Jóvenes de Monzón 'adoptan' a un abuelo

El programa de solidaridad llega a la residencia Riosol para que personas de 16 a 35 años compartan parte de su tiempo libre con mayores que no tienen familia

Los participantes en el programa de la residencia
Los participantes en el programa de la residencia
Heraldo

Mireia y Petre han enseñado a Soledad a manejar el móvil o a hacerse selfies. Con ella juegan a las cartas, dan paseos y escuchan las historias que tiene que contarles sobre su larga vida. Son dos de un grupo de 16 jóvenes de Monzón que han decidido pasar parte de su tiempo libre en compañía de personas mayores en la residencia municipal Ríosol, dentro del programa promovido por la oenegé ‘Adopta un abuelo’, que ha contado con el apoyo del Ayuntamiento.

El proyecto de voluntariado relaciona a residentes que están solos (porque carecen de familia o porque reside lejos) con jóvenes interesadas en compartir un espacio lúdico y afectivo con mayores. Las visitas son de una hora y media a la semana, los voluntarios van en parejas y son seleccionados en un proceso en el que participa el mayor que se les haya adjudicado. La relación dura todo el curso y el horario lo ponen los jóvenes.

La directora de la residencia, Valentina Vilarrubí, valora esta iniciativa y cómo los mayores se muestra encantada con las visitas: "Son gente sin nietos o con familia lejos. Están muy ilusionados porque lo que más les gusta es que los vengan a ver, buscan compañía y poder hablar con alguien. Ellos están expectantes ante la próxima visita porque necesitan mucho cariño y horas de compañía". Vilarrubí desea que el próximo curso escolar pueda continuar esta iniciativa y aumentar el número de mayores beneficiados.

Jóvenes de Monzón adoptan a un abuelo

Soledad Abadía, de la localidad monegrina de Valfarta, dice de sus ‘nietos’ de adopción que "son unos chicos estupendos, me distraen y me hacen compañía". Se refiere a Mireia Vida, de 18 años, y Petre Rodila, de 23, que aceptaron sin dudar cuando la oenegé ‘Adopta un abuelo’ les presentó en el colegio Salesianos esta iniciativa. "Nunca había hecho voluntariado pero tras la charla me llamo mucho la atención y estoy aprendiendo muchas cosas", cuenta Mireia. Petre ya había realizado voluntariado con niños. "Me pareció muy interesante venir a pasar unas horas con los residentes", dice.

El programa funciona desde hace unos años en más de 40 ciudades españolas. La residencia municipal Riosol ha sido pionera en el Alto Aragón en adherirse a este plan. La franja de edad de los voluntarios va de 16 a 35 años y las inscripciones para participar se formalizan en la web adoptaunabuelo.org.

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