La abuelastra y el padrastro de Naiara declaran desde primera hora en el juzgado

Están acusados de un presunto delito de violencia física y psíquica habitual contra la menor. Es la primera vez que testifican en el juzgado en relación con el asesinato

El padrastro de la niña camino del juzgado junto a la abuelastra, con la que convivía la niña
El padrastro de la niña camino del juzgado junto a la abuelastra, con la que convivía la niña
Rafael Gobantes

Nieves Pena y Carlos Pardo, abuelastra y padrastro de la niña de 8 años asesinada por su tío en Sabiñánigo en 2017, están declarando en la mañana de este jueves en el juzgado de instrucción número 1 de Jaca. Se les acusa de un presunto delito de violencia física y psíquica habitual. 

Ambos han llegado al edificio judicial sobre las 9.15. La primera en entrar a prestar declaración ha sido la mujer, madre de Iván Pardo, autor confeso de la muerte de la niña, a la que mató de una paliza. Ha estado poco más de media hora. Después lo ha hecho su hijo, hermano de Iván, que apenas ha tardado 20 minutos. Es la primera vez que prestan declaración en el juzgado, ya que anteriormente se habían negado a testificar.

Sus abogados habían solicitado el sobreseimiento de la causa contra ellos, pero la magistrada acordó la continuación del procedimiento ante el tribunal del jurado por presunto delito de asesinato contra Iván Pardo y de violencia física y psíquica habitual contra estos dos familiares. Cabe recordar que cuando Naiara fue asesinada vivía con el autor confeso del crimen y su abuelastra en Sabiñánigo. La madre de la niña, pareja de Carlos Pardo, la había dejado a su cargo porque estaba trabajando en un hotel en Bielsa.

Naiara ingresó el 6 de julio del 2017 en la uci del Hospital Miguel Servet de Zaragoza con graves lesiones en su cuerpo, especialmente en la cabeza, y murió un día después a consecuencia de la brutalidad de las heridas que sufrió. Durante el período de instrucción, la titular del Juzgado número de 1 de Jaca ha investigado si la abuelastra de Naiara presenció alguna de las torturas antes de morir. Y es que un informe del Laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil detectó la presencia de rastros genéticos de la mujer en una camiseta de la niña y en una toalla localizadas en el escenario de los hechos.

Mientras, el padrastro de la niña llegó a informar a los agentes que sabía que su hermano castigaba a la menor por negarse a estudiar y que incluso le envió un vídeo que mostraba a la víctima de rodillas sobre granos de sal. Sin embargo, no llegó a comunicar a la madre estos castigos, que no consideró especialmente graves, para no preocuparla.

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