La laboriosa limpieza de un lazo amarillo de 10 cm en una obra de arte de Abiego

Especialistas de la Escuela Superior de Restauración de Aragón han logrado eliminar la pintada que apareció hace dos meses en el Monumento al Siglo XX después de un concienzudo estudio y de recibir el visto bueno del artista, el alemán Ulrich Rückriem

La doctora Elena Aguado, limpiando el lazo amarillo con una solución acuosa
La doctora Elena Aguado, limpiando el lazo amarillo con una solución acuosa
Escuela de Conservación de Aragón

Ni rastro. Dos meses después de que fuera descubierta la pintada de un lazo amarillo, principal símbolo del independentismo catalán, en el Monumento al Siglo XX ubicado en Abiego, un concienzudo y laborioso trabajo de la Escuela Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Aragón, con sede en Huesca, ha conseguido eliminar toda huella de este acto de vandalismo.

Y no ha sido una tarea sencilla ya que pese a ser un lazo de solo 10 centímetros, estaba pintado sobre una prestigiosa obra de arte del alemán Ulrich Rückriem, formada por 20 estelas de granito rosa de Porriño (400 x 100 x 100 cm) y que está incluida dentro de uno de los principales parques de arte en la naturaleza que impulsó en su día el CDAN. La intervención ha sido coordinada por la doctora Elena Aguado Guardiola, especialista de la Escuela de Restauración, que dirige Ignacio Mustienes, un centro que recibió el encargo del Gobierno de Aragón, de la Diputación Provincial de Huesca y del propio director del CDAN, Juan Guardiola.

Siguiendo el mismo camino que han realizado otros expertos en restauración en obras de arte vandalizadas como esta, Elena Aguado explica que han intentado actuar con "mucha celeridad" ya que el frío de esta época cambia mucho las propiedades de este tipo de pinturas, "que tienden a adherirse más a la piedra y ser más insolubles".

Asi, el primer paso de este proceso fue tomar una muestra de la pintura para hacer un estudio técnico de la composición del material depositado y también de la superficie afectada, en este caso granito de Porriño. De ello se encargó otra especialista de la escuela, Nuria de Miguel, que realizó una espectroscopia de infrarrojos. La Escuela contó para ello con la colaboración de expertos italianos y españoles. Este análisis reveló que se trataba de una resina sintética de una pintura de fabricación industrial, que aglutina mucha carga de carbonato de calcio, que es lo que le da cuerpo y densidad, y con pigmento de amarillo permanente.

Una vez conocida la composición, se diseñó la intervención más adecuada para dañar lo menos posible el material original. Para ello, hicieron probetas -o maquetas- con el mismo granito de Porriño y pintaron sobre ellas lazos amarillos utilizando una sustancia similar. Finalmente, optaron por aplicar unos disolventes respetuosos con el medio ambiente, "porque en esta Escuela somos abanderados de estos materiales", recuerda, a base de soluciones acuosas, "que básicamente consiste en ajustar el pH y la conductividad para conseguir hacer soluble la película pictórica".

Con todo, el principal  "caballo de batalla" que han tenido ha sido el paso del tiempo ya que en estos dos meses han cambiado mucho las condiciones ambientales "y son muy importantes ya que por encima y por debajo de los 15 grados cambian la dureza o la adhesión porque pasan de ser sustancias elásticas a algo casi vítreo", subraya. Y es que desde que se hizo la pintada (entre finales de junio y finales de septiembre), se ha pasado de más de 30 grados de temperatura ambiente al frío invernal. "Además, el granito se enfría mucho por la noche y aunque luego estemos a 12 o 13 grados de temperatura ambiente, la piedra está a 7 o 6", destaca. Todo ello había endurecido la pintura, con lo cual era más difícil de disolver. Y la solución que encontraron fue aplicar calor seco para calentar el granito a más de 20 grados mientras se aplicaban las soluciones acuosas.

Con todo, Elena Aguado hace hincapié en que su trabajo ha ido más allá de solucionar un problema de restauración ya que en este tipo de intervenciones "tienes que comprender la entidad artística de la obra y conectar emocionalmente con el autor". Por ello, en este proceso contactaron también con Ulrich Rückriem para que diera el visto bueno a la intervención. "Necesitábamos saber qué quería hacer él, cómo interpretaba la pintura que alguien había depositado en su obra y si quería que la quitásemos o no. Y la semana pasada por fin nos dijo que sí. Sin su visto bueno, no podíamos dar un paso", señala.

La operación de limpieza se llevó a cabo finalmente el martes y en ella participaron dos alumnas de 4º curso de la asignatura de Conservación y Restauración de Arte Contemporáneo, María Bernal y Laura Laín, que se han involucrado en todo el proceso de estudio. "Ya no se ve el lazo. Con un microscopio puedes apreciar aún unas briznas que no se han podido eliminar del todo porque el granito es un roca cristalizada y muy fragmentada y la pintura se ha metido muy adentro, pero eso exigiría ya una intervención sobredimensionada", se congratula.

La Diputación Provincial de Huesca se ha comprometido a asumir todos los gastos de este proceso, que incluyen solo los desplazamientos, algo de material y el alquiler de un grupo electrógeno ya que al ser un encargo del Gobierno de Aragón, del que depende la Escuela, no se cargan honorarios profesionales.

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