Sobrarbe reconoce al párroco José María Cabrera y a los dueños del refugio de Viadós

El acto de entrega de los galardones se ha celebrado en la víspera de la Ferieta de Aínsa

Intervención de Miguel Gracia en el acto celebrado en la iglesia de Aínsa
Intervención de Miguel Gracia en el acto celebrado en la iglesia de Aínsa
Francisco Parra

Coincidiendo con la feria más arraigada en Aínsa, los Premios Cruz de Sobrarbe han celebrado este sábado su quinta edición para reconocer el trabajo de las gente de estos pueblos. En una emotiva tarde y con un público que ha llenado el espacio, el presidente de la Diputación Provincial de Huesca, Miguel Gracia, y el alcalde, Enrique Pueyo, han hecho entrega de estos reconocimientos lanzando el mensaje de que "es el momento del mundo rural” y para ello “se necesita la atención de todos los niveles de la administración”.

Los premiados han sido los propietarios del histórico refugio de Viadós (Gistaín), Joaquín Cazcarra y Cristina Zueras, y el conocido párroco José María Cabrero, calificados por Miguel Gracia como “los mejores aliados en un territorio rural que no anda sobrado de oportunidades”. Refiriéndose a Sobrarbe ha apelado a la necesaria complicidad entre las cabeceras comarcales y el resto de los pueblos y con los distintos sectores. “Somos pocos y sin esa unidad seríamos mucho más débiles”, ha enfatizado.

Entre el público había muchas caras conocidas de la política y el montañismo y de numerosas entidades y colectivos sobrarbenses, como el presidente de la Comarca, Enrique Campo; el presidente de la Federación Aragonesa de Montañismo, Luis Masgrau; y muchos alcaldes de diferentes localidades vecinas, también de la Diócesis de Huesca. Y amigos de los homenajeados, entre ellos Alberto Bosque, presidente del Club Atlético Sobrarbe; y Óscar Ballarín, de la asociación de recuperación de caminos, que como buenos conocedores de los premiados han glosado la parcela más humana.

Sobrarbe reconoce al párroco José María Cabrera y a lod dueños del refugio de Viadós

Intervención del presidente de la Diputación de Huesca en la entrega de premios en la iglesia de Aínsa. Foto: Francisco Parra

A estos galardones se les dio el nombre de la Cruz de Sobrarbe en clara referencia a uno de los pasajes más importantes ocurridos en en la villa de Aínsa con la reconquista de la plaza y, tal como ha puesto de manifiesto el alcalde, Enrique Pueyo, “ese suceso unió a los sobrarbenses, pero lo importante es que esa idea de trabajar todos a una dura hasta nuestros días”. A esto ha atribuido los logros que se han conseguido en los últimos años y a la visibilidad que ha alcanzado en el ámbito turístico nacional. Por eso, “es necesario hacer visible a personas que han sembrado durante tantos años de forma voluntaria y desinteresada”, ha querido remarcar Pueyo.

Pionero de los alojamientos de montaña

Unos emocionados Cristina Zueras y Joaquín Cazcarra han contado cómo han pasado más de 60 años desde que el abuelo de Casa Rafel de Gistaín abrió el refugio de Viadós, convirtiéndose en el pionero de los alojamientos rurales en las zonas de montaña. Casi todos los mejores montañeros del país han comido y dormido en Viadós, a los pies de muchos tres miles y conocido sobre todo por el trato familiar que prestan desde el valle de Chistau estos dos enamorados de las montañas. Joaquín recuerda sus inicios cuando, con 12 años, ayudaba en todas las faenas mientras aprendía a conocer a esos montañeros que venían de lejos y las montañas que le rodeaban, recorriéndolas con el rebaño.

La celebración en 1961 del Campamento Internacional de Alta Montaña dio a conocer al mundo montañero la existencia de este enclave y su refugio, que siempre ha estado involucrado o colaborando en los inicios de muchas de las iniciativas de trabajo y promoción del territorio: socio-fundador de Prames, del Centro de Iniciativas Turísticas Bal de Chistau, también con el Club Atlético Sobrarbe en la primera edición de la Gran Trail Sobrarbe cuando solo eran 25 corredores.

50 años como sacerdote

Por su parte, José María Cabrero ha sido párroco de Alquézar y de muchos pueblos del sur de la comarca de Sobrarbe. Y el primero en trabajar o buscar ayuda para recuperar el patrimonio y rescatando, casi del olvido, emitas y romerías en la Virgen de la sierra de Bárcabo, Santa Marina en Las Bellostas y Bagüeste, Santa María de la Nuez en Paules, San Lino en Buil o San Martín en Lecina. Hoy lo que más ha sobresalido de este querido sacerdote es cómo ha unido a todos los vecinos en los pueblos donde ejerce resolviendo los problemas cotidianos porque, ha dicho, “el premio en realidad es de todos los que permanecen en estos pueblos”.

Durante los más de 50 años este hijo de Siétamo lleva ejerciendo como sacerdote ha sabido aunar su misión sacerdotal con su innegable don de gentes y sus jotas. Con una de ellas ha acabado su intervención. Se suman con la recepción de estos premios a una nómina de personas y entidades muy queridas en Sobrarbe, entre los que se encuentran el eminente médico nacido en Boltaña Elías Campo y la asociación Arto-Un Paso Atrás; Josefina Loste y Ricardo Buil por Centraldereservas; la asociación Río Ara y José María Lafuerza, y el año pasado recayeron en el centro ocupacional de Atades en Sobrarbe y en el empresario y deportista Ángel Chéliz.

La entrega de premios ha coincidido este sábado con los actos previos de la Ferieta de Aínsa. El programa se ha abierto con las jornadas de la trufa, donde el visitante encuentra una variada oferta de trufa fresca y de productos y tapas elaboradas con este preciado hongo junto a otros productos agroalimentarios. La hoguera ya preside plaza Mayor, donde este domingo tendrá lugar el reparto de carrascas y de caldo de Gallina de Sobrarbe, además de las subastas de animales y productos del Pirineo para apoyar la economía de cercanía. Más de 120 expositores se comienzan a distribuir en el casco antiguo, de los que la mitad tienen que ver con la artesanía alimentaria.

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