Las estaciones de esquí se preparan para abrir antes de Navidad tras las últimas nevadas

No ha sido una gran nevada, pero suficiente para poder trabajar con el reto de que, si las condiciones meteorológicas acompañan y se puede fabricar nieve artificial, el Pirineo tendrá unas Navidades blancas en las estaciones de esquí. Los centros invernales manejan esta previsión para poder arrancar la temporada la semana próxima. Sería uno de los inicios más tardíos de los últimos años: habría que remontarse al 2011, cuando Cerler puso en marcha los remontes el día 3 de diciembre, pero el resto tuvo que esperar a hacerlo entre el 19 y el 23, a las puertas de la Nochebuena.

El frente frío que entró a mediados de semana llegó con nieve el jueves y también este viernes. No han sido muchos centímetros, pero sí los suficientes para mejorar la situación de las pistas tanto en el Pirineo como en Teruel.

De momento este fin de semana solo seguirán abiertas Cerler, que ha podido ampliar incluso su dominio a 32 kilómetros y entre 25 y 90 centímetros de espesor, y el espacio nórdico de Llanos del Hospital, también en el valle de Benasque, que ha incrementado igualmente de 5 a 7 los kilómetros esquiables para este fin de semana con entre 15 y 20 centímetros de nieve polvo. El resto trabajan con el objetivo de sumarse la semana que viene, cuando empiezan las vacaciones de Navidad.

Las pistas de Formigal-Panticosa han recibido entre 10 y 15 centímetros y las de Valdelinares y Javalambre, en Teruel, 15 y 25, respectivamente. Pero sobre todo, indicaron este viernes desde el grupo Aramón, el cambio del tiempo favorece la producción de nieve artificial y "parece que viene más la próxima semana". Este sábado se abre un paréntesis, con la cota a más de 2.400 m, pero para este domingo y el lunes se anuncian nevadas en torno a los 1.000 metros, y además bajarán las temperaturas, con heladas generalizadas y persistentes en cotas altas.

En Astún, este frente frío también ha dejado unos 15 centímetros, pero con mucho viento. "Estamos mejor que este viernes (por el jueves), pero hace falta que caiga más de nieve o que se den las condiciones de temperatura y humedad para poder innivar", explicó Andrés Pita, su director comercial. Los cañones no han podido trabajar las 24 horas y solo se pudo fabricar a partir de 2.000 metros. A esto se sumó el fuerte viento, que repartió el manto de forma muy desigual. "El vendaval nos ha dejado más nieve en el parquin que en las pistas", comentó gráficamente. También hubo que sacar nieve de los agujeros para ‘recolocarla’. En suma, se trabaja a destajo y "rezando para que no llueva y no suba la temperatura".

De momento, los centros invernales lamentan no haber podido abrir el fin de semana. El lunes volverán a evaluar la situación en función del trabajo que se haya podido hacer en las pistas y la meteorología de los próximos días. "Si se puede, se abrirá el día 21, pero está todo muy en el aire", reconocía este viernes el responsable de Astún.

En la otra estación del valle del Aragón, la de Candanchú, la nevada del jueves dejó nieve para poder trabajar con las máquinas. "Seguimos cruzando los dedos para que bajen las temperaturas y nieve más para abrir cuanto antes", insistían.

Las nevadas provocaron diversas incidencias en las carreteras tanto en los valles del Pirineo como en las sierras de Teruel a primera hora, aunque a lo largo de la mañana la situación de la circulación se fue normalizando. En el norte de Huesca, las restricciones afectaron sobre todo a los pasos fronterizos, con cadenas en Canfranc, Sallent de Gállego y Bielsa, y en la provincia turolense a algunas carreteras secundarias.