Piero Pini: "Llegaremos a 1.600 empleados en un año y la mayor parte serán de la zona"

El dueño del Grupo Pini ultima la construcción en Binéfar del que, dice, será el mayor matadero de Europa. Su intención es abrirlo en uno o dos meses.

Piero Pini, en las oficinas de Litera Meat, situadas a pie de obra.
Piero Pini, en las oficinas de Litera Meat, situadas a pie de obra.
Rafael Gobantes

El empresario italiano Piero Pini (1952, Grosio, Lombardía) viaja cada 10 o 15 días a Binéfar para supervisar la construcción del matadero que construye su grupo a través de la filial Litera Meat. Sigue de cerca los trabajos desde una oficina habilitada a pie de obra con media docena de colaboradores, entre ellos sus hijos Marcelo y Francesco. El ritmo es frenético: las naves (más de 60.000 m2) están acabadas y ya se está equipando el interior.

El Grupo Pini es una empresa familiar que nació de forma modesta a partir de la producción de un embutido típico italiano, la bresaola.

Comenzó el abuelo de mi padre, con una tienda muy pequeña, pero la dimensión importante del negocio se inició en 1981. Tenemos dos mataderos en Italia, los más grandes del país, y una fábrica de embutidos, el 20% del mercado. Y otros en Hungría y Polonia. Hemos vendido las plantas de Polonia a un grupo chino, el más importante del sector. Estamos ultimando el contrato.

Se dice que la suya está entre las cinco primeras compañías europeas de transformación porcina.

Sí, somos el cuarto o quinto grupo de Europa en industria de cerdos. Todo el grupo factura 1.600 millones de euros. La de Binéfar será nuestra sexta planta.

¿Por qué eligió España? ¿Y por qué Binéfar?

Cuando me planteé irme de Polonia, examiné el mercado de Alemania, pero vi que España era el primer productor de cerdos de Europa. En Aragón había muchas granjas, pero no tantos mataderos. Y aquí, en la comarca de la Litera, estaba el centro de la producción. Sabíamos de la implicación de las administraciones aragonesas y de su compromiso con la agroalimentación.

¿Habló con otros municipios?

No con muchos, con dos o tres.

Dice que vino a España después de decidir cerrar sus negocios en Polonia. ¿Ha sido una salida precipitada por sus problemas con la justicia en ese país?

La salida de Polonia fue muy pensada. Nos llevó tres años. Los problemas que tuve en Polonia fueron muy claros: trabajábamos con cooperativas, como por otra parte hace todo el mundo de la carne, para cuestiones concretas como la matanza o el deshuesado. Se pensó que si la cooperativa no hacía las cosas correctamente, como no registrar bien la situación fiscal, la responsable era mi compañía, económica y penalmente. Los abogados me decían que no sería responsable de lo que pasara en las cooperativas, pero no fue así. Hace dos años que ocurrió y el proceso legal sigue adelante.

¿De qué se le acusa?

Nosotros no somos responsables de lo que no hacían correctamente las cooperativas que trabajaban para nosotros.

Allí parte de los trabajadores estaban contratados a través de cooperativas. Aquí, ¿los contratará directamente?

En Polonia aprendimos la lección y aquí todos los contratos serán directos. No quiero saber nada del sistema de cooperativas. Tenemos ya 2.000 currículos y estamos organizando cursos del Inaem para casi 900 personas. Todos los trabajadores proceden de municipios situados en un perímetro de 40 o 50 kilómetros, de forma que el alojamiento y la vivienda no serán un problema. Contrataremos a todos de forma directa y serán gente de la zona.

¿Usted informó al Gobierno de Aragón y al Ayuntamiento de los problemas en Polonia?

Todos lo saben, es público.

¿Han sido fáciles las gestiones con las administraciones?

El Gobierno de Aragón entendió que se necesitaba un matadero. Se producen muchos cerdos pero se llevan a sacrificar fuera porque no hay industria de transformación. Creo que apoyó el proyecto por eso. Cada día me llaman 15 o 20 ganaderos de Aragón y de Lérida. Quieren saber cuándo empezamos. Para el ganadero será una ventaja porque tiene otro comprador, puede vender aquí sus animales. Seguramente el precio del cerdo para el ganadero subirá, y también tendrá ventajas en el transporte, al hacer menos kilómetros. Me llamó alguien de un gran grupo con 1,5 millones de cerdos que calculó que ahorraría, solo en transporte, más de un millón de euros al año. Necesitamos terminar rápido.

