La Asociación de Amigos, Vecinos y Residentes de Torres del Obispo publica un diccionario del habla local

Se trata de una herramienta para todos los interesados en el estudio y divulgación de las fablas aragonesas.

Jaime Asensio con su diccionario.
La Asociación de Amigos, Vecinos y Residentes de Torres del Obispo publica un diccionario del habla local
Á.G.

Hace ahora veinticinco años comenzó su andadura la activa Asociación de Amigos, Vecinos y Residentes de Torres del Obispo, entidad que se ha caracterizado desde sus orígenes por el apoyo a todos los temas que buscan la mejora y el progreso de esta localidad ribagorzana, la promoción de iniciativas de lo más diverso, el impulso de actividades culturales y recreativas y la defensa de los intereses del pueblo.

Desde sus primeros pasos, la asociación ha publicado un boletín periódico llamado 'El Gallet' –que toma su nombre de la característica veleta de la torre de la iglesia parroquial- del que acaba de editar un número especial y extraordinario para conmemorar las bodas de plata de la entidad. En él se recogen tanto los estudios realizados por un vecino, Jaime Asensio, sobre diversos aspectos etnológicos de la población como su monumental trabajo filológico y lexicográfico sobre el habla local –una variante del aragonés bajo ribagorzano con numerosos elementos singulares- que, basado en los estudios previos de Francisco Salamero, ha dado como resultado un impagable diccionario Castellano-Torrense que se convierte en una más que apreciable herramienta para todos los interesados en el estudio y divulgación de las fablas aragonesas.

El autor reconoce que este diccionario es una herramienta que necesita ser mejorada. "Es un trabajo que lleva toda una vida porque todavía queda mucho por perfeccionar; poner al lado de la palabra su género, si es sustantivo o adjetivo, verbo transitivo o intransitivo…, así como acompañarlo de una pequeña gramática", apunta Asensio quien espera la ayuda de sus convecinos en este empeño.

De hecho, y aunque el diccionario ya recoge gran cantidad de palabras, expresiones y giros idiomáticos, su autor reconoce que prácticamente todas las semanas recuerda o le comentan nuevas expresiones caídas en el olvido o en desuso que ampliarán futuras ediciones de una obra que, es consciente, tiene errores y confusiones y a la que pueden faltar significados o usos de palabras. "Por eso es de agradecer toda crítica constructiva o corrección que ayude a mejorarlo", señala este autor que considera su lengua vernácula "un tesoro" que se debe cuidar entre todos "para que jamás esta riqueza lingüística caiga en el olvido".

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