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Jánovas por fin ve la luz, 35 años después del desalojo
Desde el viernes por la noche las calles del pueblo vuelven a estar iluminadas
El 15 de marzo de 2019 pasará a la historia reciente de Jánovas, el pueblo convertido en emblema de la lucha contra los embalses y la despoblación del Pirineo. El pasado viernes, las calles volvieron a estar iluminadas, tras una larga espera que ha durado 35 años, desde que los últimos habitantes de Jánovas, Emilio Garcés y su familia, fueran desalojados de su casa para hacer un pantano que nunca llegó a construirse. Ocurrió el 19 de enero de 1984, otra fecha para guardar en la memoria,
La llegada de la electricidad fue un momento emocionante, e incluso con suspense, cuenta Óscar Espinosa, presidente de la Fundación San Miguel y uno de los herederos de los antiguos propietarios que está levantando la casa familiar después de volver a comprarla a Endesa. "Tuve que traer tres fusibles que faltaban. Varios vecinos me estaban esperando para que los pusiera. En el momento de conectar no se encendió, y es que los diferenciales estaban abajo". Exactamente, a las 19.45, las farolas volvieron a iluminar las calles y el interior de las antiguas escuelas, convertidas en un centro social y núcleo de la actividad de los retornados.
En los últimos meses se habían realizado pruebas, pero ahora el alumbrado ya es definitivo. Quienes pasen por la carretera de la noche, verán el perfil de Jánovas iluminado. "Esto es todo para nosotros, porque sin electricidad no podíamos hacer nada. En cuanto se encendieron las farolas, uno de los nuevos propietarios dijo que empezaría a reconstruir la casa en abril", señala Espinosa.
Una subvención de 100.000 euros del Gobierno de Aragón ha permitido traer la línea de media tensión y otros 10.000 euros del Ayuntamiento de Fiscal, al que pertenece Jánovas, han servido para conectar el alumbrado público y la escuela. La instalación en el núcleo urbano es provisional, pero a media que se urbanicen las calles se enterrarán las líneas. Ahora el Ayuntamiento debe declararlo como núcleo urbanizado para que Endesa pueda hacer la distribución interior.
Los nuevos propietarios han tenido que espabilarse y acelerar por su cuenta la llegada de la luz o el agua y la urbanización de las primeras cuatro calles, contando con el soporte de las instituciones locales y del Gobierno de Aragón, ya que el Gobierno central, que está obligado a reconstruir los servicios generales, ha aplazado hasta el 2028 la ejecución del prometido plan de desarrollo. El siguiente paso es conseguir financiación para una pequeña depuradora. Son pocos, pero no quieren que las aguas fecales vayan a parar al río Ara, el verdadero protagonista de Jánovas y de los otros pueblos desalojados por la amenaza del embalse.
