Los ciudadanos de Huesca se ponen en la piel de las personas con discapacidad para ver lo invisible

Cadis ofrece experimentar la falta de visión, la enfermedad mental, el autismo o la hipoacusia para reflexionar sobre las barreras que cada día deben afrontar quienes conviven con ellas.

Varias personas viven la experiencia de los problemas auditivos en el espacio Empatiza en Huesca.
Varias personas viven la experiencia de los problemas auditivos en el espacio Empatiza en Huesca.
Rafael Gobantes

Este año no ha habido sillas de ruedas para comprobar lo difícil que es subir o bajar el bordillo de una acera. Este 2018, en el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, los oscenses han podido ponerse en la piel de quienes pueden caminar pero sufren una diversidad funcional como la falta de visión, la hipoacusia, la artritis reumatoide, el autismo o alguna enfermedad mental. Este 3 de diciembre, en Huesca ha sido el día de la Discapacidad Invisible.

Ana Palacios y Odali Alvarado, alumnas del primer curso de FP de la Escuela de Hostelería de Huesca, han llegado a agobiarse de "verdad" cuando, parapetadas tras un visor, han contemplado el sufrimiento de un niño con síndrome de Asperger que esperaba a que su madre sacase dinero de un cajero automático. "Llevaba un muñeco en sus manos y ha empezado a estrujarlo con desesperación”, explican. "Yo me he rayado al ver lo mal que lo pasaba”, ha comentado la primera. "Me parece que estas experiencias nos ayudan a ponernos en su lugar”, ha añadido su compañera. Junto a ellas, David Hernández, del mismo centro, ha asegurado que "no es lo mismo oírlo contar que sentirlo porque todo cambia”. Guiados por su profesora, Marta Cucalón, han recorrido las carpas instaladas en los Porches de Galicia por varias asociaciones.

En la de la ONCE, la técnico de rehabilitación de esta organización en la sede de Huesca, Anabel Rabinal, ha mostrado materiales educativos para que niños y adultos estén integrados en el sistema escolar y laboral. "Hemos traído juegos y libros en Braille y sonoros así como algunas ayudas ópticas para realizar las actividades cotidianas, siempre con un poco más de tiempo”, ha señalado. Han sido muchas las personas que se han puesto unas gafas preparadas para comprobar cómo ven quienes tienen falta de campo o de agudeza visual, se han colocado un antifaz para escribir con una plantilla o firmar con una pautar. También había medidores de billetes y calibradores de monedas como objetos de la vida diaria de las personas invidentes.

Desde el Centro Público Integrado de Formación Profesional Montearagón (antigua ECA,) Marta Puyal, docente, también ha acudido a la convocatoria con una treintena de estudiantes. Según ha explicado, se trataba de alumnos del grado medio de Atención a Personas en Situación de Discapacidad "y hacen prácticas en centros de mayores, Cruz Blanca, Alzhéimer...”.

Inmaculada Vidal y David Claraco, trabajadores de Aspace Huesca, también se han acercado hasta los Porches para experimentar "otro tipo de discapacidades que pasan más desapercibidas”. En la carpa de enfermedades mentales, usuarios de Asapme y de la fundación Agustín Serrate han preparado diferentes situaciones para provocar agobio, culpabilidad, vacío, liberación…

Francisco Ratia, presidente de Cadis (Coordinadora de Asociaciones de Discapacitados de la provincia), ha señalado que siempre se elige un lema específico para esta jornada y este año "hemos encontrado este concepto de discapacidad invisible porque hay un grupo de discapacidades que tienen esa característica”. "Son especialmente invisibles quienes sufren una artritis reumatoide, fibromialgia… enfermedades que en muchos casos llevan a una discapacidad pero que no son el icono de esta como sí lo es una persona que va en silla de ruedas o alguien con una discapacidad intelectual muy evidente”, ha añadido.

A través de estas sesiones experimentales Cadis ha querido mostrar que, en conjunto, la discapacidad todavía no es lo suficientemente visible ante la sociedad. "Aún no está suficientemente presente en todas las cuestiones importantes de la vida de cualquier persona como son la educación, el trabajo, el ocio, la relaciones personales...”, ha comentado Ratia. "En todo ese recorrido tenemos que estar empujando, hacernos visibles, promover iniciativas y presentar proyectos para que se atiendan las reivindicaciones y derechos de nuestros colectivos en la sociedad”, ha apostillado.

También en la mañana de este 3 de diciembre se ha conmemorado en el salón de actos de la Diputación de Huesca con una mesa redonda sobre la Discapacidad Invisible. Después se ha entregado el premio Cadis, que este año ha recaído en la asociación Alouda, que busca familias de la provincia para acoger niños saharauis durante los meses del verano para alejarlos de las condiciones extremas del desierto y mejorar su nutrición y condiciones sanitarias.

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