Fallece Román Egea Garcés, aragonés superviviente de Mauthausen

Permaneció cinco años como prisionero en el campo de concentración de Mauthausen.

Grupo Poschacher de deportados españoles en Mauthausen.
Grupo Poschacher de deportados españoles en Mauthausen.
Heraldo.es

El pasado sábado en la localidad francesa de Toulouse, fallecía a los 99 años de edad el grausino Román Egea Garcés,  uno de los últimos supervivientes de Mauthausen. Tras servir en la aviación republicana durante la Guerra Civil española, se exilió a Francia donde luchó contra Alemania en la II Guerra Mundial. Permaneció cinco años como prisionero en el campo de concentración de Mauthausen.

Hace unos meses, Josep San Martín, delegado en Aragón de la Amical de Mauthausen y Fernando Cardoso, miembro de la Amical, contaban en Graus las historias de los ribagorzanos que fueron deportados a los campos de concentración nazis. Antes se había presentado en Castejón de Sos el proyecto que pretendía recuperar el relato del horror vivido por siete vecinos del valle de Benasque y se descubrían historias de otros vecinos de Graus, de los cuales 3, fallecieron en los campos de exterminio alemanes. El único superviviente hasta entonces, Román Egea, fallecía este sábado.

Fueron 23 los ribagorzanos que resultaron deportados a los campos de concentración nazis. Sólo 5 fueron liberados y el resto fallecieron durante el tiempo que permanecieron encerrados. Del total 7 habían nacido en el valle de Benasque (Castejón de Sos, Chía, Eresué, Liri, Neril, Sahún y Seira), 4 en Graus y el resto en Morillo de Liena, Montanuy, Raluy, Abenozas, Benabarre, Torres del Obispo, Bonansa y Estopiñan del Castillo.

La base de datos de la Amical recoge, de cada uno de los deportados, información relativa a la fecha y lugar de nacimiento, fecha de la deportación, situación o lugar. De los 23, sólo 5 fueron liberados y de los 4 vecinos de Graus (Juan Campo Pérez, Gerardo Quiroga Andreu y Antonio Sesa Grau) sólo 1 (Román Egea Garcés) consiguió sobrevivir y ser liberado. Casi todos permanecieron en el campo de Mauthausen, en el caso de los grausinos, fallecieron en el campo de Gusen.

Los recuerdos de su tierra y de sus raíces y la solidaridad entre los deportados republicanos fueron, decía Cardoso, un hilo de esperanza en el horror que, día a día, tuvieron que soportar y, añadía, seguro, fue en lo que se apoyaron los que lograron sobrevivir.

El proyecto iniciado entonces, pretendía recabar los datos de todos los deportados ribagorzanos para reconstruir su biografía y poder dar a conocer también esta historia a través de las páginas de un libro. Desgraciadamente, explicaba Cardoso, son muy pocos los datos de los que disponen por eso hacían un llamamiento a los familiares que pudiera haber para tratar de recomponer, en la medida de lo posible, la trayectoria de estos vecinos.

Información orginal publicada en radiohuesca.com

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