensa y positiva", con una muy buena cosecha "tras el fiasco de la temporada 2017-18".

Las lluvias y la humedad ambiental de la primavera y el verano han permitido recuperar algunas truferas naturales que en la campaña anterior quedaron inéditas pero, a pesar de ello, la tónica que se ha consolidado ya plenamente es que la truficultura es la que garantiza la producción en un sector con innegables potencialidades.

No obstante, el cultivo de la trufa lleva pocos años extendido y muchas de las labores que se desarrollan siguen el esquema clásico del ensayo-error antes de dar frutos y ello se traduce en que labores y técnicas que dan resultado en determinadas circunstancias no sirven en otros momentos. Por ello, el mercado grausino apostó este año como complemento de su propuesta comercial por ofrecer a los profesionales e interesados unas charlas especializadas previas a la sesión mercantil que han obtenido un rotundo éxito.

Precios más asequibles

"Al haber podido contar con una mayor y constante producción, los precios han sido más asequibles que otros años y han fluctuado muy poco durante toda la temporada", comenta Royo, para quien esta situación de precios estabilizados ha sido toda una ventaja de cara a los clientes particulares "que han podido hacerse una idea sin sorpresas posteriores de lo que se iban a gastar".

El mercado grausino ha ofrecido las trufas en la venta al detalle a un promedio de 600 euros el kilo, 50 por debajo del precio a la que se vendían este sábado, aunque esta cantidad ha variado cuando se han negociado otro tipo de calidades y volúmenes del producto.

En la última sesión, la trufa que ha salido a la venta ha sido muy aromática y, dados los calores anormalmente altos para la época en que nos encontramos, muy madurada por lo que es aconsejable consumirla inmediatamente. Esta extrema maduración hace que la finalización oficial de la temporada coincida con la real, ya que a partir de ahora el producto va a empezar a bajar de calidad.

Elevado nivel de fraude

Una calidad que es una de las señas de identidad en la promoción de la trufa aragonesa. David Royo reconoce que, pese a que se ha popularizado el conocimiento y el interés por ella, el sector no está notando un incremento en el consumo nacional de la trufa de calidad, en buena medida porque se ha detectado un elevado nivel de fraude y de utilización de aromatizantes en productos teóricamente trufados que escaman y escarmientan a potenciales usuarios.

Por ello, apuesta por seguir desarrollando iniciativas para divulgar la trufa negra de máximo nivel, la tuber melanosporum, y aboga también por una "más decidida" política de comercialización para tratar de armonizar la actual situación en la que más del 90% de la producción sale a Francia, Italia y, cada vez más, a países como Arabia, Estados Unidos, Gran Bretaña, Japón, Australia o China.

Y es consciente de que para ello se ha de conseguir democratizar la trufa y que entre en los hogares particulares. "Preferimos ampliar la base de consumidores y somos conscientes de que eso se logra con una política de contención de precios", señala, abogando también por seguir trabajando en divulgar el conocimiento de la trufa, sus cualidades, calidades y cotizaciones para evitar sorpresas indeseadas.