¿Dónde van a ir sus productos?

Tenemos una estructura comercial fuerte. Seguramente a España, Europa, China, Taiwan, Corea, Japón y Estados Unidos.

Las cifras de su negocio dan vértigo. ¿De verdad prevé llegar a 1.600 empleos?

Seguro. Hay mucha competencia, pero tenemos una estructura comercial muy buena, con oficinas en América o en Sanghai, conocemos muy bien el mercado europeo, y el español, al que le gusta trabajar con mataderos grandes porque le dan seguridad. En una primera fase serán 800 empleos, el doble al cabo de un año.

¿Ha tenido problemas para reunir tanta mano de obra?

Para la primera fase de 800 empleos está todo bastante organizado. Cada día vienen a la oficina 20 o 30 personas que quieren trabajar. Muchos trabajan en la agricultura u otros sectores, pero prefieren un empleo estable, no solo de unos meses, o en mataderos de Lérida y de esta zona.

¿Prevé problemas con el transporte o la vivienda ante la llegada de cientos de trabajadores?

La mayor parte son personas que ya viven en la zona.

¿Y por qué ha elegido también esta comarca para abrir plantas auxiliares en San Esteban de Litera (un matadero de cerdas madres) y Albelda (un secadero de jamones)?

Ahora estamos concentrando nuestros esfuerzos en Binéfar. Luego haremos el matadero de madres, que acabará en mayo o junio, y una vez veamos cómo funciona esto, haremos el resto.

¿Ha sido fácil instalarse? ¿Han sido ágiles los permisos?

No ha sido fácil. Primero me dijeron que no necesitaría hacer el cambio de calificación de los terrenos, pero luego supe que tardaría mínimo un año. Muchos papeles, pero siempre nos comprometimos a desarrollar los trámites que nos exigieron.

Pero el Gobierno de Aragón, al considerar el proyecto de interés general, acortó los plazos.

Un poco sí. Ha sido muy inteligente al apoyar este proyecto. El presidente me dio a entender que en Aragón la cabaña ganadera de porcino era muy grande y no había mataderos, y que para el ganadero era una oportunidad.

Tenía tanta prisa por empezar que lo hizo antes de conseguir la licencia de obras, y eso le ha costado un expediente por no respetar la orden de paralización. Por otra parte, no es la única empresa cárnica de Binéfar en la misma situación.

Empezamos a hacer el pilotaje antes porque así nos lo recomendaron los técnicos, para que se asentase el terreno antes de empezar a construir la nave.

También ha tenido que pasar un estudio de impacto ambiental. ¿Qué efectos ambientales tiene el sacrificio y despiece de hasta 30.000 cerdos/día?

Tenemos un matadero muy moderno, muy automatizado, una depuradora con una capacidad de 6.000 m3 al día. Las aguas serán los mayores residuos y cumpliremos con todos los parámetros exigidos por la CHE.

Usted va a revolucionar el sector de la industria cárnica del porcino. En Aragón solo se sacrifican la mitad de los cerdos que se producen. Aquí se crían, pero el valor añadido se va fuera.

Cada año la producción de cerdos en España aumenta entre un 6 y un 8%, más o menos 3 millones. Nuestra entrada estabilizará el mercado. Ahora el valor de la carne se quedará aquí.

El Grupo Costa en Fraga generará 1.600 empleos con un gran centro cárnico. Bon Área invertirá en Épila. ¿Por qué este auge?

No lo sé. Cuando uno piensa que hay una oportunidad, otros también lo piensan.

¿Cuándo abrirá?

En un mes o dos. Finales de febrero o marzo.

Y en la ciudad, ¿cómo se ha sentido acogido?

Hay un 80% al que le gusta y un 20%, al que no. Pero aparte de dar empleo a los trabajadores, todos los negocios saldrán ganando. Por otra parte, no creo que se vaya a disparar la población o que pueda haber una presión excesiva porque muchos empleados viven en pueblos de alrededor.

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