Un pasillo de evacuación permite salir a 50 clientes aislados en Llanos del Hospital

Los responsables del complejo reconocen que se vivió algún momento “de crisis” al prolongarse los días de incomunicación

Momento de la salida de los clientes
Momento de la salida de los clientes
Llanos del Hospital

Los clientes de Llanos del Hospital se despedían esta mañana con una sonrisa al abandonar el complejo turístico. “Ahora nos reíamos, pero ayer no se reía nadie”, comentaba uno de ellos antes de coger su coche para salir por el pasillo de evacuación que ha abierto este martes la Dirección General de Carreteras de la DGA. Desde el sábado estaban incomunicados por riesgo de aludes. La medida se decidió después de que una avalancha cayera en este tramo final de la A-139 que lleva al fondo del valle de Benasque, donde están el hotel y la estación de esquí nórdico. Afortunadamente la nieve se precipitó sobre la estructura de protección, pero fue un aviso del peligro potencial.

A las 10.30 de este martes, se notificó la apertura de la vía de evacuación. Los 50 clientes que había dentro y algunos de los 20 trabajadores salieron en un convoy organizado escoltados por personal de Carreteras y por la Guardia Civil. Intervinieron patrullas de Seguridad Ciudadana del puesto de Benasque y del Greim. Los vehículos particulares iban acompañados por dos quitanieves. “Ha sido muy rápido. Enseguida han limpiado la carretera. Nuestra parte ya la teníamos despejada y practicable desde el lunes por la mañana”, ha comentado el director, Fernando Pañart. Ese día se estuvo pendiente de la apertura, pero al final no pudo ser.

Pañart reconoce que hubo “frustración” por no haber podido salir el lunes, “pero hoy los clientes se han ido contentos”. Eso sí, admite que en las horas previas se vivieron momentos “de crisis”, con cierta tensión, ya que algunos clientes tenían obligaciones laborales el lunes. Había médicos que tuvieron que cancelar dos veces sus visitas. Y alguna persona que se dedicaba a la judicatura y hubo de aplazar juicio. “El problema era no tener noticias, no saber cuándo se abriría”, aclaró Pañart. Se hizo una consulta al 112 respecto a una embarazada, “a la que tranquilizaron”. “Para los que estamos acostumbrados al cierre, no pasa nada, pero para alguien nuevo...”. Aún así, el lunes, con buen tiempo y las pistas de esquí de fondo pisadas, los turistas pudieron hacer raquetas, esquí nórdico y pasear en medio de paisajes nevados.

Respecto a los perjuicios para el negocio, el cierre supone un quebranto económico por la cancelación de muchas reservas. “La mayoría las perdemos, aunque hay clientes que deciden aplazar el viaje”. También de imagen, “porque cuando nieva siempre acabamos cerrados, y en el Pirineo vivimos de esto”. Aclara que ningún seguro lo cubre, “en contra de lo que a veces se piensa”. Otra duda es si los clientes pagan. “El que se queda a dormir paga, porque al final nosotros somos un afectados más”. Sería distinto si el cierre se prolongara muchos días. “Entonces llegaríamos a un acuerdo, pero si son dos días, lo que se hace es un descuento”, matiza el responsable del complejo.

Al ser una vía de evacuación se permite la salida, pero ya no puede entrar nadie. “Hemos tenido que cancelar todas las entradas del hotel hasta que nos abran la carretera”, indica el director. La fecha de apertura de la carretera, añade, será “cuando el riesgo de aludes baje y sea seguro entrar”. Se han quedado algunos trabajadores de mantenimiento y personal que vive allí. Respecto a los clientes, Pañart cree que “se han ido satisfechos y creo que volverán todos, o casi todos”.

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