Tres hombres han muerto en los últimos dos años al intentar sacar a sus perros de las balsas

El cazador ahogado el domingo en un depósito de riego de Binaced no sabía nadar.

Algunos cazadores se acercaron este lunes a la balsa. Junto a la valla aún estaban dos de los perros
Algunos cazadores se acercaron este lunes a la balsa. Junto a la valla aún estaban dos de los perros
José Luis Pano

El cazador ahogado en la tarde del domingo en una balsa de riego en el término municipal de Binaced no sabía nadar. José Esclusa, procedente de Sabadell y de 64 años, murió intentando rescatar a sus perros que se habrían caído en el agua persiguiendo una presa. Es la tercera muerte que se produce en dos años por este motivo.

En febrero hará dos años que un vecino de 59 años de Almunia de San Juan, también en la comarca del Cinca Medio, falleció en circunstancias similares. Se ahogó intentado salvar a su perro en una balsa del Ayuntamiento que se utiliza para almacenar agua. Él no había salido a cazar sino a pasear con el animal. Al parecer, cuando iban por las proximidades este entró en el recinto del depósito por algún hueco del vallado y fue a parar a la balsa. El dueño dejó en la orilla algunas pertenencias, como una prenda de vestir, el teléfono móvil y las gafas. Al perro lo rescataron más tarde con vida porque se mantuvo a flote.

Solo tres meses antes, un vecino de Zaidín de 36 años fue hallado sin vida en una balsa de riego de una finca. Había salido de caza el día anterior y murió ahogado también cuando trataba de sacar del agua a uno de sus perros.

Los aullidos

José Esclusa, barcelonés con raíces en el Cinca Medio, cazaba solo acompañado por seis perros de caza. Cuatro de ellos perdieron la vida ahogados en la balsa y dos fueron los que alertaron al resto de cazadores con sus aullidos, precisaron desde la asociación cinegética local.

El suceso ocurrió entre las 17.00 y las 18.00 en una balsa de la partida de Ripoll, polígono 24 parcela 142, a unos ocho kilómetros del casco urbano de Binaced, donde Esclusa había comprado una segunda vivienda para practicar la caza los fines de semana.

El perímetro de la balsa estaba vallado para impedir el acceso, pero el cazador pudo sobrepasar la reja metálica para tratar de rescatar a sus perros. La balsa tiene aproximadamente una profundidad de cuatro metros y el domingo restarían 50 cm para llegar a su máximo nivel. Las hipótesis de los cazadores binacetenses apuntan a que pudo resbalarse al intentar socorrer a sus perros y que el hecho de no saber nadar le impediría acceder a una zona de cañizos donde podría haberse agarrado y tratar de salir.

El cuerpo del cazador, ya sin vida, se hundió hasta el fondo, donde lo hallaron especialistas de los Grupos Especiales de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil. Previamente fue necesario achicar varios metros cúbicos de agua embalsada para tratar de dar con él.

En las tareas de búsqueda tuvieron un papel relevante los cazadores del coto de Binaced, que ese domingo realizaban una batida de caza de jabalí en el entorno del río Cinca. Personal municipal los alertó sobre la desaparición. Enseguida acudieron a la partida de Ripoll donde ya estaba la Guardia Civil junto al coche de Esclusa.

Cazadores, familiares y amigos establecieron un abanico de búsqueda para rastrear el entorno. "Nos organizamos en cinco minutos y en 10 ya lo habíamos encontrado", explica uno de los cazadores que participó en el operativo y eludió dar su nombre.

En las cercanías de la balsa, a unos pocos kilómetros de donde estaba el coche del desaparecido, encontraron a dos perros que aullaban y al instante vieron el chaleco y la escopeta de caza del fallecido. "Cuando muere un cazador los perros no se separan del dueño", señaló este mismo hombre quien, por otro lado, entendía el intento del dueño por salvar a sus animales.

A las 21.00 el juez levantó el cadáver, que fue trasladado al Depósito de Huesca para la autopsia. La Policía Judicial de la Guardia Civil ha abierto una investigación para esclarecer las causas y las circunstancias del caso.

Los cazadores? de Binaced que este lunes por la mañana volvieron a acercarse hasta el lugar del suceso consideraban que es habitual que los perros se arrojen a estas balsas, recubiertas de un forro sintético que hacen muy difícil salir de ellas, porque "pueden entrar a perseguir un conejo o a beber". También recordaron los hechos ocurridos en Almunia de San Juan y Zaidín.

No hace mucho que Agentes de Protección de la Naturaleza alertaron de la peligrosidad de adentrarse en estas balsas tras rescatar a varios animales silvestres que habían caído dentro.

Conmoción en Binaced

Desde el momento en que se supo la noticia, los vecinos de Binaced quedaron conmocionados. El fallecido vivía desde este verano en la localidad, donde se había integrado en el ámbito de los cazadores. Se había prejubilado y había comprado una casa en Binaced para residir ya de forma habitual cuando se jubilara su mujer, nacida en Monzón. El matrimonio tiene una hija que se casó con un vecino de esta localidad.

"Ha tenido la mala suerte de ir solo y de no saber nadar. Es la primera vez que un cazador muere en Binaced", lamentó uno de sus amigos. "Lo hizo por proteger a sus perros. Su muerte nos ha sentado fatal, era un hombre muy querido y amable, venía con su familia los fines de semana y quería ya vivir aquí", añadió.

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