Relevo al frente de la Asociación de Truficultores de Aragón

Después de 16 años, José Vicente Girón (Graus) ha cedido el testigo de la presidencia de la Asociación de Truficultores y Recolectores de Trufa de Aragón, como anunció en la asamblea general. Lo hizo tras la reunión de la nueva junta directiva, en la que se decidió el nombramiento del nuevo presidente, el truficultor de Sabiñánigo, David Royo, que tendrá como vicepresidente a Francisco Llena (Purroy de la Solana), como secretario a Oriol Torné (Peralta de la Sal) y como tesorero a Alfredo Goded (Pueyo de Marguillén).

Son los cargos más representativos de la nueva junta de esta asociación, que ha impulsado en los últimos años el cambio del sector trufero desde la ‘caza’ de la trufa salvaje a la apuesta por la truficultura como garantía de estabilidad. «Es gente muy ilusionada y forman un equipo con muchas ganas de trabajar en las líneas que hemos desarrollado en los pasados años pero también en objetivos más ambiciosos», apunta Girón.

El expresidente de la asociación destaca que se trata de gente «relativamente joven, muy preparada y con una más que notable experiencia en el mundo de la trufa y la truficultura». Como ejemplo, recuerda que tres de ellos poseen plantaciones de más de 30 hectáreas.

Girón explica que se venía de la trufa natural, sin experiencia en plantaciones truferas. «Entonces nadie pensaba que la truficultura, que era muy problemática y con escasos resultados, iba a acabar interesando a tantísima gente». Según apunta, hoy se han sentado las bases de un sector «cada vez más conocido, trasparente y competitivo» que, además, genera ocupación en tierras desfavorecidas o de mala calidad. En este sentido, destaca el apoyo de las administraciones, «y en especial de la Diputación Provincial de Huesca », que les han ayudado a recorrer este camino.

No obstante, indica que entre las asignaturas pendientes del sector están la consolidación y ampliación de las hectáreas plantadas y la garantía de una producción estable que permita afrontar otros retos como el de la comercialización propia. «Esto es lo que aporta un valor añadido», añade a un producto que ahora tiene más demanda que oferta.