Un policía local de Jaca también acusa a los militares de la Guardia Real de agresión

Este segundo denunciante, amigo del hombre argelino que dice haber recibido una paliza, identifica a los seis procesados "sin ninguna duda" porque los tuvo "a dos palmos". Los policías que acudieron a sofocar el atercado no vieron ninguna agresión ni oyeron insultos racistas

La segunda sesión se ha iniciado con la declaración del policía local de Jaca fuera de servicio que también fue agredido presuntamente
La segunda sesión se ha iniciado con la declaración del policía local de Jaca fuera de servicio que también fue agredido presuntamente
Pablo Segura

Un policía local que estaba fuera de servicio ha reconocido este martes a los seis militares de la Guardia Real como los autores de la presunta agresión que sufrieron hace cinco años en la zona de bares de Jaca él y un amigo suyo, un hombre de origen argelino de 51 años que lleva más de tres décadas viviendo en la capital jaquesa. Este último ya declaró el lunes haber recibido una brutal paliza de un grupo de soldados, algo que negaron los acusados.

Los militares se enfrentan en la Audiencia Provincial de Huesca a una petición de la Fiscalía de 3 años de prisión cada uno por un delito de lesiones con la agravante de discriminación por la presunta agresión al hombre argelino y una multa de 360 euros por una falta de lesiones al policía local. Mientras, la acusación particular eleva su solicitud hasta los 5 años. Dos de los cuatro abogados defensores acusan al hombre argelino de haber agredido a sus clientes, una denuncia que el Ministerio Público ha pedido sobreseer por considerar que no ha quedado acreditada.

Este segundo denunciante ha relatado que aquella noche del 26 de enero de 2014 estaba en un bar de la calle Gil Berges con su pareja y dos amigos, entre ellos el hombre argelino. Este último se fue al baño con otro amigo y él se quedó con su novia en la barra cuando de repente vio cómo su amigo salía del pasillo que da acceso a los servicios "retrocediendo, braceando y empujado" por un grupo de personas.

Entonces, el dueño del bar encendió las luces y desalojó el establecimiento. Ha añadido que ellos se quedaron dentro y después de unos 25 minutos salieron a la calle. Cuando se dirigían a otro bar cercano, oyó: "¡Esos son!". "Y unas 15 o 20 personas nos empezaron a machacar y a dar una somanta de patadas y puñetazos con una saña fuera de lo normal. Fueron unos minutos interminables", ha declarado. Pese a los golpes, pudo zafarse y escapar. "Les llegué a decir que era policía local, pero hicieron caso omiso", ha afirmado.

También ha asegurado que durante la presunta agresión oyó que la turba se dirigía a su amigo llamándole "moro de mierda, musulmán o negro con en un tono despectivo y xenófobo".

De los seis militares de la Guardia Real que se sientan en el banquillo, este policía local ha asegurado que en su día reconoció "sin ningún tipo de duda" a dos de ellos al encontrárselos después de la presunta agresión en la plaza de Medio Pañuelo y a otros cuatro en sendas ruedas de reconocimiento. "Estoy segurísimo porque los tuve de frente a dos palmos de mi tanto en el bar como en la calle", ha recalcado.

A consecuencia de la supuesta agresión, sufrió policontusiones y estuvo 12 días de baja. Además, ha señalado que los hechos le afectaron psicológicamente "porque durante un tiempo no salía casi de casa porque tenía fobia a que la gente me mirara por la calle y no tenía ganas de nada". Con todo, ha reconocido que no siguió ningún tratamiento. "Me lo comí yo solo", ha dicho.

¿Cómo pudo identificar a los agresores de espaldas?

Los abogados defensores han cuestionado que pudiera ser capaz de identificar a la persona que supuestamente dijo "¡Son esos!" porque lo oyó de espaldas y también han insistido en preguntarle por qué omitió en sus declaraciones policiales el primer altercado ocurrido en el bar.

La pareja de este policía local ha ratificado minutos después su versión asegurando que él y su amigo recibieron una paliza llena de "furia" y que ella se intentó interponer para evitar que les siguieran pegando. Pese a su intervención, también ha declarado que no puede reconocer a ninguno de los presuntos agresores "porque no podría poner ninguna cara, solo veía golpes".

En esta segunda sesión del juicio también han declarado dos vecinos de Jaca, primos entre sí, que también fueron agredidos esa noche y a esa misma hora por una "marabunta" de personas que apresuradamente estaban saliendo el mismo bar donde se había producido el supuesto altercado entre militares y el hombre argelino. Ambos han explicado que recibieron empujones, puñetazos y patadas "sin motivo aparente", pero no llegaron a reconocer a ninguno de sus presuntos agresores.

Otro testigo, vecino de Jaca, ha recordado que aquella noche estaba de fiesta con unos amigos en la misma zona y vio al policía local fuera de servicio pasar corriendo y que le perseguían un grupo de 5 o 6 personas "con una actitud bastante agresiva".

Los policías no apreciaron lesiones importantes

Asimismo, el tribunal ha escuchado como testigos a los dos agentes de la Policía Nacional y a los otros dos de la Policía Local que aquella noche estaban realizado un control de alcoholemia conjunto y que acudieron al lugar de los hechos tras recibir un aviso de una pelea en la zona de bares de la calle Gil Berges. Han explicado que al llegar se encontraron un tumulto de personas "exaltadas", la mayoría bajo los efectos del alcohol, que estaban "empujándose" por lo que procedieron a separarlos y a identificarlos "aunque ninguno de ellos presentaba lesiones importantes", han manifestado.  En este sentido, han hecho hincapié en que ellos no vieron ninguna agresión ni escucharon insultos racistas.

Los agentes han relatado que varios de los militares que estaban en la zona acudieron a ellos para decirles que les habían agredido "una persona de raza negra y otra de raza blanca". Y que un grupo rodeó y retuvo a la presunta víctima argelina justo a las puertas de un bar cercano. Este también le contó a uno de los guardias municipales que le habían pegado unos militares, aunque en ese momento no identificó a ninguno.

Un policía nacional ha asegurado que el responsable del grupo de militares, que se identificó como capitán y que es uno de los seis acusados, se dirigió a él "muy educado y amable" para preguntarle por lo ocurrido y mostró una actitud de colaboración señalando que se hacía "responsable" de lo ocurrido. "De todas las personas que estaban allí, era el único que iba sobrio", ha destacado el agente, que le aconsejó que reclutase a todos los soldados y le informó de la posibilidad de presentar partes de lesiones y denuncias. Manifestaciones que corroboran las declaraciones realizadas el lunes por el citado capitán en el juicio.

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