El gremio de libreros de Huesca ha manifestado su malestar por la compra de libros para las bibliotecas municipales a una empresa de Almería. Según denuncian, no era necesario que el concurso (por valor de 13.920 euros, con IVA), se publicara en la plataforma estatal de contratación al ser menor de 15.000 euros  y estar considerado como propiedad intelectual. Los portavoces del gremio consideran que de esta forma se perjudica al comercio local "que siempre defienden todos en sus programas electorales". "Además, no se ha ahorrado nada", apuntaron.

Hasta ahora, los técnicos de las bibliotecas municipales compraban en las librerías de la ciudad con un criterio de equidad. Así era hasta el pasado mes de febero, comentó Chema Aniés, de la  Anónima. En octubre, el Ayuntamiento licitó la compra de libros y audiovisuales en dos lotes y las ofertas podían presentarse solo a uno. "El precio de los libros es para todos el mismo y todas las empresas (salvo una) presentaron el máximo descuento para administraciones, el 15%".

Entre las propuestas había cuatro de Huesca y tres de fuera. Fernando Arguis, de Santos Ochoa, comentó que ante la igualdad técnica en cuanto a puntos que se produjo fue preciso un desempate en el que las librerías locales han salido perdiendo. Según dijo, para desempatar se prima si la empresa tiene empleados con discapacidad y el porcentaje de trabajadoras y de contratos indefinidos. Es aquí donde los negocios de Huesca, pequeños y familiares, no pueden competir con los grandes.

Los libreros no se plantean la presentación de un recurso porque "el problema es que el pliego está mal planteado desde el principio", indicó Arguis. "De hecho, el concurso se retrasó porque había algunas condiciones mal planteadas y a final, ha sido una chapuza y este dinero no se ha quedado en  la ciudad por esta decisión", apostilló.  Los libreros se reunirán este miércoles con responsables municipales.

El concejal de Contratación, Fernando Gállego, rechazó estas críticas y aseguró que "no se podía hacer de otro modo" porque, incluso en los contratos menores, la  ley impone la máxima publicidad, transparencia y concurrencia. El edil indicó que esto no es algo nuevo y recordó la adjudicación del programa de Fiestas de San Lorenzo a una editorial de León, en el año 2006.