Sura Ascaso:  "Ya hay otro talante, pero antes me costaba varias llamadas que un gremio viniera a hacer una reparación"

Entrevista a la responsable de Desarrollo de Negocio de Pastelería Ascaso. «Ya hay otro talante, pero antes me costaba varias llamadas que un gremio viniera a hacer una reparación»

Sura Ascaso en una de las dependencias del obrador de Pastelería Ascaso en Plhus.
Sura Ascaso en una de las dependencias del obrador de Pastelería Ascaso en Plhus.
Rafael Gobantes

¿Su llegada a este puesto ha venido dada por pertenecer a una saga de insignes pasteleros o siempre quiso dedicarse a esto?

Esta es una empresa familiar. Por una parte, puede decirse que llevo toda la vida en ella, pero primero estudié Filología Hispánica e incluso estuve trabajando unos meses. No obstante, desde los 23 años estoy aquí y la preparación para esta responsabilidad ha combinado la experiencia y la formación.

¿Por qué no se dedicó a la Filología?

Estudié Filología porque me gustaba mucho, pero me pudo más lo que me gustaba este oficio y lo que siempre se había vivido en mi familia. De niña, acababa de hacer los deberes y me iba a la pastelería un rato. También acompañaba a mi madre a ferias, cursos…

Entonces, ¿le gustaba más lo de acudir a ferias que lo de hacer pasteles?

No sabría decir si fue por la propia inercia porque, cuando yo era pequeña, no había mujeres en el obrador. Pero siempre me incliné más por el tipo de cosas de las que se ocupaba mi madre, que era la decoración, la tienda, las ventas, las compras… Pronto me di cuenta de que no me iba a dedicar a la Filología y entendí que lo que yo quería hacer era esto. Es verdad que también recibí le empujón de mi familia, que querían que me incorporara, sobre todo mi padre, que hizo un poco de fuerza para que fuera así.

Responsable de Desarrollo de Negocio. ¿En qué consiste su trabajo?

Aparte de ocuparme de las tiendas de Zaragoza y Madrid, soy responsable de personal, compras externas, organización… así como de coordinar las tareas de márquetin, comerciales y comunicación.

Desde que empezó hasta hoy ¿ha notado cambios desde la perspectiva de mujer?

Sí, en todos los sentidos. En nuestra empresa hay muchas más mujeres en el obrador y en otras funciones. También ha cambiado la forma en que me trataban.

¿Qué quiere decir?

Al principio trataba con muchos más hombres que mujeres en todos los gremios y me veía obligada a hacer varias llamadas para que vinieran a hacer una reparación. Al final, llamaban mi padre o mi hermano y venían de inmediato. Es verdad que ahora se nota una diferencia enorme en el trato, en la consideración, en la reacción... Creo que en estos momentos la gente tiene otro talante.

¿En algún momento se ha sentido discriminada, en positivo o en negativo, en algún foro empresarial?

Sinceramente no, que yo sepa. Puede que haya habido alguna discriminación y no me haya dado cuenta.

¿Este trabajo le permite la conciliación familiar?

En mi caso sí porque no tengo hijos. Pero trabajo demasiadas horas. Depende de mi organización y decir lo contrario no sería justo porque, además, lo que hago me gusta. Sí que echo de menos tener más tiempo libre, pero lo llevo bien.

¿Considera que la mujer ha alcanzado sus objetivos en cuanto a igualdad de oportunidades?

Falta. Estoy convencida de que es algo que debe abordarse desde la base, en las familias y en las escuelas para que crezcamos con esa normalidad. De lo contrario, es muy difícil conseguirlo y las imposiciones son complicadas. Falta mucho, sí, aunque ahora, sin duda, las mujeres estamos muchísimo mejor que antes. A mí lo que me preocupa también es cómo están las mujeres en el Tercer Mundo. No tengo la conciencia muy tranquila... Creo que podíamos hacer más por ellas porque ahí sí que es lamentable. La solución sería la misma, acceso a la educación para que interioricemos la igualdad como algo natural.

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